En las playas de la costa mediterránea apenas había huecos libres para plantar la sombrilla: los turistas extranjeros aterrizaban en España alentados por el buen clima y el resto de atractivos. Mientras tanto, el país se aflojaba el cinturón de la autarquía y tomaba aire en forma de desarrollo industrial y económico. Eran los años 60, los del boom, y el régimen franquista ya hace migas con el exterior.

Pero al abrir las ventanas, la dictadura también brindó a las nuevas generaciones la oportunidad de contemplar lo que había fuera: la revolución de la cultura popular y juvenil, las libertades; y la música se convirtió en el elemento conductor de todas esas reivindicaciones de la juventud española. En 1962 nacieron las matinales del Price, sesiones de "música moderna" en el Teatro Price de Madrid donde se bautizó Miguel Ríos o grupos como Los Relámpagos o los Los Pekenikes.

Jóvenes artistas, músicos y periodistas se lo pasaban en grande en unos conciertos que pronto comenzaron a ser vistos por los sectores más reaccionarios del régimen como un evento escandaloso. De hecho, las matinales del Price fueron censuradas por el gobierno franquista poco más de un año después de su estreno.

Franquismo jóvenes y música

Esa apertura cultural de la sociedad española en los años 60 es el tema principal del tercer episodio de la serie documental España después de la guerra: el franquismo en color, que DMAX emite este martes a las 22:30 horas. En esa década, y mientras Franco señala al príncipe Juan Carlos como futuro rey o la selección nacional se impone en la Eurocopa de 1964, España gana dos festivales de Eurovisión, Raimon se convierte en el adalid de la canción protesta y Julio Iglesias da el pistoletazo de salida a su carrera con una noche mágica en el Festival de Benidorm.

Pero uno de los grandes acontecimientos de la época fue el desembarco de The Beatles en Madrid y Barcelona en 1965. Los cuatro de Liverpool eran el mayor exponente de la música rock a nivel mundial, emblema de esa libertad rebelde; y traerlos a España podía ser entendido como un pulso al régimen. El promotor del acuerdo, firmado por 900.000 pesetas y dos conciertos, fue Francisco Bermúdez.

La presencia de The Beatles en España fue algo incómodo para el régimen, que se manifestaba a través los noticiarios del NO-DO: "Los objetivos apuntan principalmente sobre los tocados capilares (...) La actuación musical está anunciada en la plaza de toros [de Las Ventas] donde salta a la vista que no hay un lleno (...) Los Beatles pasaron por Madrid sin demasiada pena, ni demasiada gloria", narra el periodista.

Precisamente la serie documental de DMAX, de cuatro capítulos y producida por Minoría Absoluta, se nutre de los archivos del noticiario franquista y sus imágenes, que han sido restauradas, digitalizadas y coloreadas. De esta forma, y según se puede contemplar en el vídeo que acompaña esta información, se puede ver por primera vez en color la actuación de John Lenon y compañía en Madrid ante más de 5.000 personas. 

Imagen de una de las matinales del Price. DMAX

A pesar del boicot y el desprecio hacia los Beatles por parte de las autoridades franquistas -a una semana del concierto los carteles y las entradas, a precios casi prohibitivos, estaban todavía embargadas-, muchos jóvenes españoles terminarían de entregarse a este movimiento. Como paradoja, las órdenes de Fraga, en aquel entonces ministro de Información y Turismo, de prohibir la emisión de un documental sobre las actuaciones del grupo británico y de eliminar las cintas de sonido.

En el tercer episodio de España después de la guerra: el franquismo en color, también se narran otros episodios como las huelgas obreras en Asturias y País Vasco, la promulgación de la Ley de Prensa e imprenta o el estallido del caso MATESA, el mayor escándalo político económico del franquismo.