En el año 2018, la Galería de Arte de Manchester retiró de sus paredes uno de sus cuadros más populares: Hilas y las ninfas, una escena mitológica pintada por el británico John William Waterhouse que muestra a un hombre vestido acercándose a unas jóvenes desnudas que están medio sumergidas en un lago. La medida causó un enorme revuelo entre los sectores más conservadores, pero la artista encargada de tomarla, Sonia Boyce, aseguró que únicamente trataba de abrir un debate sobre cómo se ha tratado el desnudo en el arte occidental y para que la gente se parase a pensar en profundidad lo que estaba contemplando.

Ahora, una de las voces más eruditas del momento y expertas en la Antigüedad clásica, Mary Beard, ha recogido el testigo y en un "provocativo" documental de dos episodios, según anuncia la cadena BBC, destripa la obsesión del arte occidental con los cuerpos desnudos, en concreto, el de las mujeres. Y la conclusión de la catedrática de Estudios Clásicos en la Universidad de Cambridge es bastante rompedora: las modelos femeninas, como la Venus de Urbino de Tiziano, expuesta en la Galería Uffizi, han sido utilizadas para la excitación de los machos.

"Creo que el arte occidental, más que otras culturas, se ha centrado en una versión sexualizada del cuerpo femenino. Se trata de abrir los ojos y decir: '¿Qué es esto? ¿Es porno suave para las élites disfrazado con un atuendo clásico?'", ha señalado Beard, autora del exitoso SPQR (Crítica), en una entrevista en Radio Times.

'Venus de Urbino' de Tiziano. Galería Uffizi

Beard hace hincapié en que la mayoría de los lienzos renacentistas que recogen desnudos fueron encargados por hombres para el regocijo de otros hombres: "¿Dónde deja eso el punto de vista femenino? Una de las cosas que estamos tratando de decir es: '¿En qué términos puedo disfrutar mirando a una mujer desnuda cuya imagen fue esbozada y pintada, imaginemos, para el placer de un cliente masculino?'".

La historiadora británica, que también ha escrito un libro sobre la relación entre las primeras representaciones del arte y la religión, defiende que sus postulados no esconden una objeción moralista a la desnudez en los lienzos o en la escultura, sino que su único objetivo es que "miremos con más profundidad lo que vemos".

Cambiar la perspectiva

Volviendo al ejemplo de la Venus de Urbino, que Tiziano la pintó tumbada sobre una cama cubriendo únicamente sus partes más íntimas con la mano, Beard explica: "No quiero que se deje de observar. Disfruto haciéndolo, es un gran cuadro. Pero entonces me digo: '¿En qué términos me estoy permitiendo disfrutar eso? ¿Cómo lo hago? ¿Cómo puedo hacerlo?

En otra entrevista con The Guardian, la clasicista ahonda en esta cuestión: "No creo que se pueda hablar del desnudo a menos que se haga referencia al deseo masculino. En mis fantasías estoy con esta mujer desnuda y las dos nos estamos riendo de los tipos que nos están mirando", cuenta sobre la Venus de Urbino.

'Hilas y las ninfas', de John William Waterhouse. Galería de Arte de Manchester

Sobre la intransigencia del punto de vista masculino, Beard asegura que ha ido modificando su perspectiva: "Fui criada con el feminismo de los 70, cuando el objeto de la mirada masculina era visto como parte de la apropiación masculina de las mujeres. Pero a medida que crecí, comencé a pensar: '¿Qué hago? ¿No se supone que debo involucrarme con eso?' El primer paso es ver la política sexual, ¿pero podemos ir más allá de esto? ¿Qué pasa con las mujeres artistas? ¿Se trata solo de un caso de exaltar el deseo masculino? Pero me gusta mirar estas obras y no tengo intención de parar. Creo que hay lugar para la esperanza".

La serie de Beard, titulada Shock of the Nude, se emite en la BBC Two y arranca en el siglo IV a.C., en Grecia, cuando Praxíteles talló la primera escultura conocida de una mujer desnuda; y va analizando otras de las grandes obras de la historia del arte como el David de Miguel Ángel, El origen del mundo de Coubert o los lienzos mitológicos de Tiziano, Rubens y compañía, algunos de ellos también expuestos en el Museo del Prado. Se trata de la última producción de una presentadora que también ha conducido las series Las civilizaciones o Cómo vivían los romanos.

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