Desde que desembarcó en MotoGP y dejó patente que siempre buscaba el límite en cada entrenamiento, Cal Crutchlow no dudó en bautizarle como El Gato. “Se cae desde cualquier altura y siempre cae de pie, nunca se rompe nada”, justificó el apodo con el que desde entonces se refiera a Marc Márquez. El piloto del equipo Repsol Honda busca su sexto entorchado este fin de semana en el circuito Ricardo Tormo de Cheste, donde tras la primera jornada de entrenamientos finalizó en la sexta posición después de una caída en la segunda sesión. Un nuevo accidente, que se une a los 25 protagonizados anteriormente a lo largo de la temporada y de los que siempre ha salido ileso. No es sólo un récord personal a lo largo de una década en el campeonato del mundo, sino que está muy cerca de alcanzar al piloto que acumula más caídas en 2017: el británico Sam Lowes, con 29.

“Está claro que puedes ser más conformista pero no es mi mentalidad, al menos en los entrenamientos. De momento esta temporada ha ido así y ya tendré tiempo en invierno de pensar y analizarlo todo”, aseguró Márquez tras sufrir una caída cuando buscaba el límite en la curva 2, que lleva el nombre de Mick Doohan y donde se cayó Valentino Rossi cuando perdió el título de campeón del mundo de MotoGP con Nicky Hayden en 2006.

“En las carreras puede pasar de todo, pero no pienso en lo que le pasó a Rossi. Sólo pienso en lo bueno: en cómo terminó 2013 y 2010”, señaló el piloto del equipo Repsol Honda, que cuenta con una renta de 21 puntos sobre Andrea Dovizioso (tercero) y al que sólo le vale con ganar la carrera. “Dovi estará más preocupado que ayer o, al menos, yo sí lo estaría si estuviera en su situación. A él sólo le vale la victoria y, de momento, hay tres pilotos que tienen más ritmo que él”, analiza Márquez, que en la última semana no ha tocado una moto para evitar riesgos innecesarios antes del duelo final con el piloto de Ducati y al que no le gusta que le regalen amuletos ni cualquier utensilio para atraer la buena suerte. Él ya tiene estrella.

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