No es una exageración afirmar que Cristóbal Serra es una figura desconocida para la mayoría. Si bien fue reconocido por artistas como Octavio Paz o Enrique Vila-Matas, el mallorquín nacido en 1922 tuvo una vida tranquila y solitaria, lejos de cualquier círculo intelectual. No es de extrañar que el propio Paz le calificara como "ermitaño". El escritor apenas salió de su Mallorca natal en su vida adulta.

Personaje peculiar, convivió hasta su muerte en 2012, pocos días antes de cumplir los 90, con un sinfín de contradicciones. Tal y como explica Josep María Nadal Suau, las contradicciones son uno de los rasgos más presentes en su edad adulta: "Racionalidad e irracionalidad, ego y trascendencia, confesión y ocultación, reaccionarismo y rebeldía, materia y espíritu, modernidad y antimodernidad..."

Pero su fallecimiento no coincidiría con la finalización de su obra, pues no toda ella había visto la luz. Nadal Suau, quien conoció personalmente al erudito y visitó su casa tras su muerte para ayudar a vaciarla, se encontró con un baúl. Aquel baúl, que en un principio no parecía contener más que ropas del difunto escritor, fue el resguardo de cuatro cuadernos del Cristóbal Serra más tardío.

Cuadernos de Cristóbal Serra encontrados en un baúl de su casa. Fundación Banco Santander

Aquellos escritos, redactados en "cuadernos comprados en el chino de la esquina" son toda una "joya del humanismo", según Francisco Javier Expósito, responsable literario Fundación Banco Santander. Es por ello que la fundación ha decidido publicar el contenido inédito en un solo volumen titulado El aire de los libros. A lo largo de 250 páginas analiza y muestra un ligero esbozo de diferentes libros y autores: desde el Antiguo Testamento hasta H.G. Wells pasando por Rimbaud y Dostoyevski. "No es un libro nacido para ser libro, es más bien un texto donde relucen las últimas lecturas de su vida", explica Nadal Suau.

"Cada lectura, cada cita, debe interpretarse como una confesión personal”, añade. No es, en conclusión, un comentario crítico, sino que comprende el género de un diario, cuento, ensayo o reseña.

Veneno y mito al mismo tiempo

El secretismo acerca de estos cuadernos vuelve a evidenciar la vida sedentaria del erudito. Jamás se identificó con ninguna escuela o movimiento artístico ya que, desde su punto de vista, formar parte de una entidad o institución artística significaba limitarse. Y es que, haciéndose valedor de esa irracionalidad que predicaba, utilizaba "la imaginación como vía de conocimiento".

Fragmento original de 'El aire de los libros' (2012). Fundación Banco Santander

El hallazgo es una oportunidad más para conocer de primera mano al mallorquín ya que difícilmente pueden ser encontrados sus libros en el mercado. "Era un veneno para la taquilla y un mito al mismo tiempo", puntualiza Nadal Suau, quien ha escrito el prólogo de su última publicación y recalca el desconocimiento de la masa sobre un autor venerado por figuras de la literatura y el arte como Javier Sierra o Andrés Ibáñez.

En resumen, a tres años de su centenario, El aire de los libros recupera una voz casi olvidada por la sociedad. Una voz necesaria y que siempre estuvo en la literatura española. Además, tal y como comenta Nadal Suau, para ser su última obra es donde realmente se trata "quién fue él".

Noticias relacionadas