Hay veces que ni tocar el cielo es suficiente. De qué valen los éxitos si todo se ha conseguido bajo la necesidad de huir. Si cada brazada significaba estar más lejos de una pesadilla que parecía no tener fin. Cuando todo eso llega, las medallas no son más que un refugio vacío. Y si la pesadilla viene provocada por la persona que más amor debía darte, como le ha sucedido a Liliana Szilágyi, el resultado es más desolador. 

El caso de esta nadadora húngara es uno de los más desgarradores que se recuerda. Los repetidos ejemplos de abusos, ya sean físicos, psicológicos o sexuales, no conocen cuál es el mayor punto de sufrimiento que se puede llegar a soportar porque, generalmente, este es continuado. No se producen solo en un momento concreto, sino que es una tendencia repetida durante meses o incluso años. 

Además, la dureza de esta situación es todavía más palpable cuando se echa la vista atrás y se cae en la cuenta de todas las horas, minutos y segundos que pasan desde que eso comienza hasta que se denuncia. No es ese el fin, pero sí es el principio para el resto, el momento en el que se dan cuenta de que ahí pasaba algo, aunque ese algo tenga ya años de roce y desolación. 

Liliana Szilagy, la nadadora que ha denunciado abusos por parte de su padre

El testimonio de Liliana

Liliana Szilágyi es una nadadora húngara que ha publicado hace unas horas en sus redes sociales la situación tan dramática que ha sufrido durante buena parte de su vida. "Después de tanto dolor y lucha, he decidido hablar de un tema necesario. Abusó de mí. Un hombre de quién debería haber recibido el mayor amor y cariño. Mi padre abusó de mí. Físicamente. Espiritualmente. Sexualmente. Desde que era niña, de forma constante e impredecible, ya sea castigo corporal, intimidación, privación de amor y atención o abuso sexual".

Así narra Liliana su terrible pesadilla, esa que ha hecho un socavón en su alma del que jamás se podrá recuperar. Este tipo de denuncias, a veces, hacen pensar a la gente en posibles comparaciones de sufrimientos para intentar entender lo que las víctimas padecen. Es una buena manera de probarlo el pensar, por ejemplo, en la rotura de un hueso. Un hueso que rompe de dolor la resistencia humana, pero cuyo sufrimiento se calla durante años. Y cuando este se hace público, no se arregla, sino que simplemente pasa a conocimiento de los demás, pero sigue doliendo y sigue quitando las ganas hasta de vivir. 

Seguramente, una situación muy parecida es la que ha padecido durante su vida esta nadadora húngara que ahora ha decidido sacar a la luz su caso haciendo hincapié en lo que más le dolía, que estos abusos llegaran por parte de su padre, la persona destinada en el mundo a darle el amor más grande. 

"Hubiera aceptado cualquier cosa por aceptar amor hasta que me di cuenta de que era una ilusión. Golpeaba a mi madre delante de mis ojos cuando estaba embarazada, o si no lograba el resultado esperado. Yo solo era un instrumento. Una marioneta perfecta. Después de todo, el mundo exterior no veía nada más que una familia amorosa y asombrada por el éxito y los resultados de clase mundial".

La nadadora Liliana Szilágy antes de una competición

Escándalo en Hungría

La confesión de Liliana, nadadora olímpica, ha sido toda una revolución en Hungría, ya que su padre, Zoltán Szilágyi, fue un reputado nadador que llegó a representar a su país en los Juegos Olímpicos de 1988, 1992 y el año 2000. Un icono a nivel nacional que actuaba de entrenador de Liliana y que ahora ha quedado desenmascarado, saliendo a la luz todas las atrocidades que era capaz de hacerle a su propia hija mientras era admirado por todos sus fans. 

La nadadora tocó su techo deportivo en el año 2016 cuando se proclamó medallista en los Campeonatos de Europa de natación de Londres. Una plata en los 200 mariposa que no servía para borrar su via crucis. Fue allí donde decidió dar un paso al lado y romper su relación con su padre y entrenador, algo que fue criticado en Hungría, un país ajeno a la oscuridad en la que vivía Liliana. 

"Sin haberle defendido nos habría hecho cosas incalculables como consecuencia. Degradando nuestra personalidad, quitando conciencia y emociones". Ahora, el objetivo de Liliana Szilágyi no es otro que servir de ejemplo y de guía de otras chicas que pueden pasar por las mismas situaciones y que necesitan de un empujón que les ayude a ver la luz. 

"Comparto mis historias para que no crean que están solas. Porque la sensación de libertad es mejor que cualquier otra cosa y yo no soy una esclava de mi propia vida". Además, Liliana ha revelado cuál es ahora el siguiente problema al que se enfrente: "Es un abogado adinerado, perfectamente educado y entrenador de natación que se ocupa de niños. Su verdadero yo entre cuatro paredes nadie se lo podría creer sin esto".

Por último, Liliana termina su desgarradora historia con una duda que hiela la sangre y para la que todavía no tiene respuesta: "Cuando volví con mi madre, mi hermana pequeña se quedó con él. Yo no puedo tener una relación con él, pero me pregunto cómo estará ella". 

[Más información: Lia Thomas, la nadadora trans que supera el acoso con récords a la espera del cambio de reglas del COI]

Noticias relacionadas