Marizza y Yeruti Faría, tras su primer partido compartiendo cancha

Marizza y Yeruti Faría, tras su primer partido compartiendo cancha CB La Calzada

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Marizza y Yeruti, madre de 38 años e hija de 16 hacen historia en el balonmano jugando juntas: "Es único"

Son las protagonistas del mundo del balonmano en España después de coincidir sobre la cancha. Ambas juegan en el sorprendente Unicaja Banco Gijón.

12 noviembre, 2021 06:00

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La situación del balonmano femenino español es bastante precaria a pesar de los buenos resultados del combinado nacional, pero también da lugar a situaciones como las de Marizza Faría y Yeruti Giménez Faría, las primeras madre e hija en jugar juntas un partido en España. Las dos son jugadoras del Unicaja Banco Gijón, el Club Balonmano La Calzada de toda la vida. Este fin de semana las dos protagonistas con las que ha hablado EL ESPAÑOL cumplieron el objetivo que llevaban buscando.

Cristina Cabeza, la entrenadora, le dio la oportunidad a Yeruti para que tuviera sus primeros minutos en el balonmano profesional con 16 años. Ella habitualmente juega en el equipo juvenil. Es una de las grandes promesas que está sacando el equipo asturiano en esta temporada. En ese mismo partido Lucía López, otra jugadora en edad de formación, también tenía minutos. La importancia de estas jóvenes es tal que la pequeña Faría transformaba un lanzamiento de siete metros.

Marizza ya es toda una cara visible de este deporte en España después de que llegara al país desde Paraguay, aunque no fue hasta 2010 cuando dio el paso importante de su carrera en Elda. Cumplió un sueño cuando ganó la Copa de la Reina en 2018 al todopoderoso Bera Bera y ella misma ya decía que se podía retirar. Pero no, le quedaba un sueño por cumplir: jugar junto a su hija en algún momento. Con 38 años lo ha conseguido en la mejor temporada del equipo que se recuerda.

La Calzada ha comenzado con fuerza esta temporada y se codea con Bera Bera y Gran Canaria por el título. Solo han perdido un partido, contra el Caja Rural Aula Valladolid, y todavía tienen que jugar entre si los tres equipos más destacados. La ilusión en la entidad asturiana es evidente y rematar este hito peleando por el cetro nacional hasta el final de la campaña sería un sueño para madre e hija. Por si acaso, ella le pide un año más. 

El inicio de todo

Todo comenzó en 2007. "Llegue a España en compañía de mi familia, buscando un futuro mejor. Tuve la suerte de conocer a gente maravillosa que me ha abierto las puertas y a partir de ahí pude seguir creciendo como jugadora", desarrolla Marizza sobre su llegada desde Paraguay. Buscaba un cambio de vida, oportunidades y el país se las dio. "Dejó atrás a su familia para venir a un continente nuevo conmigo y con mi padre demostrando que con humildad siempre se puede llegar a todas partes", destaca su hija, que tenía dos años en ese momento.

A Marizza le atrapó el balonmano "a los 8 años", a Yeruti no le quedó más remedio: "Fue algo con lo que crecí desde pequeñita. Me fue llamando mucho la atención y cuando me cambio de colegio por el fichaje de mi madre me atrapo del todo". Eso sí, la internacional por Paraguay de 38 años deja claro que "nunca la presionamos". La debutante en esta última jornada creció con ídolos como "Ceci Cacheda, Nerea Pena, Stevana Polman y Nora Monk", pero su verdadero referente es su madre.

El partido

Entonces llegó el gran momento. Cristina Cabeza la convoca para el encuentro ante el Balonmano Morvedre. No esperaba tener minutos, pero saltó a la cancha para compartirla con Marizza. 'Tutti', como cariñosamente llaman a Yeruti, luchaba mano a mano con su madre por aumentar la ventaja en el marcador. "Este fue el fruto de lo que vengo realizando con el balonmano y me queda aún mucho por trabajar para ganarme más convocatorias", sentencia la joven jugadora.

Marizza Faría, durante un partido de la Liga Guerreras Iberdrola

Marizza Faría, durante un partido de la Liga Guerreras Iberdrola IberdrolaDHF

Es el momento más importante de la carrera de Marizza: "He vivido ascensos, descensos, finales perdidas, finales ganadas. He jugado mundiales, pero esto no se compara con nada. Es una sensación única, nunca lo había sentido, mezcla de emociones. Me siento una privilegiada". Después de toda la trayectoria que ha tenido la que es considerada como mejor jugadora de la historia de Paraguay, estos minutos en el Pabellón de la Arena de Gijón siempre guardarán un especial recuerdo en su corazón.

"Fue una sensación inolvidable que no lo puedo describir. Voy a seguir trabajando para que Cristina nos dé más oportunidades a las juveniles. Jugar con mi madre es algo que nunca pensé que lo haría y menos en un partido oficial", continúa explicando Yeruti, que ha comenzado su carrera como profesional con un recuerdo que pone el listón muy alto. Nunca una hija y una madre habían coincidido sobre la cancha en el balonmano español.

El futuro

Este hito solo motiva más a Yeruti. "Es la máxima categoría. Estoy entrenando con las mejores jugadoras de la categoría y encima son muy agradables con nosotras y nos dan muchos consejos", explica la joven jugadora. Su madre admite que España tiene todo lo que te gustaría para que su hija siga desarrollándose, pero deja clara una cosa: "lo primero son los estudios". Ella también lo tiene claro y además parece perfilar su futuro a pesar de que solo tenga 16 años.

"Pues tengo muy claro que quiero ser Policía", desvela Yeruti a EL ESPAÑOL. Antes de eso todavía tiene que pasar la etapa de bachillerato en la que está concentrada. Marizza le da varios consejos para seguir con su carrera: "Que estudie y por supuesto que sea buena persona. Intento inculcarle los valores que me han enseñado". Aunque no sea lo primordial, la joven también explica que sueña con jugar en el extranjero por la precarización del balonmano femenino español. "¿Qué niña no sueña con jugar en Noruega o Rumanía?", reflexiona.

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