Madrid

Sucedió el domingo por la tarde. Por primera vez desde 2004, el público de Madrid se sentó a ver una final sin ningún jugador del Big Four (Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic y Andy Murray) compitiendo por el título de campeón. Recién entrada la noche, la victoria de Alexander Zverev sobre Dominic Thiem (6-4 y 6-4) subrayó algo que no es ningún secreto: el alemán (21 años) y el austríaco (24) son por ranking (número tres y ocho respectivamente) y resultados (ocho títulos y nueve) los dos líderes de la generación que debería acabar antes o después con el dominio de los gigantes del circuito.

“Es una gran final que puede marcar el futuro del tenis”, había dicho Zverev horas antes de cruzarse con Thiem en la Caja Mágica y pasarle por encima en una final que dominó de principio a fin, cerrando de forma impecable una semana en la que se hizo con el título sin ceder ni un set ni tampoco un saque. La brillante actuación del alemán, en cualquier caso, no ocultó lo que ocurrió sobre la tierra de Madrid.

Con Nadal y Djokovic eliminados del torneo (en cuartos y octavos), con Federer descansando para reaparecer en hierba (tras Miami decidió saltarse la gira de arcilla, como ya hizo en 2017), y con Murray apurando su reaparición (será en la temporada de hierba tras operarse la cadera el pasado mes de enero), Zverev y Thiem ocuparon las dos plazas de la final y rompieron con una estadística que empezó en 2005, cuando Nadal se jugó el título con Ivan Ljubicic.

Ahora, en pleno 2018, todos los integrantes del Big Four han rebasado la treintena y el empuje de la última generación de jóvenes no es una amenaza, es toda una realidad. Zverev es el tres de mundo y, a falta de probar que puede hacer grandes cosas en los torneos del Grand Slam, ha demostrado que lo tiene todo para liderar el circuito en un corto plazo de tiempo. Quizás Thiem no tenga el mismo recorrido que el alemán (¿alcanzará el uno?), pero indudablemente su evolución marcará hasta dónde puede llegar el día de mañana.

Como ellos, Hyeon Chung, Nick Kyrgios, Andrey Rulev, Borna Coric, Karen Khachanov, Stefanos Tsitsipas, Denis Shapovalov o Frances Tiafoe también representan al grupo de jugadores que deberían ocupar el espacio de los actuales, la camada que debería de sacar de ahí a Federer, Nadal, Djokovic, Murray y los demás. Sólo el tiempo, sin embargo, dirá si lo consiguen o no.

Zverev y Thiem ya han empezado a dejar sus nombres en el camino. Ese, claro, será un desafío para los mejores. ¿Dejarán las posiciones de privilegio por propia voluntad o serán los jóvenes los encargados de llevarlos fuera del lugar que han ocupado durante toda la vida?

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