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Cultura

Sexo en público, un kilo de cocaína y anticomunismo: las 41 frases más locas del libro de La Mala Rodríguez

En 'Cómo ser Mala', la rapera andaluza que mutó a reguetonera hilvana sus recuerdos y los pensamientos de toda una vida: aquí sus mejores anécdotas. 

1 agosto, 2021 01:42

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La Mala Rodríguez ha publicado Cómo ser Mala (Temas de Hoy), una autobiografía donde se arranca el último pelo de la lengua: va de titular delirante a titular delirante. Ha cambiado la Mala -ella lo llama "evolución"- desde que cantaba que podía vivir "con lo que cae al suelo", que no necesitaba poder, que era tiempo de ver “cómo se levanta la gente”, que su fe era intocable y que sabía cómo salirse de las cuerdas. Que ella marcaba el minuto. “Me hago tirabuzones con las bombas que me tiran los mamelucos y disfruto”. Que tenía “pájaros en la cabeza encerraos’ en jaulas aprendiendo a hablá’”.

Que la búsqueda de sus demonios la tenía con insomnio; que quería un hombre sin complejos, “que tenga buenos reflejos pa vé cómo se hace viejo”. Que “esa mujer salvaje que va dentro de una caja de madera, te aseguro que no entiende de maneras: sólo sabe golpeá, sólo sabe golpeá”. “A mí no me saques tu genio que te lo mato”, escupía. Y todos callados.

Desde entonces todo le fue bonito y también le fue terrible, porque así es la vida de esquizofrénica, de bella, de tramposa: creció María, se divirtió y se hizo daño, triunfó en toda Latinoamérica y en toda España, reivindicó sus raíces, abortó, se casó con un maltratador psicológico que elegía su ropa y no la dejaba ni salir a correr, tuvo tres hijos, se divorció y nació de nuevo.

Se liberó sexualmente, engrosó su lista de conquistas, se dedicó a disfrutar, que ya le tocaba. Ahora muestra su cuerpo y hasta se ha abierto un Onlyfans. Dice que es su forma de desquite tras tantos años de represión. Ha ganado un Premio Nacional, ha padecido depresión y ha entendido que siempre nos salvan las mujeres, que de ella siempre tiró pa'lante su manada de lobas. Ha aprendido a quererse y a perdonarse. Se ha enamorado otra vez. Sobre todo de la vía, aunque a veces duela. Aquí las mejores frases de su libro: 

1. “Fuimos una familia rara y enriquecedora, desestructurada y molona; pioneros y aventureros. Ahora sé que cada vez que alguien no quería compartir el ascensor con nosotros o llamaban puta a mi madre a sus espaldas nos hacían más fuertes”.

2. “Nunca tuvimos dinero, me acuerdo de ir al banco y pensar en engañar al cajero para que no nos reconociera. Mi madre trabajaba mucho, pero siempre estábamos sin un duro. Mi relación con el dinero ha sido de amor y odio porque a ella le costó mucho tener algo y yo he querido dárselo todo, como el hombre de la casa que quiere pagarlo todo, como un buen proveedor: solucionar sus problemas, aliviar sus penas. No existe una educación financiera para los que venimos de abajo. Es muy difícil salir del bucle”.

3. “La Jurado y la Lola Flores son el ADN de donde vengo: esa potencia, ese arrojo, ese poderío”.

4. “Nunca un español ha dado la honra que merecen los flamencos”.

5. “Al lado de donde yo vivía había una parada de taxis por donde pasaba para recoger a una amiga y recuerdo sacar el dedo a los taxistas. ¡Qué me tenían que decir nada! ¡Si tenía yo doce años! Puercos”.

6. “Yo creo en los dioses y en la brujería, pero también tengo presente que los dioses no me van a salvar de nada (…) Ser sincera y fiel a mí misma, ser tolerante con una y con los demás y ser compasiva son mis tres verdades. Me llenan de luz. Si sigo esas máximas no hay demonio que pueda conmigo”.

7. “Mi barrio estaba lleno de chicas que follaban demasiado pronto, o así me lo parecía, y a mí me daba miedo porque no quería acabar como mi madre. Si follabas, eras una puta. A mí nunca me molestó esa palabra y no le daba importancia, pero entendía muy bien que era algo humillante (…) Ahora resignificamos conceptos: puta, zorra, cabrona. Normal, hemos acabado tan hartísimas de que nos insulten que, para mí, esas palabras ahora son hasta cariñosas. Se las suelo decir a mis amigas”.

8. “Mi feminismo, como el movimiento, se demuestra andando. Valoro el trabajo y las luchas de las mujeres por el respeto. Por eso cuando me dicen que he sido una pionera, un ejemplo y un modelo para la liberación y el empoderamiento de las mujeres, me abruma. Siento que si alguna vez hice algo, lo hice por mí”.

9. “Empecé a vestir ancho por la tendencia hiphopera, pero también porque era mi manera de decir ‘que os follen’. No quería sentirme deseable. Ya había vivido suficiente acoso en mi niñez, durante cada tramo de la escuela a la casa y de casa a la escuela. Vestir ancha me liberaba un poco del compromiso que supone ir mostrando tu feminidad, esa que, a medida que me hacía fuerte, recuperé centímetro a centímetro. Ahora me siento dueña y señora de mi sexo, y de mi erotismo, de mi piel y de mis ganas”.

10. “Mi padre ausente siempre fue como un fantasma. Jamás lo he buscado, no lo he querido ver ni encontrármelo nunca, pero he tenido su espectro siempre presente”.

11. “Pintar trenes es adrenalina pura. A ver cómo te desenganchas: tirar los botes contra los vagones, gritar para que nos persiguiera la poli… más adrenalina, adrenalina, adrenalina”.

12. “Todos peleamos por ser el que tenía el mejor estilo. Eso lo entendí rápido, no había diferencia entre hombre o mujer porque si tenías el mejor estilo, el más original, lo partías. Si eras un pringado que estaba imitando, aunque lo hicieras bien, eras de juguete, un toyaco, sin más”.

13. “C. Tangana es el chico al que quieres presentar a tu madre. Como un meme de gatitos”.

14. “Yo acabé el BUP y a partir de ahí los títulos me los gano peleando como una fucking boxeadora”.

15. “Esto va de tener estilo, estilo y cojones. No de que me pongan en la categoría de ‘mujeres raperas’. Da igual si eres hombre, mujer o extraterrestre. La gente no entiende nada”.

16. “Si ven que no te pueden follar, te paternalizan o te ignoran. Te tratan como a la hermanita pequeña”.

17. “Usé a Isa para deshacerme del carnicero: les propuse un trío (…) Luego al verle besarla me sentí rara: se me encogió un poquito el corazón, pero nada más. Picó. Ella feliz y yo con cara de gilipollas… creo que salí de la cama y me di una ducha”.

18. “No me cabe la menor duda de que le debo todo a la piratería. Igual todo no, pero sí muchísimo. A mí me descubren en mogollón de países gracias a la piratería y yo misma descubro mucha música por bajármela. Antes de eso nadie me conocía fuera de España”.

19. “Yo solía ser un pájaro libre, pero me casé”.

20. “Yo me siento sola, pero en realidad a mi alrededor siempre ha habido mujeres fuertes. Siempre he tenido una manada: estoy rodeada de lobas”.

21. “No es fácil salir de una cárcel, sobre todo psicológica: yo estaba totalmente presa, en un penal con muchísima pena. Mi bienestar y mi persona me daban igual, llegué incluso a pensar que follar sin querer era lo normal. Odio a quienes miran a la gente con lástima, pero ahí estaba yo: rota, deshecha y con dos niños. Tuve que reaccionar. Me levanté y me puse a caminar”.

22. “Nunca he querido que me etiqueten de víctima. Niñas del mundo, lean el cuento de Barba Azul y dejen de creerse princesas. Nuestra finalidad en la vida no es casarnos o tener hijos, es encontrar nuestra felicidad y hacer lo que más nos gusta es el único camino para lograrlo”.

23. “Como la vida son gestos y pequeños símbolos, me compro un vestido blanco y carísimo para ir a firmar el divorcio. Y me quito el vestido para la eternidad, como una liberación definitiva. Viví con un hombre que no me permitía salir a correr, que me prohibía cierta ropa y que no quería que hablara con nadie. Así que me quito el vestido figurada y literalmente: los conciertos ahora, en bragas y sujetador. Mi destape es la respuesta a tantos años de coerción”.

24. “Mi madre me ha dicho en tantas ocasiones ‘María, estás gordísima’ y yo cada vez he pensado ‘qué hija de puta’, pero he trabajado para volver a estar como a mí me gusta. Fuerte. Con poderío, como yo soy”.

25. “La primera vez que alguien me llamó frívola yo estaba enseñando el culo a alguien desde un autobús en una carretera de Sinaloa. Vaya viaje”.

26. “Mis seguidores de redes me hacen compañía, los que me envían fotos de pollas también. Jajajajaja. Hola, capullos”.

27. “Sería una idiota si le dejara de hablar a la gente que ama los toros. Si tienes un gatito y comes carne, ahórrate tu discurso animalista”.

28. “Me estoy aburriendo de cojones. No importa cuándo leas esto”.

29. “Aquí llega mi liberación sexual, porque hasta ahora tenía una lista ridícula de tíos con los que había estado. Y no iba a llegar a los cuarenta años con esa lista, sobre todo si en cada país al que voy me encuentro putos dioses”.

30. “Entro a un restaurante y no puedo dejar de mirar unos ojazos azules que me observan desde otro mesa (…) Un rato más tarde estoy en el mar follando con ese tío, y nada que ver con una piscina pública, la verdad, porque qué cosa más incómoda las piscinas”.

31. “Pedimos mezcal y nos fuimos los cuatro a su cabaña. Y eso que parecía un lunes normal. De todos modos, no soy de tríos ni de orgías, creo que mi déficit de atención no me deja disfrutarlos”.

32. “No tengo miedo a nada y me gusta probar, pero no lo repetiría. Me he sentido más cómoda otras veces: follando a 200 kilómetros por hora en el asiento del conductor de un Ford Escort, en medio de un bosque en mitad de la noche contra un árbol, asándome de calor con los cincuenta grados de la mañana pegando fuerte en la tela de una tienda de campaña alquilada. Sigo prefiriendo haberlo hecho en una piscina pública rodeada de gente o en un tren vacío después de haberlo reventado, un tren que es mío porque yo lo he pintado y ahora me pertenece. O haber follado en la pista de una discoteca; en un baño no. Que quede claro que yo en un baño no se la he chupado nunca a nadie”.

33. “En una de esas, en la fiesta conozco a un alto funcionario de no sé qué, que me dice que me puede enviar lo que que yo le diga a casa. Y yo, de coña, le pido un kilo de cocaína que el tío me envía y me llega unos días más tarde. La pasamos superbién”.

34. “Nunca he dejado de querer ganar dinero. Marx era un hijo de puta”.

35. “Si queréis estar al nivel de un hombre, no tengáis hijos. Yo siempre lo digo, muy rabiosa, porque hay que saberlo”.

36. “Lo mejor que puedes hacer si somos todas unas putas es ser tu propio chulo”.

37. “Tengo muchos ex fans de la primera parte de mi carrera que lo que desean es que me pudra en un basurero. Pero no, no va a ocurrir. Mis canciones ya las han escuchado, han hecho un cambio, han servido para algo, y si mi música ya te ha gustado, ahora no puedes borrarlo. No me puedes desocupar la polla”.

38. “Entre los artistas creo que sigue siendo guay lo de ser mal padre y canallita. Aparece Residente cantando su canción con ese sentimiento y todo el mundo le come los huevos en plan: “¡Oh! Joder, cómo es de bueno”. Y tú piensas: “Pero si eso lo llevamos haciendo las mujeres toda la puta vida y en silencio. ¿Por qué le aplauden? Porque llora, porque es padre y cuida de sus hijos, ¿por eso hay que aplaudir?”.

39. “Nunca hay que dejar que te pisen. Te levantas y le das una hostia a quien sea”.

40. “Las chicas con voz propia provocan más pánico que curiosidad. Hago lo que me apetece hacer. Si voy con un escotazo importante es para lucir mis tetas con orgullo, porque para eso, después de tres partos y tres lactancias, hago con mi cuerpo lo que quiero. Será que soy una mala feminista, como Madonna”.

41. “Estoy en contra del aborto pero aborté, por lo tanto, nunca te obligaría a hacer lo que yo digo”.