La petición formal de LaLiga para que los estadios pudieran estar abiertos en este final de temporada solo encuentra negativas desde el Ministerio de Sanidad y las instituciones gubernamentales. Esta decisión recaía sobre el Consejo Superior de Deportes durante el estado de alarma, siempre que tuviera el permiso del ente ministerial, pero ahora irá a parar a unas Comunidades Autónomas que no están todas de acuerdo en que el fútbol profesional tenga público en las últimas jornadas.

La caída del estado de alarma se intuía como una gran oportunidad para que los clubes de Primera y Segunda pudieran contar con aficionados en sus gradas en el tramo en el que se están jugando el título, los puestos europeos, el descenso o el ascenso. Pero Carolina Darias, ministra de Sanidad, ya dijo públicamente que no apoyaba esta opción: "Algunas CC. AA. tienen una incidencia por debajo de 70 y otras próximas a 400 o por encima de 500. Una medida así no creo que fuera lo más aconsejable".

Cuestiones tan irrisorias como que el Espanyol podría jugar a puerta cerrada el partido que le dé el ascenso directo a Primera pero sí contar con aficionados para una celebración posterior en el mismo lugar se podrían dar. Las Comunidades ya están hablando del fin de medidas como el toque de queda a partir de este próximo domingo 9 de mayo, pero el regreso de los aficionados no entra en los planes del Gobierno.

El Camp Nou, estadio del FC Barcelona Reuters

Aún así, LaLiga ha trazado un plan sobre el que lleva trabajando desde la temporada pasada para que cualquier miedo que le pueda trasladar Sanidad no tenga cabida como excusa para seguir impidiendo la entrada de público a los estadios del fútbol profesional español. En un escrito de esta misma semana la patronal solicitaba que el Gobierno reconsiderase su posición, así como su unión a la ACB en esta lucha en la que el baloncesto profesional también ha salido perjudicado.

Aglomeraciones fuera

Es el principal razonamiento que se expuso como motivo por el que los aficionados no regresaban. Las imágenes que se vieron en Bilbao y San Sebastián por la final de la Copa del Rey no ayudaron a la hora de plantear este regreso. En la capital vizcaína fueron muchos los que se congregaron en las calles durante la previa del partido que, a la postre, perderían, dejando algunas instantáneas que fueron muy criticadas por las autoridades.

LaLiga cuenta con un plan para tener la legitimidad de declarar a puerta vacía aquellos encuentros en los que, en la previa, se produzcan estas situaciones peligrosas para la transmisión de la Covid-19. Es la principal propuesta del plan que se plantea a las instituciones, donde también se pormenoriza cómo llegarán los aficionados al estadio y cómo saldrán, con horas concretas para llevar a cabo estos movimientos.

Aglomeraciones en las calles de Bilbao antes de la final de la Copa del Rey

De hecho, este tipo de aglomeraciones se han producido durante la temporada y sería una forma de evitarlas. En la Champions League se pudo ver cómo el Barça era recibido por cientos de aficionados en su eliminatoria frente al PSG. Más recientemente, durante la visita del Real Madrid a Cádiz, fueron muchos los que salieron a las calles aledañas al Ramón de Carranza para recibir a su equipo. La única forma para controlar esta cuestión es la propuesta de LaLiga.

Trazabilidad

Como en otros experimentos sociales que se han hecho con público en otro tipo de eventos, los aficionados que acudan al estadio serán registrados y, si dan positivo, su estado será comunicado a los contactos estrechos para tener constancia de las situaciones provocadas por el hecho de volver a los estadios. El objetivo es demostrar que, como la cultura, el deporte también es seguro y la seguridad de los aficionados ante los contagios es total.

Ante la imposibilidad de recabar tantos datos entre tanta gente, no están previstos PCR en el momento de la entrada del estadio como sí se han hecho en otros lugares. En cualquier caso, la responsabilidad recae sobre los aficionados en el caso de que acudan con algún tipo de síntoma al estadio. El plan de LaLiga prevé una situación como esa para que pueda ser sacado del estadio sin contacto con ningún otro espectador para que sea puesto en aislamiento inmediatamente.

Fin de la desigualdad

Mientras en Segunda B y Tercera han estado entrando hasta 7.000 personas a los campos sin tanto control como el que habrá en LaLiga y la ACB, las competiciones profesionales tienen prohibida esta cuestión sin más razonamiento que el criterio de a quien le pertenece la gestión de esta decisión. El fútbol femenino, el balonmano, el fútbol sala, el tenis y otras modalidades sí están viviendo junto a las aficiones, aunque de forma reducida; la intención de las ligas profesionales.

En un mismo día y en el mismo lugar se han visto encuentros con público y sin él, como en 'La Fonteta' donde jugaron el pasado fin de semana Valencia Basket y el equipo femenino, ellas con público para la final de la primera división de baloncesto femenino. Un mismo recinto y unas mismas condiciones, pero dos realidades distintas. Es difícil defender esta cuestión a estas alturas de la pandemia y por eso LaLiga habla de medida "discriminatoria e incoherente".

Un experimento

Al final, esta prueba de las últimas jornadas de LaLiga no deja de ser un experimento más para que la sociedad española siga regresando a la normalidad. En otros países también se están haciendo con las finales de Copa u otros eventos deportivos. La incertidumbre de las diferentes medidas que habrá en función de cada Comunidad Autónoma una vez caiga el estado de alarma es el principal escollo que se encuentra la máxima división del fútbol español, aunque el Gobierno tiene legitimidad para que no haya trabas.

[Más información - El ministro Rodríguez Uribes rechaza la vuelta a los estadios: "A corto plazo no habrá público"]

Noticias relacionadas