Un equipo internacional de investigadores, en el que participa el científico de Ikerbaske, Domingo D. Salazar, ha estudiado la dieta alimenticia de los neardentales a través del sarro de sus dentaduras y ha concluido que consumían de forma generalizada y arraigada un tipo concreto de vegetales, como estrategia de supervivencia.

El estudio, en el que también ha participado Robert C. Power del Instituto Max-Plank de Antropología Evolutiva y que se ha publicado en el Journal of Human Evolution, parte del debate existente entre la comunidad científica de una de las causas de la desaparición de los neardentales pudo estar en su dieta.

Se cree que los neandertales tenían dietas más limitadas, mientras que los antepasados del homo sapiens tenían dietas más flexibles y adaptativas que incluían alimentos procedentes del mar y abundante ingesta de plantas, señalan los investigadores en un comunicado. 

Alimentación

"Sin embargo, aunque la ciencia arqueológica ha avanzado considerablemente en las últimas décadas y ha demostrado nuevas teorías sobre las dietas de los neandertales, todavía hoy solo tenemos una imagen fragmentada de su ecología dietética dado que carecemos de información amplia y ambientalmente representativa sobre el uso que hacían de plantas y otros alimentos", indica el investigador de Ikerbaske y de la UPV-EHU.

La investigación de los fragmentos de cálculo dental o sarro realizada ahora demuestra que la explotación de plantas y vegetales para ser consumidos era una estrategia de subsistencia de los neandertales extendida y profundamente arraigada, precisa Salazar.

Sin embargo, en el estudio de las dentaduras de neardentales recolectores, desde el trópico hasta el ártico, no se han encontrado evidencias de variación dietética en el tiempo y el espacio en el consumo de alimentos de origen vegetal. 

Investigaciones

Esto puede implicar que el consumo de vegetales en los neandertales estaba limitado a un tipo de planta o vegetal concreto, a diferencia de lo que hacían los "sapiens" modernos, han aventurado los investigadores responsables del estudio.

En opinión de Domingo C. Salazar “esta forma de alimentarse, en lugar de ser signo de primitividad, refleja una estrategia que simplemente se mantuvo durante miles de años por su eficacia”.