Jorge Calabrés Alberto G. Palomo

El llamado caso Negreira sigue dando titulares. La investigación sobre una posible corrupción deportiva realizada por la Agencia Tributaria de España (que involucra a José María Enríquez Negreira, exárbitro de fútbol español y vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) entre 1993 y 2018) ha sacado a la luz un total de 21 testimonios de otros colegiados sobre el asunto que prestaron declaración a la Guardia Civil.

Según las declaraciones a las que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, la relación entre el FC Barcelona y el exnúmero dos del CTA se debía a unos objetivos claramente favorables al club. Estaban destinadas a "conseguir algún tipo de beneficio deportivo", afirma José Luis González González, en consonancia con el resto de testimonios recogidos. 

Los investigadores querían que González González les relatara los motivos por los que el club azulgrana contrató a Negreira. El colegiado, que desarrolló su carrera entre 1988 y 2020 y pasó después al VAR, cree que el objetivo, a su juicio, estaba claro: "Entiendo que querrían sacar algún beneficio deportivo", sostiene, añadiendo: "José María les haría entender que tenía algún poder sobre los árbitros".

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En este sumario, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, se recoge que otro colegiado como Jaime Latre fue preguntado por los motivos por los que el FC Barcelona contrató al vicepresidente de los árbitros y a su hijo, y alegó que entendía que era para que "arbitralmente no les perjudicasen". 

En esta línea, Pino Zamorano, otro colegiado, indicó que "el Barcelona buscaba un interés deportivo en cuanto al trato a favor del CTA y sus árbitros", y también señaló que Enríquez Negreira y su hijo les han "vendido humo". Además, negó que estos pagos del Barcelona hubieran podido influir en la competición.

Los Negreira se aprovecharon

González González defiende que tanto Negreira padre como su hijo "se aprovecharon" de la figura del primero como vicepresidente del CTA "para obtener un beneficio económico" compartido "con miembros del club" que preside en estos momentos Joan Laporta. También califica de "inútiles" los informes de asesoría arbitral que elaborara Negreira Junior para el FC Barcelona y con los que ahora la entidad intenta justificar el pago de ocho millones de euros durante dos décadas al número dos de Victoriano Sánchez Arminio.

"Era un mero trámite para justificar los cobros", recalcó este histórico colegiado. "Mi opinión es que Enríquez Negreira se puso de acuerdo con directivos o miembros del FC Barcelona para beneficiarse a título particular con estos pagos" y "repartírselos entre ellos". La opinión es común entre los árbitros que han prestado declaración. Negreira, esgrimen, disponía de poder e influencia en el CTA. De él dependían los ascensos y descensos de categorías.

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Tal y como se muestra en las declaraciones, algunos de los árbitros requeridos tildan a Negreira como un hombre "extraño" y apuntan que, durante su mandato, la directiva arbitral castigaba a los críticos dentro del gremio. En consonancia con lo que expresa González González, otros colegas de oficio -como José María Sánchez Santos- notan que esta relación de un club y un colegiado, con pagos de por medio, "dejan al arbitraje en muy mal lugar".

Coinciden en que el club catalán, por medio de estas acciones, "pudiera influir arbitralmente". En cuanto a los resultados deportivos, todos concluyen que no tuvo por qué haber un trato de favor. Además, el juez que investiga los pagos del FC Barcelona a Negreira pidió a la Agencia Tributaria que detalle desde qué año el club azulgrana desgravó las facturas abonadas al exdirigente arbitral y a su hijo.