España está a un punto de caer en las semifinales de la Copa Davis ante Francia. Tras el triunfo de Benoit Paire contra Pablo Carreño, Lucas Pouille eliminó 3-6, 7-6, 6-4, 2-6 y 6-4 a Roberto Bautista y dejó a Les Bleus muy cerca de la ansiada final. [Narración y estadísticas]

“Ha sido un partido difícil”, aseguró Bautista. “He tenido mis oportunidades en el desempate, pero también en el tercero y al final. Cualquiera podía haber ganado el partido. Al final él jugó muy agresivo y en el quinto set me ganó”, añadió el castellonense. “Me hubiese gustado dar el punto a España. He estado muy cerca, y por momentos he merecido ganar”, reconoció. “He competido bien y he luchado al limite pero desafortunadamente no he podido llevarme la victoria”.

“En los partidos hay siempre muchas historias”, apuntó Yannick Noha, el capitán francés. “Estos encuentros son muy mentales, y Pouille tuvo un momento difícil en el tercer set y jugó un tenis fantástico. Eso solo pueden hacerlo pocos jugadores”, continuó. “Jugamos para vivir esos momentos. Lo hacemos por nuestro país y nuestra bandera”.

Los franceses construyeron la pista de Lille buscando un objetivo evidente: hacerle daño a Rafael Nadal. ¿Cómo lo consiguieron? Optando por una superficie cubierta de bote bajísimo para anular los efectos de la pelota y moderando la velocidad con la idea de proteger a los jugadores locales del tremendo top spin del mallorquín. En consecuencia, los franceses le prepararon una buena trampa al número uno del mundo atacando directamente los puntos fuertes de su tenis.

La baja de Nadal, sin embargo, lo cambió todo.

Bautista, uno de los mejores jugadores del mundo golpeando por debajo de la cintura, se adaptó fantásticamente a las condiciones desde el primer día de entrenamientos y cuando salió a jugar ante Pouille demostró que la pista no le suponía un problema, ni mucho menos. Durante su carrera, el castellonense ha logrado muchas victorias bajo techo y el segundo cruce de la serie le ofreció la oportunidad de reivindicarse salvando a los suyos en un estadio cerrado, condiciones teóricamente adversas.

Durante todo el primer parcial, Bautista compitió de maravilla. Tirando desde el lado de su drive, y apoyado en un revés sin agujeros, el español se mantuvo muy estable en la mayoría de los peloteos y se atrevió a ir a por los puntos con golpes agresivos que sorprendieron a Pouille, impresionado por la granítica determinación de su contrario. Sin perder terreno, Bautista devoró al francés y sentó las bases para lo que debería haber sido el resto del encuentro.

Aconsejado por Yannick Noah, su capitán, Pouille comenzó el segundo set abriendo su repertorio. En un interesante paso al frente, el número 19 le enseñó al español todo lo que sabe hacer, desarrollando toda su magia sin guardarse nada. Así, y para ganar la segunda manga en el desempate después de ir por delante (4-2) y perder la ventaja (5-5), el francés disparó a las líneas con el cuchillo entre los dientes, pero también construyó dejadas ajustadísimas y asaltó la red con preciosas voleas. 

Expuesto ante el mejor Pouille, el español empezó a esperar los fallos de su contrario, limitándose a poner dentro una bola más, y se encontró metido en un buen problema. Impulsado por una corriente imparable, el francés ganó también el tercer set, perdió el cuarto por la garra de su oponente y prevaleció en un quinto agónico.

Antes del sábado, España está al borde de la eliminación ante la campeona.

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