Eva Heyman es considerada la Ana Frank húngara por redactar un diario en el que detalló durante tres meses y medio todos los acontecimientos que presenció en medio de la II Guerra Mundial. La niña judía comenzó a recopilar estos textos el día de su 13 cumpleaños, en febrero de 1944, y la última entrada la realizó pocas horas antes de ser deportada al campo de exterminio de Auschwitz, donde los nazis asesinaron a más de un millón de personas.

Su historia, basada en los testimonios que dejó por escrito, ha sido transformada ahora en stories de Instagram a través de un proyecto israelí con el que se pretende concienciar a las nuevas generaciones sobre el genocidio judío. Para ello han creado una minipelícula de 70 vídeos cortos filmados con el móvil y publicados en la cuenta @eva.stories que muestran en primera persona la llegada de los nazis al pueblo de Heyman, el confinamiento en el gueto con la marca de la estrella de David en las solapas, los asesinatos, el viaje en tren hasta el campo...

El perfil se activó este miércoles coincidiendo con la Jornada del Recuerdo del Holocausto, una fecha de luto en Israel. El proyecto, que ha movilizado a un equipo de rodaje de unas 400 personas entre actores, extras y técnicos y ha sido grabado durante tres semanas en Ucrania, ha costado más de 4 millones de euros. En los vídeos se utilizan emoticonos y todo tipo de recursos para hacer la narración más atractiva al público joven. Pero el fin es concienciar sobre la masacre con la que Hitler asesinó a seis millones de personas.

"En la era digital, cuando la capacidad de atención es baja pero la emoción es alta, y dado el número cada vez menor de supervivientes, es imperativo encontrar nuevos modelos de testimonio y memoria", ha señalado el emprendedor de altas tecnologías y artífice del proyecto Mati Kochavi en un comunicado. "Sólo el 2,7% de lo que se habla hoy sobre la Shoá en Europa y Estados Unidos proviene de los jóvenes", ha asegurado, al mismo tiempo que ha reivindicado "nuevos modelos para el recuerdo y testimonio dado que muchos adolescentes pasan varias horas del día en esta plataforma".

Bajo la pregunta de "¿qué hubiera pasado si una niña hubiera tenido Instagram durante el Holocausto?", la narración audiovisual comienza con la joven Eva Heyman —interpretada por Maya Kochavi, la hija de Mati—, que vive en casa de sus abuelos, describiendo el horror que significa para los judíos la invasión nazi. Al principio parece que se trata de la vida de una niña más que sale a comprar un helado con su mejor amiga, pero los post van evolucionando en una historia mucho más oscura que finalizaría en la cámara de gas.

El 17 de octubre de 1944, durante una selección rutinaria en Auschwitz, Heyman se colocó en una de las últimas filas esperando esquivar la muerte un día más. Sin embargo, Josef Mengele, el médico del campo, observó las heridas que presentaba en sus pies y que la incapacitaban, enviándola a la cámara de gas. La última página de su diario data del 30 de marzo, y dice: "No quiero morir, quiero vivir aunque yo sea la única persona que quede aquí. Esperaría el fin de la guerra en algún sótano, o en el tejado, o en algún otro escondite. [...] con tal de que no me mataran, de que me dejasen vivir. [...] No puedo escribir más, querido diario, me saltan las lágrimas".

Historias de Eva es novedoso por el formato vertical y sirve para narrar todo el proceso del Holocausto desde un punto de vista totalmente nuevo, que aun no llegado a generar la angustia de películas como El hijo de Saúl, sí consigue en algunos momentos transmitir sensaciones sobrecogedoras. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, le ha dado su visto bueno con un mensaje publicado en Twitter: “Episodio a episodio, la gran tragedia de nuestro pueblo se expresa en su esencia a través de una chica, para que el mundo recuerde y comprenda”.

Sin embargo, esta nueva forma de contar la historia de Eva, una de los 430.000 judíos húngaros deportados a los campos de exterminio, ha suscitado un importante debate en relación con si es frívolo relatar el Holocausto de esta manera. "Es una muestra de mal gusto. La distancia que media entre Historias de Eva y hacerse selfis a las puertas de Auschwitz es muy corta”, ha manifestado el profesor de educación cívica Yuval Mendelson en las páginas del periódico Haartez.

Por su parte, Tobias Ebbrecht-Hartmann, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, ha aplaudido el proyecto: "Es un enfoque interesante para contar esta historia de forma interactiva. No solo aprendiendo sobre ello, sino también respondiendo de alguna manera".