El cine español está de enhorabuena. Primero, por los datos de taquilla, que como avanzó este periódico superarán los 100 millones de euros por tercer año consecutivo y rozará el 20% de cuota de pantalla. El segundo motivo es por la calidad de los títulos estrenados este año. Sólo hay que mirar las cinco finalistas de los Premios Goya. En otras ocasiones había que rascar para encontrar a los candidatos, en 2016 han sobrado y muchos han quedado olvidados.

Aquí va una selección de cinco títulos que muestran lo variado y plural que ha sido nuestro cine, que ha alternado grandes obras de autor como La muerte de Luis XIV, dramas sociales como El Olivo, y pequeñas sorpresas como Las amigas de Ágata, sin dejar de pasar taquillazos que han jugado mejor con el público que con la crítica.

5. 'Kiki, el amor se hace'

Belén Cuesta, Paco León y Ana Katz en Kiki.

Había mucho interés en ver lo nuevo de Paco León como director. Con sus Carminas llamó la atención de todo el mundo, pero hablaba de algo demasiado cercano. Quedaba por comprobar si esa frescura era algo pasajero o no. Kiki ha demostrado que León tiene un don para la comedia, y sobre todo para mezclar muchos tipos de humor. Hay que tener mucha jeta, y mucha gracia, para mezclar un chiste chusco con un gag visual de altura. Él lo consigue con un remake por el que nadie apostaba y que es una de las sorpresas de la temporada.

4. 'La próxima piel'

Emma Suárez en La próxima piel.

Isaki Lacuesta se labró hace años un nombre en el circuito del cine de autor. Hasta ganó una Concha de Oro por Los los pasos dobles en una controvertida decisión del jurado. Sin embargo, sus obras siempre quedaban muy lejos del público. Con La próxima piel ha realizado su película más accesible, pero sin renunciar a una forma de dirigir personal. 

Con una historia mil veces vista, el regreso a casa de un joven desaparecido y la duda sobre si es realmente el niño que una vez se fue, construye un relato sobre la necesidad de sentirse querido y de encontrar un hueco. Lacuesta saca dos de las mejores interpretaciones del año, la de Emma Suárez y Àlex Monner, y uno de los momentos más bellos de 2016: ese baile entre madre e hijo.

3. 'El hombre de las mil caras'

José Coronado y Carlos Santos en El hombre de las mil caras.

Alberto Rodríguez se ha ganado a pulso el título de cronista de las cloacas de nuestro país. A él no le gusta, pero con sus tres últimas películas ha recorrido los bajos fondos españoles desde la Transición hasta la actualidad. Todo ello a golpe de thriller. En esta ocasión ha jugado a las películas de espías cogiendo a Roldán y Paesa como protagonistas.

Un material delicado que él convierte en un puzzle sofisticado y vibrante que le confirman como uno de los mejores directores del cine español actual. Una película que es la representante de la serie de grandes obras de género que se han estrenado este año, y que completaría Tarde para la ira, el debut en la dirección de Raúl Arévalo.

2. 'Un monstruo viene a verme'

Un fotograma de Un monstruo viene a verme.

Juan Antonio Bayona es necesario para el cine español. Hay pocos directores capaces de crear productos que arrasen en taquilla y que gusten a la crítica. Él lo hace sin renunciar a hacer el cine que le gusta, de sentimientos, para todos. Como ese Spielberg al que tanto admira y que se ha fijado en él para Jurassic World 2.

Con Un monstruo viene a verme vuelve a demostrar su dominio de la puesta en escena y su capacidad para manejar grandes presupuestos en películas personales. Este drama fantástico de una madre con cáncer era un material inflamable que él convierte en una experiencia única gracias a la mezcla de animación y acción real y ese gran mensaje sobre el poder de contar historias.

1. 'Julieta'

'Julieta'.

Pedro ha vuelto. Llevaba varias películas algo perdido, sin dar con la tecla, y por fin la encontró. Lo hizo en los relatos de Alice Munro, en los que ha basado una película atípica en su filmografía. Por primera vez se olvida de cualquier atisbo de humor y de exceso. Julieta es un drama árido, sin concesiones. Sólo su puesta en escena nos recuerda que es una película de Almodóvar.

Comandado por una Emma Suárez cuya mirada es el puro reflejo del dolor, el manchego compone un brillante retrato sobre la pérdida y el sentimiento de culpa que supone un paso adelante en su madurez narrativa.

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