Ignacio Fornes, Nach, está Hambriento (Planeta). El hip hop no todo lo abarca: hay causas que requieren de poesía. Han sido cuatro años de contracciones hasta parir un librito delicioso, consistente, monolítico, sustento por cuerdas invisibles: no le sobra un verso en estos tiempos de paja. Angustias, dependencias -¿no es lo mismo?-, escepticismo, hastío. También amor del que se hace y del que se dice.

El rapero y poeta se llama anti-antidisturbios: aún le late dentro ese niño a un walkman pegado, con capucha casi craneal, que paseaba por el parque pisando interrogantes. Ha aprendido que la voracidad vital es una patología que nos entierra. Lo decía Agustín García Calvo: "Toda la continua renovación de cuerpos sucesivos no bastará jamás para satisfacer la necesidad de materialidad de la pasión abstracta". 

¿Sigue siendo el remordimiento un quicio de la moral religiosa, como decía Unamuno y citas en tu libro? ¿Qué herencias católicas has tenido en tu educación que te sigan condicionando a día de hoy?

Bueno, yo creo que sí, que el remordimiento sigue haciéndonos mucho daño, sobre todo porque hay una cuestión vital y una cuestión muy natural que tiene que ver con instintos nuestros que están coartadísimos por la religión. Y eso crea remordimiento y sufrimiento. En mi educación ha estado muy presente, de una manera en la que luego tuve que romper muchos nudos para poder tener una visión objetiva de lo que soy yo, de lo que es la sociedad y de lo que es un ser humano, básicamente. Y de ahí que ese texto de Unamuno me sirviera de espejo, porque yo también he sentido eso.

¿Un amante siempre es un esclavo?

(ríe). Cuando estás enamorado, te conviertes en un esclavo de esa sensación, de esa locura. Y esa esclavitud es maravillosa por un lado, pero por otro nos provoca dolor, y, bueno, es parte de la vida.

En una parte del libro hablas de la soledad y en uno de los poemas te refieres a que "somos partes".

Sí. Estamos diseñados de alguna manera para socializar, comunicarnos y conectar de muchas maneras con otros seres humanos que nos encontramos en el camino, de ahí que la sexualidad sea importantísima en nuestra vida, y de ahí que el afecto sea importantísimo en nuestra vida. En el fondo, yo creo que, como individuos, es muy difícil completarnos, y es muy difícil poder seguir adelante. De hecho, cuando ves gente que lleva mucho tiempo sola, te das cuenta de cómo se ha fracturado, y de cómo se ha apagado, y esto tiene que ver con ese espíritu humano de comunicación y de necesidad de tocar y sentirse parte de algo.

Pero ¿eso está siempre ligado a la pareja, o no tiene por qué? O sea, ¿es necesario estar con alguien para ser plenamente felices?

No. No una pareja. No estamos programados para tener sólo una pareja. Es una programación que viene con nuestros genes más ancestrales, y de ahí que luego surjan un montón de complicaciones por todo ese tipo de historias... (ríe). Pero yo, a nivel individual, creo que la felicidad cada uno la busca de la manera que debe, cree, puede y sabe. A partir de ahí es cuando se tienen que quitar remordimientos, cortinas y lastres.

Hay un poema en el que dices que nos han modelado perfectamente y que con nosotros han hecho su imperio. No sé si te refieres al capitalismo.

Sí. Lo que ha pasado con Trump es un reflejo de ese moldeamiento del que hoy en día todos somos un poco cómplices, que es lo que digo en ese poema; que si no estaríamos debajo de un puente. Y todos desconectamos en un fin de semana fácil o en nuestra comodidad, ¿no? Y dejamos de lado lo que tiene que ver con investigar o con pensar un poco más allá, porque realmente lo que nos han vendido es "entretente, entretente, no pienses, trabaja, sé productivo, cumple...", y lo que vaya más allá tiene cierto grado de peligro. A la gente le da miedo, y eso hace que seamos más manipulables.

Ignacio Fornes, Nach, rapero y poeta. Dani Pozo.

¿En qué sistema crees, si el capitalismo te parece tan imperfecto? ¿Comunismo?

Bueno, yo creo que hay que pensar en la sociedad en la que estamos actualmente y ser un poco prácticos con esta sociedad. El capitalismo es lo que impera, vale, pero dentro de ese capitalismo se puede tener un acercamiento a la naturaleza mucho más sostenible y mucho más... sentido común. Un sistema que proteja a los más débiles y a la gente que está más desamparada, y darnos cuenta de que si la globalización para el liberalismo comercial es tan importante y está tan arraigada, esa globalización también va a conllevar unas ciertas circunstancias que hacen que determinada gente que pasa hambre en un sitio se vaya a otro y por lo tanto se tengan que tomar medidas sensatas para que haya equilibrio. En esta sociedad impera el ir a más y a más y a más sin plantearse si este hambre empresarial de tener que crecer y crecer es real o no. Me da pena y mucho miedo ver que a nivel político no se tiene en cuenta como prioridad.

¿Cuáles son las vergüenzas de España?

(Se ríe a carcajadas). Hay unas cuantas, pero también hay que hablar de las cosas buenas que tiene este país. Yo he viajado por un montón de sitios del planeta y sinceramente no cambio por nada la mentalidad de mucha gente de sacar una sonrisa cuando tiene problemas o el intentar divertirse de una manera lógica cuando en otros lugares no saben hacerlo... hay una actitud muy positiva y muy enriquecedora a muchos niveles. Y a nivel cultural y a nivel histórico hay cosas en este país que merecen mucho la pena.

¿Las vergüenzas? Pues que en este país nos gusta mucho pensar en la vida de los demás para no pensar en la nuestra, nos gusta mucho excusarnos para no trabajar todo lo que debemos o no asumir determinadas responsabilidades que tenemos; nos gusta mucho escondernos, muchas veces; nos gusta mucho... ¿cómo decirlo? Hablar como si tuviéramos la verdad absoluta cuando en el fondo es algo muy delicado. Vas a un bar y ves a gente sentando cátedra cuando en realidad están hablando de algo muy complejo, y eso es gran parte de la actitud española.

Hay un poema en el que decías que la undécima gota llegó cuando te diste cuenta de que quien tenía que protegerte te estaba robando. ¿Por qué sigue ganando entonces el PP?

Porque hay una gran parte de la sociedad española que ve a la izquierda como comunismo y la ve como un tipo de actitud de cutre y de pobre, y hay un tipo de gente que está tan arraigada a la derecha que por mucho que haga el PP, no va a cambiar. Luego también hay otro tipo de gente que piensa que a nivel económico es la opción más viable porque por muy corruptos que sean, la izquierda no sabe funcionar y no se dan cuenta de que a nivel social la historia es más importante de lo que parece, porque una cosa va ligada a la otra.

Entonces, bueno... es cuestión de educación y no ven que otra posibilidad sea viable, es un poco triste también ese encerramiento y no dar otra oportunidad, aunque también entiendo que esas otras opciones no están del todo claras. Lo que me hace gracia del PP es que por lo menos ellos roban y hacen lo que quieren y te lo dicen a la cara, y esa sinceridad tan cruda... son muy de frente... y a la gente le parece bien que sea así. Tampoco soy analista político para dar opinión certera del asunto, pero esa es mi visión.

Decías en otro poema que creemos que podemos hacer la revolución a golpe de tuit y esperando que ese tuit se convierta en trending topic. ¿Dónde está la revolución entonces, cuál es su plataforma?

A ver, es que no podemos abarcar más de lo que somos. La revolución está en ese pequeño entorno que tienes alrededor y en el que eres capaz de incidir. Ser empático, ayudar, e intentar mejorar ese entorno que tú tienes para que la onda expansiva vaya creciendo. Esa es una de mis consignas a la hora de hacer música o hacer arte: aportar un poquito de mi visión a la gente, una mejor versión de mí, para que ellos lo aporten a su vida y puedan dar otro poquito a otra gente. La bondad, la empatía, el respeto y la tolerancia.... aunque la palabra "tolerancia" no me termina de gustar.

¿Por qué?

Porque implica tolerar algo que no te gusta, y tolerar no quiere decir que lo respetes. No me termina de convencer. Pero bueno, creo que la revolución está en cambiar ese entorno familiar y amistoso que tienes cerca. Con empatía.

¿Se puede hacer una revolución desde las instituciones, como propone Podemos, o la revolución siempre está fuera?

Hay que buscar un poco la revolución desde las instituciones. Pero hoy en día la sociedad está construida de determinada forma que cambiar todo eso requiere un paso atrás o varios pasos atrás, y no creo que la gente que ahora mismo está paseando por Gran Vía esté dispuesta a eso, de ahí a que sea bastante difícil.

Ignacio Fornes, Nach, rapero y poeta. Dani Pozo.

Hay un poema que está dedicado a por qué escribes. Y decías que, sobre todo, no escribes porque ahora esté de moda que todo artista saque su libro. Me llamaba la atención que libro estuviese en cursiva. No sé si hay ahí cierto escepticismo hacia la superpublicación.

Yo he sido muy cuidadoso con este tema. Llevo cuatro años escribiendo el libro. Y no voy a decir quién merece sacar un libro y quién no, porque cada uno, en su propia visión, hace lo que cree que debe hacer. Pero sí que opto por hacer algo con la mayor honestidad posible, con la mayor calidad posible y con el mayor trabajo posible.

Y sí que he visto algunos libros... o alguna gente que ha intentado aprovechar un momento en el que se están sacando libros para poder estar ahí también, ¿no? Y es algo que en mi caso no es así, por eso lo digo en ese poema. Después de cuatro años, he pensado que tenía un material que merecía la pena. He intentado mirar mucho dentro, ser sincero conmigo mismo y no meter paja. Hay sentimientos profundos ahí que con el rap no hubiera podido mostrar.

¿Por qué dices que en el rap no lo hubieras podido mostrar?

Porque en el rap estoy como más encerrado en el tempo, la rima... y con la energía que da el rap, hay temáticas que encajan y sensaciones y emociones que no, que no he conseguido plasmar nunca en una canción de rap y no sé si lo podría hacer.

Decía en la presentación de tu libro que siempre has pertenecido al sector más poético del rap. Y es cierto que es complicado estar en una esfera y no caer en los vicios de esa esfera. Como por ejemplo, el machismo, cierta homofobia y, cómo no, la lucha de egos.

Yo soy una persona en ese sentido... no soy machista, no soy nada homófobo, ¡soy así! Y yo lo plasmo en mi música. Y mucha gente más radical o más "guetto" me ha mirado mal o me ha tildado de blando. Yo creo que el secreto de mi éxito ha sido no dejarme arrastrar por estereotipos, sino seguir mi propio camino. Y eso me ha servido para tener mi propio espacio, y es importantísimo. Algunos rapers se guían más por lo que está funcionando más, por lo que se lleva o por el estilo que esté pegando más... y hay que intentar tener personalidad propia.

Incompatibilidad eléctrica. Háblame de ese poema.

Habla de cómo a veces no me he entendido a nivel intelectual con algunas personas pero a nivel sexual ha sido brutal. Tan buena es una cosa como la otra. Esa electricidad... me parece muy especial también, y hay cosas que sólo funcionan de esa determinada manera. Si conoces a alguien, no tienes que conectar al cien por cien, hay cosas con las que no tienes por qué estar de acuerdo e incluso aprender de lo que esa persona puede dar; y aunque no te llene o no participes de nada de eso, en otras facetas puedes conectar a la perfección. Y oye, eso es muy bonito en el ser humano.

Ignacio Fornes, Nach, rapero y poeta. Dani Pozo.

¿Qué tiene el sexo de refugio? ¿Y las pastillas?

En el sexo sí he encontrado un refugio bastante curioso, que me ha servido para relajarme y calmar mis instintos. Creo que muchas veces tendemos a darle al sexo demasiadas connotaciones cuando en el fondo es una cosa tan natural y tan necesaria... siempre ponemos trabas o connotaciones negativas. "Esa tía es muy fácil" o "ese tío está salido". A mí el sexo es una de las cosas que más me llenan en la vida, cuando está unido al afecto es algo maravilloso, y cuando no está unido al afecto es un gran momento de placer, comparable a pocas cosas. En el libro hay bastante apuntes a lo que es el sexo. Y en cuanto a las pastillas... he pasado una época de ansiedad bastante fuerte.

"Mi miedo y yo", lo llamas.

Sí. Yo he estado con las pastillas encima de la mesa, mirándolas, y tuve mucho respeto a ese asunto. Tendemos a buscar en la pastilla la manera de acabar con un problema con el que se tiene que acabar de raíz. La raíz requiere de ejercicio interno bastante jodido muchas veces y que lleva mucho tiempo. Yo tomé tranquilizantes en un momento dado pero no los tomaba cada día. Me refugié más en el ejercicio, en la salud, en comer bien y plantearme qué hacía con mi cuerpo para que funcionara mejor y el estrés se redujera de mejor manera.

En Anti-antidisturbios hablas de cómo cambian las palabras cuando caen en manos de los antidisturbios. Me pregunto cuándo te diste cuenta de que los policías no siempre eran los buenos.

Cuando era un chaval. Ten en cuenta de que yo cuando era un chaval iba con mi capucha, con mis walkman, llevaba una pinta un poco... sospechosa, digamos. Y eso que yo era un pedazo de pan, pero a veces no me dejaban entrar en un centro comercial, o me paraban por la calle y me pedían la documentación, o me buscaban droga, etc, etc. Es normal.

Prejuicios.

Te das cuenta de que la imagen y todo ese tipo de superficie hace que te sientas un poco... "esta gente que me protege... está abusando un poco... de esta situación, y me están amenazando". Sé que están trabajando y no tienen que ser robots perfectos, pero a veces no entendía bien... estábamos en un parque tan tranquilos, ¿por qué tenían que venir, si cuatro calles más para allá alguien estaba robando con un butrón?

¿Y ahora quién nos protege, ahora quién nos salva?

Nos protege y nos salva, o por lo menos a mí, el arte con un poco de sentido y un poco de corazón, que me hace sentir más vivo y más cerca de otras personas. Me hace creer en el ser humano. Porque a nivel político estoy cansado de ver tanto pa'lante y pa'trás. Derechos por los que intentan luchar las minorías y...

¿Por ejemplo?

Lo de Trump que decíamos. ¿Qué pasa con los derechos de los gays, los inmigrantes, las mujeres, qué pasa con las cárceles llenas de negros, qué pasa con toda esa gente que no es blanca, capitalista, heterosexual y que tiene dinero? ¿Qué hay del resto? Ponerte a pensar en eso te hace perder un poco la fuerza. Y entonces aparece el arte.

Ignacio Fornes, Nach, rapero y poeta. Dani Pozo.

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