El actor Ewan McGregor. Javier Muñoz.

Aún recuerdo esas praderas verdes entre picos nevados y aquel cielo gris que cuando lo mirabas te entraban unas ganas incontrolables de llamar a tu ex. En aquella localización, cuatro chavales desubicados, sin inquietudes, sin proyecto, bebían, hablaban y se drogaban. Uno de esos chavales se llamaba Mark, Mark Renton, y con una botella de ginebra en la mano gritaba: “Es una mierda ser escocés. Somos lo más bajo de entre lo más bajo. La escoria de la puta Tierra. La basura más servil y más miserable y más patética jamás salida del culo de la civilización. Algunos odian a los ingleses. Yo no. Solo son soplapollas. Estamos colonizados por unos soplapollas. Ni siquiera encontramos una cultura decente que nos colonice. Estamos gobernados por unos gilipollas. Esto es una grandísima mierda y todo el aire puro del mundo no cambiará las putas cosas”.

Veinte años después, un actor escocés llamado Ewan McGregor, que precisamente interpretó a ese Mark Renton del que les hablaba, veía como un pensamiento egocéntrico y mezquino, reconocido como ‘Brexit’, ganaba un referendum. En ese momento, ese hombre escocés le dedicó estas palabras a Boris Johnson: “Puto gilipollas sin carácter. Lideras esta campaña ridícula para irnos de la UE, ganas y ahora te piras para que otro arregle tu desastre”.

Cuando Danny Boyle, el director de Trainspotting, volvió a llamar a Ewan McGregor para la segunda parte de la película, el actor temió haber perdido la identidad del muchacho escocés al pasar más tiempo rodando en Estados Unidos que en su casa. Tras esas palabras dedicadas a Johnson solo podemos decir que Renton está en su mejor momento.

Cuando Danny Boyle volvió a llamar a Ewan McGregor para la segunda parte de la película, el actor temió haber perdido la identidad del muchacho escocés al pasar más tiempo rodando en Estados Unidos que en su casa

Ewan McGregor es uno de esos actores que siempre cae de pie. Un funambulista de la interpretación capaz de hacer que ignoremos sus pinchazos y solo podamos recordar sus aciertos. Eso es prácticamente hipnosis colectiva. No sé si los actores tienen denominación de origen. Supongo que un profesor de interpretación contestaría que no. O que no deberían tenerla.

Contra el 'star system' 

Si el físico ya es un condicionante, mejor que no existan muchos más obstáculos que hagan que los directores de casting te sientan poco moldeable. Como espectador, no creo en los alardes. Creo en la interpretación. Lo grandioso de Robert de Niro en Toro Salvaje es su actuación, no su alarde físico, aunque forme parte de la construcción del personaje.

El virtuosismo siempre roba aplausos pero no tiene nada que ver con el talento. Es una cuestión de habilidad y perseverancia. Y creo que ese joven escocés que fue Ewan McGregor sigue latiendo dentro del actor que mira el star system como quien observa un mal disfraz: con incredulidad. Mientras Escocia siga dentro de Ewan McGregor, el actor seguirá creciendo.

Ese joven escocés que fue Ewan McGregor sigue latiendo dentro del actor que mira el star system como quien observa un mal disfraz: con incredulidad. Mientras Escocia siga dentro de Ewan McGregor, el actor seguirá creciendo

Hay quien opina que lo chocante de Ewan McGregor es que es mejor actor que las oportunidades que ha tenido de demostrarlo. Y eso que en una época estrenaba cuatro películas al año. Es posible. Pero pocos tienen en su filmografía un personaje icónico como lo es el Mark Renton de Trainspotting. Pocos han logrado que nos enamoremos del yonki, del gañán, del perdedor, como lo hizo él. Cuando hace sonreír a sus personajes todos vemos a un galán romántico aunque lleve los brazos llenos de mierda y los dientes camuflados entre el sarro. Hipnosis colectiva.

¿Segunda oportunidad?

Pocos han conseguido salir intactos de las peores críticas de las peores películas. Pocos han dejado atrás los complejos y se han atrevido con un desnudo frontal al inicio de su carrera, como hizo él en The pillow book. Muy pocos han logrado satisfacer los deseos de los seguidores de Star Wars, que casi son como los ‘talifanes’ de Eurovisión, y seducirlos con su interpretación del joven Obi Wan Kenobi.

De hecho, su interpretación es lo único que salvan de las películas hasta el punto de estar reclamando un spin off para él. Pocos actores han actuado en un musical y han obtenido que el público, a la salida de la proyección, hable de su calidad vocal como si hubiesen descubierto una mina de diamantes.

¿Queremos saber qué fue de Mark Renton? No todos los personajes necesitan una segunda oportunidad. Puede que ni siquiera ellos mismo la deseen. El riesgo de la decepción pesa toneladas

Ahora, con Trainspotting 2 y el regreso al personaje que le dio fama mundial, temo que el hechizo, o el enganche, haya caducado. No tiene que ver con él y sí con ese tufo a limosna que suelen desprender las segundas partes. Cosa mía. Alguien que en su vida cotidiana piensa que un ex nunca merece una segunda oportunidad es alguien que se piensa dos veces si quiere ver qué fue de Matty Walker, la protagonista de Fuego en el cuerpo, cuando Ned Racine salió de la cárcel. ¿Queremos saber qué fue de Mark Renton? No todos los personajes necesitan una segunda oportunidad. Puede que ni siquiera ellos mismo la deseen. El riesgo de la decepción pesa toneladas. Aunque al lugar en el que fuiste feliz no debieras tratar de volver, ir de la mano de Irvine Welsh, ayuda.

Bueno, les confieso que volver a ver, veintiún años después, al mismo tipo escocés que en 1996 dijo que los tiempos estaban cambiando y que en el futuro no habría tíos ni tías, solo gilipollas, me parece casi un ejercicio de justicia poética.