Hoy se reúne por primera vez el grupo de trabajo que debe reformar el INAEM. Quince expertos analizarán los problemas y propondrán las soluciones, para que el máximo organismo que ampara y difunde las artes escénicas españolas sea más ágil y flexible para, entre otras cosas, moverse con mayor holgura en gira. Y sobre todo para que las giras no se coman los presupuestos de cada unidad de producción.

La semana pasada, el ministro de Cultura y Deportes, José Guirao, dijo en su primera comparecencia en el Congreso de los Diputados que quiere “potenciar todo el sistema de giras nacionales e internacionales y que las producciones recorran todo el territorio nacional”. Aquel día el ministro mostró el color más tenue y templado de sus virtudes. En su primera visita a la Cámara Baja prefirió el perfil bajo-bajo a avanzar alguna idea propia que alimentara las esperanzas de las industrias culturales.

De hecho, en su discurso hubo más remakes del PP que nuevas líneas estratégicas. Para empezar, entonó el micromecenazgo como su gran aportación, algo que ya puso en marcha José María Lassalle con un rotundo fracaso. Por otro lado entonó su deseo de que las unidades de producción del INAEM salieran más. ¿Por qué sugiere el ministro que no giran las compañías cuando las memorias anuales del INAEM dicen todo lo contrario?

Devorar el presupuesto

La Compañía Nacional de Danza (CND) es la que más sale por España y el extranjero y han “aumentado exponencialmente” su presencia en el extranjero sin olvidar “fidelizar” al público español. Su dirección apunta en la memoria anual de 2016 que su obligación es facilitar el acceso al mayor número de ciudadanos del Estado español. La CND ha tenido presencia “en los teatros más significativos de España” y “estableciendo con récord de asistencia de público del 100% en todas las representaciones”.

Esta unidad ha mantenido presencia por España, con gira por Cataluña, Madrid, Andalucía, País Vasco, Comunidad de Murcia, Castilla la Mancha y Castilla y León. Y tres países. Ese año se realizaron cinco nuevas producciones y se incorporaron al repertorio de 27 coreografías disponibles. Pero la CND no es la norma, ¿por qué? El CND se ha mantenido firme en las negociaciones con los técnicos que hacen posible cada montaje, para que las horas extras no se coman el presupuesto.

Abajo el Convenio

“El Convenio Único vigente de los trabajadores del INAEM es incompatible con cualquier actividad artística de las artes escénicas”, explica un director de una de las unidades a este periódico. Prefiere que su nombre no trascienda. “Si tienes un acuerdo que dice que desde que sales de tu sede hasta que vuelves te deben pagar horas extraordinarias, no sales”.

La solución la encontró en 2009 Gerardo Vera, al frente del Centro Dramático Nacional (CDN): para no pagar a los técnicos del INAEM las horas extras de la gira, empezó a coproducir con otros centros con convenios menos rígidos. De esa manera, los gastos de los técnicos corren a cargo del otro centro implicado. El CDN sale y giran las obras, pero no sus técnicos.

El dinero no lo es todo

El CDN tiene para producir al año algo más de cinco millones de euros, “si de esos cinco te gastas tres millones para la gira, te quedas sin dinero para crear producciones propias”. Así que empezó a coproducir. El presupuesto destinado a las unidades es insuficiente para hacer frente a la idea que tiene el señor ministro”, dice otro de los directores. “La solución es tener más dinero, pero no es suficiente porque hay que cambiar el régimen jurídico y romper con el Convenio Único. Los técnicos quieren seguir viajando y ganar un pastizal”, añaden.

Desde UGT desmienten las razones que dan los directores de las unidades. “La antigua directora del INAEM no quiso abrir ninguna negociación con nosotros. Un convenio puede ser una cortapisa para la empresa, porque la mano de obra saldría más barata si no se pagan las horas extras. Pero queremos sentarnos con el INAEM para arreglar la gestión más allá de lo laboral. El ministro dice que hay que girar más, pero tiene que decirles a los directores que giren más”.

¿Por qué cree que no giran? “Lo del Convenio no lo veo. No creo que la reforma del Convenio vaya a corregir nada, pero queremos ser flexibles. Seguro que tenemos parte de la culpa, pero no toda la culpa es nuestra”, explican desde UGT, que avisan la línea roja que no van a cruzar: las fundaciones. “Ese modelo no lo queremos para nada”.

Técnicos Vs intérpretes

Otro aspecto que molesta en el seno del organismo son los bajos salarios de los intérpretes en comparación con los técnicos. En Berlín, los bailarines están cobrando 4.000 euros y en España apenas 1.000 euros al mes. “Antes de que se cortasen las giras había técnicos que en una gira de 15 días se sacaban 10.000 euros”, cuentan. “El sistema de retribuciones instalado hace imposible que los centros giren con sus técnicos”, insisten.

La Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) tuvo tres espectáculos en gira internacional (El alcalde de Zalamea, La vida es sueño y La voz de nuestros clásicos) y otros tres en gira nacional (El alcalde de Zalamea, La villana de Getafe y Préstame tus palabras) en 20 ciudades. El Ballet Nacional de España (BNE) tuvo 13 representaciones en el extranjero y en España 23. En el extranjero acudieron 12.644 espectadores (un 78% de ocupación) y en España fueron 22.547 espectadores (87% de ocupación).

Para José Guirao las unidades de producción del INAEM, aunque tienen sus sedes centrales en Madrid, “son las embajadoras de nuestra creación por todo el territorio”. En 2015, las ocho unidades del INAEM realizaron un total de 262 producciones y en 2016, cayeron hasta las 249 producciones, según la memoria anual.