El derrumbe se produjo de sopetón. Pablo Carreño pasó de tener tres bolas de set en el primer parcial de su partido ante Benoit Paire a perder nueve juegos seguidos (de 3-5 a 7-5 y 5-0) para terminar encajando un sangrante parcial de 1-17. Sucedió el viernes en el partido que abrió las semifinales de Copa Davis entre España y Francia, que dominan los locales por 1-0 tras la victoria 7-5, 6-1 y 6-0 del número 54 sobre el gijonés, que desde la segunda manga no pudo competir tras recaer de la lesión en el aductor de la pierna izquierda que sufrió en el pasado Abierto de los Estados Unidos. [Narración y estadísticas]

“Es el mismo problema que en Nueva York”, explicó Carreño. “Empecé a sentir dolor en el aductor al principio del segundo set, fue más y no podía jugar al comienzo del segundo set”, aseguró el gijonés. “Es un dolor que empieza poco a poco y me va aumentando hasta que me molesta todo el rato. Empieza con el saque y luego cuando golpeo de revés”, detalló. “No quería retirarme, pero no he podido jugar al 100%”.

“Ha sido la mayor emoción que he sentido en una pista de tenis, sobre todo después de lo que ocurrió durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro”, dijo Paire, que en Brasil fue expulsado del equipo por su mal comportamiento. “Siempre he querido jugar con Francia, es un sueño que se hace realidad. Estoy feliz por conseguir este punto. Quería sentirme parte de este equipo y dar una alegría a Noah”.

Yannick Noah, el capitán francés, tomó una decisión difícil al confiar en Paire para abrir la eliminatoria contra Carreño. Además de ser un debutante en la Davis, con todo lo que eso implica, el número 54 del mundo es un jugador incontenible e imprevisible, de carácter duro y volcánico. El seleccionador, sin embargo, aceptó correr el riesgo de apostar por un tenista indomable a cambio de buscar el peor contrario posible para el español porque Richard Gasquet no le ha ganado nunca (0-2) y Paire varias veces (3-3).

Y Noah no se equivocó con su elección.

Paire no tuvo vértigo en su primera vez defendiendo la camiseta francesa. Impulsado por más de 20.000 personas, el novato salvó tres pelotas de set en la primera manga (dos sacando con 3-5 y una más al resto con 4-5), le birló ese parcial a Carreño y se desató, ganando en un suspiro los dos siguientes a lomos de un 17-1 de parcial.

El español, que desde que perdió el primer parcial evidenció una recaída de la lesión en el aductor que le obligó a retirarse en la segunda ronda del último grande de la temporada, se marchó con una cara de impotencia que resumió el estado de ánimo de La Armada en el arranque de la serie contra Francia. 

Con 0-1, perdido el punto que debería haber ganado Carreño, la gesta es aún más difícil.

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