Alejandro Sanz, otro de los artistas damnificados por la crisis del coronavirus, se ha visto obligado a cancelar su tour La Gira y, para compensar a sus adeptos, ha decidido unirse a la iniciativa de dar conciertos desde casa, como muchos otros músicos, para concienciar sobre el confinamiento y a la vez, aliviarlo. A muchos les hacían los ojos chiribitas: ¿cómo? ¿Poder ver a Sanz sin colas virtuales, sin matarse para conseguir una entrada, sin precios astronómicos? Sí.

El cantante inauguró entonces un nuevo proyecto llamado La gira se queda en casa, que arrancó el pasado domingo 15 de marzo, donde ofrecía música en directo a sus millones de seguidores. Se puede ver a través de su canal oficial de Youtube, y, además, cuenta con la intervención de varios amigos íntimos, como Juanes o Julio Reyes.

"Esto parece una película de ciencia ficción donde había unos artistas dando un concierto porque había un virus...", esbozó Sanz en su concierto con aura de privado. Hubo bromas, chistes y temamos, como Viviendo deprisa, La camisa negra, Corazón partío o A dios le pido.

Aunque ambos artistas hicieron hincapié en respetar las recomendaciones sanitarias y no visitar estos días a los abuelos para no poderlos en riesgo, no pasó desapercibido para algunos de los espectadores que, a pesar de las buenas intenciones -y de asegurar que habían llevado a cabo las medidas higiénicas necesarias para el evento-, finalmente se daba el mensaje de que se puede acoger a varias personas en casa en una situación tan extrema como esta, dado que los músicos iban acompañados de un fuerte equipo: al menos ocho personas cohabitaban en la pequeña salita, entre los guitarras, los teclistas, los cantantes y el coro.

De ahí tuits señalando la imprudencia, como el de la usuaria Sostiene Natalia, que expresaba lo siguiente: "Todo mal, Alejandro Sanz, todo mal. Que das un concierto para que la gente se quede en casa y tú metes a un batallón en la tuya. Que a tu casa de Miami también llega el coronavirus, Alejandro Magno", escribía. Y continuaba: "No se puede hacer eso. Lo que genera no es ilusión, son contagios. Y es irresponsable dar ese mensaje porque entonces la peña se va a casa del vecino, del amigo y de la prima y al final tardamos más en acabar con esto. Es un descerebrado y punto".