Brazalete arcoíris de la selección de Países Bajos

Brazalete arcoíris de la selección de Países Bajos KNVB

Mundial de fútbol 2022 FIFA

Qatar y FIFA ganan la batalla: las selecciones no lucirán el brazalete LGTB para evitar sanciones

Inglaterra, Países Bajos y Gales han renunciado a lucir el brazalete arcoíris bajo la amenaza de FIFA de mostrar tarjeta amarilla a los capitanes.

21 noviembre, 2022 11:07

Golpe de la FIFA al intento de reivindicación en el Mundial de Qatar de varias selecciones europeas hacia la comunidad LGTB. Inglaterra, Países Bajos y Gales, que debutan este lunes y formaban parte de la campaña OneLove, anunciaron que finalmente no lucirán el brazalete arcoíris durante sus partidos.

La decisión ha llegado tras la última amenaza de la FIFA, que durante la mañana del lunes comunicó a las selecciones que sus capitanes recibirían cartulina amarilla de lucir el brazalete. Ante el temor de verse perjudicados deportivamente, las federaciones han reculado con su campaña.

Las selecciones habían anunciado con anterioridad que estaban dispuestas a pagar las multas, en caso de ser castigados por la FIFA. El organismo internacional, sin embargo, ha encontrado la forma de frenar el movimiento de siete países europeos. La lucha a favor de los Derechos Humanos entra en juego en el Mundial.

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Inglaterra, Países Bajos y Gales se pronunciaron mediante notas oficiales. En ellas se remarcaba la notificación recibida durante la mañana: "La FIFA nos ha dejado claro oficialmente que el capitán será sancionado con tarjeta amarilla si lleva el brazalete de capitán con el lema OneLove".

Las tres selecciones lamentan no haber llegado con la FIFA "a una solución razonable". Harry Kane, Virgil van Dijk y Gareth Bale, capitanes de Inglaterra, Países Bajos y Gales, saltarán al campo en los partidos de la jornada de este lunes luciendo un brazalete neutro. Lo mismo harán Bélgica, Dinamarca, Alemania y Suiza, los otros cuatro países que se habían sumado a la campaña.

"Los países involucrados analizaremos de manera crítica nuestra relación con la FIFA"

"Defendemos el mensaje OneLove y continuaremos difundiéndolo, pero nuestra prioridad número uno en el Mundial es ganar los partidos. Para eso, el capitán no puede empezar el partido con tarjeta amarilla. Con gran pesar, nosotros, como parte del grupo de trabajo de la UEFA, tuvimos que decidir abandonar nuestro plan", dice el comunicado.

La nota acaba con un duro mensaje contra la FIFA: "Nunca se había hablado que nos castigaran en el campo por esto. Esto va en contra del espíritu de nuestro deporte que conecta a millones de personas. Los países involucrados analizaremos de manera crítica nuestra relación con la FIFA en los próximos tiempos".

La voz de los capitanes

La amenaza de la FIFA ha caído como un jarro de agua fría. Van Dijk, capitán de Países Bajos, ya mostró sus dudas sobre la acción al ser cuestionado sobre posibles sanciones deportivas: "Usaré el brazalete de OneLove. Nada ha cambiado desde nuestro punto de vista. Si veo una tarjeta amarilla por usarlo, entonces tendríamos que discutirlo porque no me gusta jugar mientras estoy con una amarilla", decía antes de recibir el aviso oficial del organismo que preside Gianni Infantino.

Manuel Neuer, capitán de Alemania, también había hablado con contundencia sobre el asunto antes de la renuncia de las federaciones: "No tenemos miedo de las consecuencias. Tenemos el respaldo de la Federación alemana. No somos los únicos de Europa haciendo esto, muchos están participando", dijo el portero del Bayern Múnich.

Un Mundial de polémicas

Los primeros días del Mundial han estado llenos de polémica. La de los brazaletes arcoíris se suma al controvertido discurso realizado por Infantino el día previo al inicio del torneo. El presidente de la FIFA habló desde el centro de prensa en Doha y atacó a Europa por las críticas hacia el país organizador.

La ceremonia inaugural tampoco estuvo exenta de debate. Solo una mujer tuvo protagonismo en el acto y lo hizo con el rostro tapado. Además, en el palco de honor del estadio Al Bayt, junto al Emir Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani, estaba el príncipe saudí Mohammed Bin Salman, presunto máximo responsable del asesinato y descuartizamiento del periodista Jamal Khashoggi.