“Si te dijera, amor mío, que temo a la madrugada…”: contaba Luis Eduardo Aute que su Al alba “era una canción de amor que salió de otra manera”, pero este poema mutó en himno porque encarnó la reivindicación de los que luchaban contra la pena de muerte en tiempos de Franco.

La compuso desde su rincón de Jorge Juan, como protesta enmascarada, y se la cedió a la magnífica Rosa León, que hoy la recuerda al teléfono: “La grabé por primera vez en el año 74, en un concierto de Cadena Ser, de los 40 principales, con arreglo de Ramón Arcusa”, relata. “Luego se grabó definitivamente en el 75 y salió después de los fusilamientos. En aquella época, yo la presentaba como los últimos pensamientos, o la última carta que podían haber escrito cualquiera de los fusilados”.

Jaime Chávarri, Aute, Rosa León, Massiel y Peret en 1974. EFE-

Ahí dos miembros de ETA y tres del FRAP. Los primeros, en Burgos y Barcelona; los segundos, en Hoyo de Manzanares. El cometido fue llevado a cabo por diez guardias civiles, todos voluntarios. A España le chirriaban los dientes de indignación. La rebelión ya resonaba dentro y fuera del país, que no pensaba seguir tolerando esos crímenes contra los derechos humanos. Hasta el Papa Pablo VI se opuso.

Franco no hizo ni caso. Organizó una concentración en la plaza de Oriente y balbuceó con la voz de la muerte -que le llegaría un mes más tarde-: "Todas las protestas obedecen a una conspiración masónico-izquierdista, en contubernio con la subversión comunista-terrorista”.

Acerca de esos momentos tan convulsos, se gestó la película La noche más larga -guiño a la canción Al alba y obra cinematográfica basada en El año que murió Franco (La Esfera de Los Libros), de Pedro J. Ramírez, un relato detallado de los fusilamientos-. En el filme, dirigido por José Luis García Sánchez y protagonizado por Juan Echanove, Juan Diego y Carmen Conesa, aparecía la propia Rosa León entonando el tema de Aute en una suerte de fiesta popular, como banda sonora indiscutible de esas espinas históricas. 

Cartel de La noche más larga.

Memoria sentimental

Dice Rosa que las canciones no son de quienes las escriben, sino de la gente. “Al alba, independientemente de su contexto político, es una canción bellísima. Me acuerdo de cuando me la cantó Eduardo. Yo había grabado el primer disco con su ayuda, él me llevo a la compañía de discos y estuvo supervisando la grabación del primer CD… y cuando me cantó esa canción, dije: es la más genial”, rememora.

No sé qué estrellas son estas

que hieren como amenazas,

ni sé qué sangra la luna

al filo de su guadaña.

Presiento que tras la noche

vendrá la noche más larga,

quiero que no me abandones

amor mío, al alba. 

Los hijos que no tuvimos

se esconden en las cloacas. 

Yo empecé a cantar de la mano de Eduardo, estuve en su estudio de Peñascales trabajando con él, aprendiendo un montón de canciones… de esas, para el primer álbum, grabé De alguna manera y Las cuatro y diez. En el segundo álbum, Al alba. Yo miro para atrás en mi vida y siempre están las canciones de Eduardo”.

'Al alba' hoy

Cuenta Rosa que, en el contexto en el que fue escrito el tema, “la gente necesitaba una canción para cantársela los unos a los otros, sirvió al pueblo para poder comunicarse”: “Necesitaban cantar canciones que, de alguna manera, significaran abrirse al futuro y a la democracia. La gente la hizo suya. Yo le agradecí mucho a Eduardo grabarla en el 75. Pero el hecho de que se convirtiese en un himno, no fue obra de él ni mía”.

¿Se podría hacer alguna relectura de Al alba en el mapa político actual? “Saliendo del coronavirus, porque ahora mismo no hay otra, y en esto no hay ideologías ni partidos; saliendo de ahí, y mirando únicamente la situación política de nuestro país, Al alba sigue siendo perfectamente rescatable para cantarla ahora. Cuando dice ‘miles de buitres callados van extendiendo sus alas’… es actual. En esta España sigue habiendo buitres callados. Es de una vigencia pasmosa”.

León no se refiere “en concreto a Vox, ni al PP, ni al PSOE”: “Me refiero a que hemos peleado muchísimos años para tener una democracia medianamente aceptable -no digo que sea la mejor del mundo, pero nos ha costado mucho trabajo-, y por eso es terrible oír cosas como las que es están oyendo. Realmente: ¿dónde estamos? ¿A dónde quieren volver? No sé si no se acuerdan o no lo han vivido. Los que piensan que ‘cualquier tiempo pasado fue mejor’ están tan equivocados… si realmente saben de lo que están hablando, no tienen perdón de dios”.

Señala Rosa que Aute es “patrimonio cultural español, sin ninguna duda”: “Sus canciones son absolutamente mágicas. Tenía una voz preciosa. No sólo hacía canciones preciosas, sino que las cantaba muy bonito… estoy tocada por la noticia de su muerte”. “Realmente me da muchísima pena que tuviese el infarto hace tres años y medio, y cómo ha pasado este tiempo… lamento que se haya ido solo, sin que nadie pudiese acompañarle ni cogerle la mano. Pero Eduardo es eterno y trasciende a todo. Llegará a todas las generaciones”.