Desde su abrupta restauración hace seis años, el Ecce Homo del santuario de la Misericordia de Borja (Zaragoza) se ha convertido en un fenómeno mundial. El poco cuidadoso pincel de Cecilia Giménez, una octogenaria apasionada del mundo del arte, trató de reparar la obra original de Elías García Martínez. Pero en vez de ejecutar la tarea con delicadeza y de forma detallada, montó un auténtico estropicio. Pero tal vez si no llegar a ser por esa bienintencionada labor de Giménez que se convirtió en hazmerreír internacional, el Ecce Homo nunca hubiera llegado hasta Kawasaki (Japón).

Porque sí, hasta allí, hasta la ciudad nipona, en un desfile viviente de las grandes obras de la historia del arte celebrado con motivo de Halloween, se rinde tributo a la pintura mural de Borja. Entre cuadros tan ilustres como La Gioconda de Leonardo Da Vinci o El grito de Edvard Munch ha aparecido el Ecce Homo versión Cecilia Giménez, que a pesar de las burlas generadas se reveló en la "salvadora" de la pequeña localidad aragonesa de 5.000 habitantes.

Alrededor de dos millares de personas marcharon por las calles de Kawasaki el pasado domingo vestidas con algún disfraz relacionado con el mundo del arte. Además de las citadas obras, también había gente interpretando a La joven de la perla de Johannes Vermeer o el autorretrado de Vincent Van Gogh.

Desde su polémica restauración, el Ecce Homo ha tenido un guiño en un videojuego, ha visto cómo le salía varios competidores en la iglesia de San Miguel de Estella (Navarra) en forma de San Jorge o en Asturias y se ha colado en el número 52 de las obras de arte más icónicas creadas en el mundo entre 2007 y 2012 según un ranking de la revista especializada Art Info. De hecho, algunos ya la califican como la mejor creación española del siglo XXI.

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