Es la gran sorpresa de esta hornada de artistas de Operación Triunfo: Mimi -ahora Lola Indigo- abraza, en sólo una semana, más de cinco millones y medio de visualizaciones en Youtube con su hit Ya no quiero ná, tal vez la propuesta patria más rompedora y aplaudida del verano. La cantante pone banda sonora a ese anti-romance estival que se cuece en las pistas, en la parte más oscura de los pubs: una joven se encuentra, en plena jarana, al chaval que la trajo de cabeza, pero ahora ya es otra.

Le recuerda que no baila para él. Le recuerda que "en la baraja, la reina soy yo". Incluso, a golpe de caderazo, salta al guiño bíblico: "Fuiste mi perdición, la serpiente que me engañó. Esa manzana ya la he probao' yo", reescribiendo la Historia hasta el Génesis. No: con mujeres como Mimi, las nuevas generaciones nunca tendrán duda de que Eva no salió de la costilla de Adán. Tampoco tiene que caer sobre sus hombros -como hasta hoy- la pérdida del paraíso.

Hay un nuevo Edén lleno de hembras insurgentes que hacen piña con sus hermanas. Hay un mundo que se expresa bailando, como el que propone Lola Indigo, y su fiesta sólo acaba de empezar. 

Yo siempre había tenido en la cabeza, desde que empecé a bailar con 15 años, hacer un espectáculo muy woman power: ser fuerte, ser sexy, ser femenina, o no, pero tener la libertad de hacer lo que me diera la gana dentro de un grupo de amigas, de hermanas. Y mira, lo he podido hacer realidad. Creo que mi primera canción, Ya no quiero ná, ha tenido muy buen feedback. Siento que a la gente le gusta bailarla, escucharla cuando están de fiesta… y para mí es fundamental que este tema se use para el entretenimiento, para estar feliz y celebrar el día. Es lo mejor que podría desear. Sí, he sonado hasta en Los 40. Estoy muy agradecida a Toni y a toda la gente que ha dado apoyo al tema.

Me dices que ahora soy una de las exconcursantes más prometedoras, a pesar de que saliese la primera de la Academia de OT. ¿Qué hubiera pasado si hubiese aguantado un poco más ahí dentro…? Bueno, es impredecible. La verdad es que en lo único que pienso es en que hubiese podido aprender mucho más, que es lo que me obsesiona en la vida. Estar rodeada de gente que me aporte y de la que absorber. Sé que hubiese aprendido más cosas y las hubiese puesto en exposición, hubiese querido hacer actuaciones con mucha performance y mucho show, bueno, ahora tengo vocación de hacerlo también y muchas plataformas. Me encantará ir a la nueva edición de OT a presentarlo.

¿Que qué representa mi generación? Yo creo que hemos sido, no sé, como el escaparate de esa generación que ha sufrido un cambio que pensábamos que igual se haría más adelante, ¿no? Somos de otra manera, somos más libres y somos más capaces de ser nosotros mismos. Sin miedo, sin ataduras. Estamos animando a toda esta generación a que lo haga, a que se sienta libre para ser quien quiera ser de verdad y lo más feliz posible. Tienes una vida para ser quien quieras ser y espero que siga así, que los próximos chicos también sean ejemplo de eso.

Me preguntas cómo puede hacer una mujer joven para llevar las riendas de su propia carrera en la industria musical, como todas, que está tan dominada por los hombres. La lucha es continua. Yo soy feliz de poder poner las cartas sobre la mesa. He tomado decisiones y las sigo tomando a diario sobre cómo quiero hacer las cosas, sobre la imagen que quiero transmitir a las chicas de esta nueva generación, a estas niñas que tienen que saber cuál es su lugar y cuáles son sus derechos… Desgraciadamente, llevamos mucho tiempo escuchando a los chicos decirnos lo que nos quieren hacer, lo que somos para ellos y tal, y ahora hay una respuesta femenina. Es bien. Está bien que haya variedad. Tiene que haber de todo, porque la música es libre y cada uno tiene derecho a expresarse como quiera. Esta es mi manera de expresar lo que yo defiendo.

Recuerdas lo que le pasó a Becky G. en TVE, que le hicieron cambiar la letra de su canción Mayores. Sí, total. Estoy muy de acuerdo con ella, dentro de que tenemos que ser cuidadosos con el público al que nos enfrentamos, porque creo que la infancia es un período de la vida que hay que respetar. Las mujeres tenemos todo el derecho del mundo a decir lo que nos gusta en la cama, lo que nos gusta fuera y qué tipo de hombre nos gusta o nos deja de gustar. Yo no me voy a cortar en hacerlo en mis próximos temas.

Me preguntas por la entrevista que le hicieron en TVE a Ana Guerra, en Amigas y conocidas, cuando cuestionaban que se hiciese fotos en bikini y decían que eso no era feminista. Es que sigo sin dar crédito a esa entrevista. Me dejó en shock. En ese programa quieren que las jóvenes tomemos el sol en burka, con todo el respeto, o con jersey de cuello alto, pues nada. Bueno, yo no soy menos feminista por subir una foto en topless o en una playa, la verdad. El hecho de que una mujer sin camiseta vaya provocando y un hombre no es el colmo, es algo que debemos cambiar… vamos, yo encima soy partidaria del movimiento Free the nipple. Por mí, ya te digo: venimos al mundo desnudos y luego nos dicen que mostrar el cuerpo está mal visto, a la vez que vemos noticias de gente muriendo y nos lo tragamos mientras comemos un plato de lentejas. Y eso no nos shockea, no nos deja mal, pero mostrar un bonito cuerpo sí: mínimo es ofensivo o incómodo, diría yo.

En cuanto a Ya no quiero ná: es gracioso, porque cuando me senté a componer la canción, me puse en el papel de mí misma en una discoteca cuando empecé a salir. Fui bastante temprana. Soy de un pueblo de Granada y yo estaba ya pronto en las verbenas. Así que me puse a mí misma en situación: aparece el chico que te gustaba o con el que has tenido un lío. Te lo encuentras y quiere llamar tu atención, porque por obra del destino ha acabado en el mismo sitio que tú. Pensé: “No me calientes la olla, que yo contigo ya no quiero ná”. Fue un proceso muy divertido, el de componer la letra. Me gusta que las niñas y los niños la canten, la griten… que entiendan que pueden pasárselo bien sin depender de nadie.

¿Que por qué aún hay mujeres que no se definen como “feministas”? Pues yo creo que es una falta de desconocimiento por parte de nosotras mismas: que en pleno 2018 no sepamos el significado de la palabra “feminismo”… el significado real, que significa “igualdad”, que me duele la boca de explicarlo, pero bueno. Una cosa es que tu pareja quiera ser un caballero, tratarte de manera servicial, y otra cosa es ser feminista y defender tus derechos, tu igualdad económica, tu trato de respeto por encima de todo. La gente tiene que empezarse a informar sobre por qué estamos luchando. Por mucho más que porque nos abran la puerta o nos la dejen de abrir.

Me preguntas por las cuotas en los festivales… y por qué no hay suficientes mujeres en los carteles. Bueno, yo creo que es absurdo porque hay muchas mujeres consumidores de música, más que hombres, y eso es una realidad. Lo dicen los resultados. Yo creo que todo esto va a cambiar con el movimiento que estamos creando de mujeres que apoyan a mujeres. Yo soy muy hermana de mis hermanas y de apoyar a otras artistas femeninas. Es un mundo por descubrir, el amor de mujer a mujer. Nos hacemos fuertes si nos unimos.

Dices que también sería importante que las mujeres artistas sobreviviesen en la industria con cuerpos diferentes o cuando envejezcan… absolutamente. Por eso para mí que Madonna con sus sesenta años siga poniéndose body para dar un concierto me parece de diosa, de mujer ejemplo. Ojalá podamos estar todas como están los hombres rockstar, arrugados, con sus canas y sus cosas dando conciertos. Pero a nosotras se nos mira mal cuando tenemos 40 o 50 años. Es otra cosa por resolver. Y el movimiento Body positive, que reivindica todos los cuerpos. Dentro de mi mismo grupo cada una tiene un físico, una raza, cada una tiene un cuerpo y de todos nos enorgullecemos. No nos preocupa. Yo cuando era joven tuve inseguridades con respecto ami cuerpo, me he castigado mucho y ya estoy fuera de eso. Dentro de la música tiene que haber de todo. Tiene que haber Adele y tiene que haber skinny.