Desde hace unas semanas todo el mundo habla de Merichane, la canción de Zahara que ha entrado como un torbellino. Primero porque es un temazo, segundo por una letra feminista, cargada de ataques al patriarcado y la cultura de la violación, y tercero por la potencia de un videoclip que todo el mundo comenta. La artista siempre cuida el aspecto visual de sus discos y canciones, y esta vez no ha sido una excepción.

Merichane es el nombre con el que se conoce a ‘la puta del pueblo’. También es el apodo que le pusieron a la propia cantante, que en la canción enumera experiencias machistas que ha vivido en primera persona pero con las que todas las mujeres se sentirán identificadas, como ese volver a casa acelerando el paso y con las llaves en la mano. O el sentirse culpables por tener sexo o por masturbarse. La potencia de la letra se multiplica gracias a un vídeo que tiene una referencia visual clara a La manada, con ese grupo de hombres que asedian y agobian a la protagonista. Una creación del hombre de confianza de Zahara, Guillermo Guerrero.

Él es el director de otros videoclips de la cantante, como el de Hoy la bestia cena en casa, aquel himno contra la maternidad subrogada y el liberalismo económico que protagonizó Macarena García. Pero no ha trabajado sólo con ella, también con grupos como Miss Cafeína o en videos tan potentes como Toro, de Vicente Navarro, donde se deconstruye la masculinidad con un imaginario lleno de referencias a Lorca y Goya.

Merichane, la canción de Zahara que arrasa.

Sobre su relación profesional con Zahara, el creador reconoce que son casi ya “un dúo artístico, orque desde hace años trabajamos juntos casi en exclusiva”. Hace vídeos para más gente, pero cada vez trabajan de forma más conjunta y orgánica. Él estaba casi desde el origen de Merichane, que “nace en abril”. “Teníamos claro que tenía que ser el single”, cuenta Guerrero a EL ESPAÑOL y asegura tener mucha “suerte por estar involucrado desde el principio en el disco”.

Una canción que era tan potente que ha hecho que este fuera “el vídeo más complicado que he hecho”. “Merichane dice tanto, es tan explícita, que no quería que el videoclip fuera literal, ni despistar, sino encontrar el equilibrio, acompañar a la canción pero no ponerme por encima. Había que encontrar ese punto, y opté por potenciar la situación de agobio y de claustrofobia”, cuenta el autor que considera el video “un Caballo de Troya” para que la canción entre.

No se entiende un lanzamiento sin un vídeo, creo que es importantísimo para crear la imagen de una artista, pero por otro lado desde las grandes discográficas se deja de lado

Sobre la referencia a la manada cree que es “inevitable por estar tan cercana y tan presente”, pero subraya que esa no era la “idea primordial”. Guillermo Guerrero desvela que los nombres que aparecen al principio del vídeo son los nombres reales de las historias que cuenta Zahara. También abundan las referencias al imaginario religioso, algo que cree que “es inevitable, ya que ese imaginario está muy arraigado en nosotros, porque de alguna formas todos hemos sido educados ene se cristianismo y es inevitable recurrir a ellos. Además, Zahara los usa mucho porque eso marca, el crecer y educarse bajo esa tradición marca”.

A Guerrero le encanta cuando la gente que disfruta con su trabajo se dedica a analizar plano a plano en busca de las referencias. Él no las confirma ni las desmiente, porque “cada interpretación es tan válida como la mía”. Para Merichane hay mucho de Lady Gaga. Quería que Zahara fuera una diva, pero destaca una que la gente no ha visto y que sí reconoce, y es el final de The New Pope: “Cuando vi esa secuencia final, como lo elevan y lo dejan a las pies de la piedad me pareció muy bonito, pero en el vídeo también muestra la hipocresía de esos hombres que se arrepienten y lloran cuando ya han hecho todo. Quería convertir a Zahara en ese icono casi religioso con esa medalla, una imagen que puede parecer liberadora, pero ella no deja de estar atrapada, es un icono atrapado”.

Guillermo Guerrero con Zahara en el rodaje del videoclip.

En los últimos años el relato ha cambiado. Y para una artista es tan importante la canción como el vídeo, en una narrativa conjunta que completa la experiencia, pero por la que no todo el mundo apuesta. “A día de hoy es vital”, confirma Guillermo Guerrero. “No se entiende un lanzamiento sin un vídeo, creo que es importantísimo para crear la imagen de una artista, pero por otro lado desde las grandes discográficas se deja de lado. Cada vez se dedica menos presupuesto y esperan que el vídeo sea algo que se pueda monetizar con visitas y eso es imposible. Los vídeos son caros, y como no ven retorno económico pues dedican presupuestos ridículos y cada vez más bajos”, zanja con rotundidad.

Por eso se siente muy afortunado de que Zahara sepa la importancia de su trabajo y de que desde su propio sello apueste por “tener un buen videoclip”. “A mí me da alas y arriesga mucho más que una multinacional”, dice y se queja de que en España no exista “una industria del videoclip”, que permita que haya verdaderos especialistas, como lo fue David Fincher en su momento antes de saltar al largometraje, algo que él no descarta, aunque de momento esté concentrado en el disco desde que este Merichane es sólo un aperitivo.

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