Hay quien quiere ver por última vez un partido de su equipo (PSV) en las gradas del estadio. Una señora sueña con volver a la presa de Amsterdam a echar de comer a las palomas, como cuando aún podía caminar por allí por sí misma. Ir a una boda en Oud-Beijerland. Comer panqueques en Kidkduin. Viajar en barco. Pasar un día al sol con hijos y nietos. El último deseo del ser humano nunca es tan rebuscado, nunca precisa de fortunas ni viajes trasatlánticos: tiene mucho que ver con el deleite doméstico. Y con el amor. No busca trascender, sino paladear esta vida un ratito más, rebañar algunas palabras, un sabor, un poco de aire, algo de belleza.

"¿Y qué desea usted, qué le apetece hacer?", le preguntaron un día a una mujer de 78 años que sufre de esclerosis lateral amiotrófica. "Yo quiero ver a Rembrandt"

"¿Y qué desea usted, qué le apetece hacer?", le preguntaron un día a una mujer de 78 años que sufre de esclerosis lateral amiotrófica. "Yo quiero ver a Rembrandt". Y allí fue, en su cama de hospital, rumbo al Rijksmuseum de Amsterdam, asomando entre el almohadón y las mantas una cabecilla pizpireta que quería absorberlo todo. Por fin ella frente a frente con un autorretrato de Rembrandt, en visita privada. Aquí el arte que estimula, que engancha a la vida como un cordón umbilical.

La organización de voluntarios médicos St. Ambulance (Holanda) se encarga de satisfacer los caprichos últimos de estos enfermos: es un ejército solidario de 200 personas que cumplen la voluntad final de pacientes inmóviles que padecen enfermedades terminales. Kees Veldboer, un ex conductor de ambulancias, creó esta iniciativa en 2007. Desde entonces, la fundación ha cumplido más de 6000 deseos.

St. Ambulance se encarga de satisfacer los últimos deseos de pacientes inmóviles que padecen enfermedades terminales

Otros pacientes se han sumado a la idea de visitar a Rembrandt, así que el museo ha acomodado sus estancias a estos recorridos. "Desde su apertura, el Rijksmuseum dio la bienvenida a la fundación El último deseo y acondicionó sus estancias a sus necesidades. Damos todo nuestro apoyo a esta iniciativa extraordinaria que goza de la admiración e interés de todos en estos momentos tan especiales", aseguró el director general de la institución, Wim Pijbes.

Estos encuentros últimos con el arte se llevan a cabo una vez se disipa la muchedumbre de visitas, en horario selecto, para que los pacientes puedan contemplar las obras detenidamente, en silencio, en paz. 

La exposición incluye más de 100 obras del artista realizadas entre 1651 y 1669, año de su muerte, y fue inaugurada en febrero por el rey Guillermo Alejandro.

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