La violencia en las pandillas es una lacra que llevan arrastrando los grupos callajeros durante toda su historia. Esta semana en Londres la agresividad se ha alimentado de otra víctima, un rapero de música trap y gangsta rap. Aparentemente el difunto se vio envuelto en un ataque llevado a cabo por su tribu rival, que se terminó llevando a otras dos personas al hospital tras ser apuñaladas.

El rapero fallecido Siddique Kamara, había salido absuelto de prisión por asesinato después de un juicio de Old Bailey a principios de año. A su salida hizo una serie de declaraciones relacionadas con la música “drill” y la violencia juvenil: “Los crímenes que están sucediendo sí tienen que ver con nuestra música. Hay que levantar las manos y decir que la música “drill” sí que influye”.

Kamara actuaba bajo el nombre de “Incógnito”, miembro del grupo Moscow 17, banda procedente de la zona de Camberwell, lugar donde otro componente del grupo Rhyhiem Ainsworth Barton, sufrió otro altercado debido a otra revuelta, terminando con graves heridas de balas.

Esta banda no es la primera vez que se enfrenta a otra, de hecho, su principal enemigo es un grupo llamado Zona 2, de Peckham, justo el barrio contiguo de Camberwell. Esta rivalidad se ha visto alimentada y pública debido a los “vídeos de perdón” en los que aparecen burlas de ambos bandos subidas a Youtube y otras plataformas.

En uno de esos vídeos el grupo Moscow 17 obliga a los componentes de Zona 2 a “recalcular su marcador” y contar el número de apuñalamientos, preguntando: “¿Cómo vas a llegar al final?”. Mientras Zona 2 subió otro contestando: “Enrollándolos y reventándolos”.

Youtube suele censurar todas estas grabaciones, pero hay algunas que se les escapa como Moscow March de Moscow 17 que fue grabado en la urbanización donde vivió y murió el difunto rapero, Kamara.

A las pocas horas de la muerte de Kamara, se recopiló y se publicó un vídeo en Youtube de toda su música. Bajo éste una marea de comentarios entre los que se puede leer “para ellos es normal: no se preocupen”, “la Zona 2 ha ganado esta batalla, ahora Moscow 17 tiene sed de sangre y necesita venganza”. No todos los amantes de esta música tienen esa inercia hacia la violencia: “ Cuando veo esto, mi corazón se me sube a la garganta... todo lo que podemos hacer es rezar para que nadie más lo reciba”.

El mes pasado, criminólogos, sociólogos y pedagogos se reunieron para intentar encontrar un sentido a esta ola de violencia que se vierte sobre las tribus callejeras y la inercia que tienen hacia los enfrentamientos y la sangre. Llegándose a la conclusión de que los componentes de esos grupos tienden a ser personas traumatizadas, miedosas y vulnerables que utilizan como única coraza la música estridente y la agresividad para evadirse y defenderse.