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    Feria, Ana Iris Simón

    Es un gran libro sobre las pequeñas cosas. Sobre crecer en un pueblo perdido. Sobre la belleza doméstica. Sobre los abuelos, los padres, las viejas ferias perdidas -que se esfumaron, justamente, cuando el mundo entero se convirtió en una feria neoliberal-. Sobre dios -con minúsculas- y sobre cómo vive silenciosamente en las cosas, hasta para quienes se hicieron mayores instruidos por ateos militantes. Es el debut de una niña salvaje, llena de ternura y de preguntas. Incorrecta, agudísima. Impermeable al rebaño. Una niña feroz que quiso ser moderna, que en algún momento fue soberbia, que se avergonzó de sus raíces, para, finalmente, ir a caer en ellas como en un colchón blando que nos recuerda quiénes somos tras los artificios de la cultura y la urbanidad. Es un libro contra el progreso mal entendido. Es un libro para la memoria. Ana Iris Simón resulta una voz imprescindible: conózcanla. Pincha aquí para comprar en Amazon. 

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    Un amor, Sara Mesa

    No hay duda de que Sara Mesa es una de nuestras más sólidas, turbias y complejas narradoras. En esta novelita escueta, corta e intensa, que no saca músculo en el estilo -se prefiere seca y áspera- pero sí en la capacidad de generar turbación, cuenta la historia de Nat, una joven que se va a vivir a una casa medio derruida en un pueblo perdido de la mano de dios. Allí se enfrenta a sus pánicos, a sus paranoias, a sus neurosis, a su relación peligrosa con las palabras y sus significados. A su mirada ante los hombres y a la mirada recibida. Al sexo: al nuevo sexo planteado como dilema ético. A la idea -tan dolorosa- de que deseamos más lo que nos es distante, tanto lingüística como emocionalmente. Como un puñetazo en el ojo. Como una náusea. Consíguelo en Amazon

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    Nuestra parte de la noche, Mariana Enríquez

    Es una de las novelas más sorprendentes de los últimos tiempos, una de las que más ha dado que hablar conforme ha ido ganando lectores a partir de convertirse en el Premio Herralde de Novela 2019 (Anagrama). Se trata de una historia de terror sobrenatural que acaba colindando con pánicos muy cotidianos: relata los devenires de un padre y su hijo que atraviesan Argentina a carretera, de Buenos Aires hasta la frontera norte con Brasil, en plenos años de la junta militar. Gaspar, que es el niño, se ve, por sus dones, envuelto en una secta que aspira a la vida eterna mediante rituales terroríficos -¡hasta humanos!-. Pincha aquí para comprar en Amazon. 

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    Pequeñas mujeres rojas, Marta Sanz

    Sanz es una autora que piensa a través de la lengua, una intelectual en pugna constante contra el amarillismo, contra el eslógan, contra la cultura del espectáculo. También -hay que decirlo- contra la filosofía de la revancha y del colmillo afilado que sólo sirve cuando sangra. Con este libro, pequeñas mujeres rojas (Anagrama), cierra su trilogía negra de Arturo Zarko tras Black, black, black y Un buen detective no se casa jamás. Aquí indaga en los desaparecidos del franquismo, en los feminicidios y en la violencia ejercida contra el cuerpo de las mujeres -entre otros abismos y pánicos- sin olvidar en ningún instante ser “profundamente literaria”, porque ella cree que el estilo es político. “Esto no es una novela sobre la Guerra Civil, o no sólo: es una novela que habla de ese ADN siniestro que se puede volver a reproducir en una sociedad futura y distópica… o incluso que puede volver a reproducirse en este momento, porque no hemos hecho bien nuestros deberes con la memoria”, contó a este periódico. Está disponible en Amazon

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    Cien noches, Luisgé Martín

    Hay un poema de Gil de Biedma, Pandémica y celeste, que lo contiene todo: las enormes dudas, los pavores, las tensiones, el paso del tiempo, las grotescas excitaciones, la ternura, la curiosidad, la biología, la filosofía, el afecto. Sobre él se construye la nueva novela del brillante Luisgé Martín, Cien Noches (Anagrama), que le ha valido el Premio Herralde.

    Aquí la historia de Irene, que empieza ahondando en trabajos de laboratorio sobre el comportamiento sexual de las ratas -que dan ciertas claves sobre la fidelidad o promiscuidad de los mamíferos según su sexo- y acaba obsesionándose por investigar la misma pulsión en los humanos. Lo hace ella misma, en su intimidad y en su observación. Lo hace ella misma con sus hombres cobaya. Hasta que se pilla: claro. Es ahí donde acaba el juego del sexo y empieza la vida, la verdadera tragedia de la vida: en el amor.

    Luisgé piensa, como el propio Gil de Biedma, que el sexo no es meramente sexo -esto no va de sudor ni de cuerpos chocando, no va de penetración ni de saliva-: entiende el erotismo como una manera de acercarse a los grandes enigmas del ser humano. El sexo para quitarse las máscaras. El sexo para entender quiénes somos cuando caen las máscaras, cuando cae la urbanidad, cuando nos dejamos quitar la piel del civismo, de la cultura y de la mirada de los otros. Pincha aquí para comprar en Amazon. 

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    Irene y el aire, Alberto Olmos

    El mejor libro sobre maternidad de este año lo ha escrito un padre, pese a quien pese: un observador lucidísimo frente al pánico y el milagro que ha sabido quedarse en un segundo plano en este relato breve y encantador que se bebe como un vaso de agua. Irene y el aire (Seix Barral) es una novela autobiográfica y hermosa, delicada, radicalmente conmovedora, sarcástica a veces, llena de humor y también de asfixia, sobre la concepción y el nacimiento de la hija del autor. Primero todas esas reticencias de los que nunca amaron a los niños ni a los perros, de los cínicos que se negaron a la convención para después abrazarla, de la extrañeza y la fascinación frente al vientre creciente.

    Luego la verdadera madurez del autor y del hombre: la del varón frente a la gran tragedia, frente al gran desastre, frente a la gran maravilla de la vida finísima de un ser diminuto y siempre bueno, aún por corromper. Qué miedo las contracciones, qué miedo la sangre y el silencio, el monitor marcando ceros; menos mal que lates, qué suerte que latirás. "Todo lo que no es paternidad es adolescencia", dice Olmos. Y tendrá razón. Consigue este libro pinchando aquí

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    Simón, Miqui Otero

    Premio Ojo Crítico de novela de mano de RNE, una de las últimas -estupendas- sorpresas del año. Miqui Otero se confirma como el gran cronista de Barcelona y cuenta la vida de Simón, un muchacho que somos todos -aunque no hayamos nacido en Sant Antoni, aunque no hayamos nacido exactamente a principios de los ochenta-. Le entendemos y le queremos bien, a Simón, y recorremos desde sus ojos la euforia de 1992 hasta el procés, el 1 de octubre y los atentados de las ramblas. Jan Martí (Blackie Books) sabía lo que hacía cuando publicaba esto: es un golpe narrativo en la mesa, es un cuento generacional que se desborda a sí mismo, es un tratado no exento de ternura sobre un país esquizofrénico. Consíguelo en Amazon pinchando aquí

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    Panza de burro, Andrea Abreu

    Esta novela, una de las más aplaudidas y sorprendentes del año, aborda la relación de intensa amistad entre dos niñas canarias: una, la protagonista, otra, su amiga Isora, a la que la primera le tiene devoción. Publicada por Barrett y editada por la -también tremenda- Sabina Urraca, 'Panza de burro' recorre esos años tiernos, salvajes y trágicos de la infancia a la adolescencia. Justo ese trauma, justo ese salto. Llena de cultura popular y de cultura canaria, libre en el estilo, en la lingüística y en la fonética, construida con ladrillos pequeños a pie de calle. Un libro sobre la belleza y sus cánones, sobre los pelos femeninos, sobre la delgadez y la felicidad. Un debut acojonante, reivindicativo sin estridencias y obviamente poético de la niña que creció en un pueblo nublado y que guarda una vieja dentro. Está disponible en Amazon

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    Madrid, Andrés Trapiello

    “El día que decidí venir a Madrid fue el más importante de mi vida”, dice Trapiello. Tenía 17 años y se piró de León diciendo adiós a un padre falangista que había combatido en la Guerra Civil y llegó a esta ciudad fragmentada, híbrida, mestiza y hermosa de la que beben tantos. Vino a ganarse la vida, Andrés. Y dice que aquí entendió que Madrid es "arrimar el hombro". Madrid no tiene cultura propia, sino que aquí van a romper todas las culturas -editando a Machado-. En esta obra colosal editada por Destino, le hace un traje a la ciudad de su vida y la hilvana con anécdotas y recuerdos propios. Pincha aquí para comprar en Amazon. 

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    Tres mujeres, Lisa Taddeo

    Taddeo se ha pasado ocho años de su vida siguiendo y escuchando a tres mujeres muy diferentes a fin de interrogarlas sobre su erotismo, sus deseos, su sexualidad. Dice la autora que en dos de los grandes temas sobre los que orbita nuestra existencia -el sexo y la muerte- acostumbramos a mentir. Su pulso periodístico buscaba airear esa realidad pudorosa, esa verdad incómoda que no es ni más ni menos que naturaleza y contradicción humana.

    Lo ha hecho. El resultado, Tres mujeres (Principal) lo demuestra: ya anda traduciéndose a diversos idiomas y arrasando en medio mundo. En él habla de Maggie, que acaba de perder una demanda por abuso sexual contra un profesor del instituto con el que mantuvo una compleja relación cuando tenía 17 años. Y de Sloane, dueña de un restaurante en Rhode Island, que se acuesta con otros hombres para complacer a su esposo. Y de Lina, una ama de casa, casada con dos hijos, mantiene un tóxico “affaire” con su novio del bachillerato.

    El mismísimo Gay Talese tuvo la osadía de decirle que para igualar su obra 'La mujer del prójimo', lo único que podía hacer era acostarse con hombres casados y escribir un libro. Ya saben, Gay, ese prestigioso periodista del libro inventado -'El motel del voyeur'-. "Fue un comentario muy sexista, por supuesto", reconoció Tadeo a este periódico. "Pero no me ofendió. Sólo me impulsó a intentar escribir un libro mejor". Aquí lo tiene, señor Talese. Está disponible en Amazon

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    Regreso al Edén, Paco Roca

    De regalo, dos maravillosos cómics. Uno es esta joya de Paco Roca, nuestro mejor historietista: ahonda en sus huellas sentimentales en Regreso al Edén (Astiberri), un cuento familiar a partir de una foto de 1946 en la antigua playa de Nazaret de la capital valenciana. Esta es -en realidad- la vida de su madre. Es un trabajo de memoria histórica y memoria personal. Es una cuenta pendiente. Es un homenaje a la dignidad del pasado desde un mundo en el que ya no tienen valor las fotografías -pero sin embargo, todo es imagen-. Un mundo donde ya no tenemos álbumes de fotos en las casas para volver a los días felices. Es una excusa para charlar con la mujer más amada y preguntarle por su infancia y su juventud. Es una manera de aclarar de qué manera los niños del Estado del Bienestar llevamos una marca secreta que nos separa, sólo por una generación, del hambre, la guerra y la miseria. Imprescindible. Pincha aquí para comprarlo en Amazon. 

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    La mala leche, Henar Álvarez

    Esto no es una novela gráfica, es un carro en llamas: en La Mala Leche (Planeta), ilustrada por Ana Müshell, la cómica y guionista Henar Álvarez pisa todos los callos desde el carisma y el feminismo. La historia está protagonizada por su alter ego Nani, una madre primeriza -como ella- que está hasta el papo de unos y de otros. Del trabajo, de las exigencias de la sociedad, de los machismos que flotan en el aire, del pánico a la muerte -es una hipocondríaca divina, estilo Woody Allen-, de no saber cómo gestionar su erotismo desbordante. Todo por un deseo sexual no resuelto: el deseo de que su pareja le chupase la leche de sus pechos maternos. Es un jaleo de autora, es un relato chispeante en sí misma. No se la pierdan. Puedes comprar este libro pinchando aquí