Pablo Motos.

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Televisión ESTE MIÉRCOLES

Pablo Motos confiesa que ha estado a punto de arruinarse en dos ocasiones

El presentador de 'El Hormiguero' comentó esas experiencias vitales entre las entrevistas de los actores Belén Cuesta y Miguel Herrán.

27 mayo, 2020 23:54

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Aunque sigue sus emisiones sin público en el plató y con entrevistas a través de videollamada, El Hormiguero bien podría haber desplegado este miércoles la alfombra roja. Sus dos invitados están muy ligados al séptimo arte y a una de las series de más éxito, La casa de papel: Belén Cuesta (36 años) y Miguel Herrán (24).

"Quiero hablar de la frustración. ¿Os notáis más impacientes, más impulsivos, que os desanimáis enseguida? Es una sensación muy desagradable que se genera cuando hay distancia entre lo ideal y lo real, pero eso no significa que lo estéis haciendo bien. Hay muy poca distancia entre el éxito y el fracaso".

En estos tiempos de reinvención, Pablo Motos (54) usó su monólogo habitual para mandar un mensaje de optimismo. Contó el caso de una joven alemana de 17 años que trataba de organizar un gran concierto de jazz. El intérprete se negó porque decía que el piano era un desastre y dijo que tenía dos horas para encontrar otro, que si no, no tocaría. Ella no lo encontró, pero le rogó, en medio de la lluvia y llorando, que por favor tocara. El accedió. "Esa grabación del concierto de Colonia es el álbum más vendido de un concierto de piano de jazz. Esto quiere decir que ahora mismo que te esté yendo mal no significa que lo estés haciendo mal. Solo te digo tres cosas más: sigue luchando, sigue luchando y sigue luchando", explicó.

Historias variopintas

Esta vez la tertulia de la mesa comenzó con un tono serio, dirigida por Motos e integrada por Nuria Roca (48), Juan del Val (49) y Marron (40) se pronunciaron sobre la polémica sesión que había tenido lugar en el Congreso de los Diputados. Después el tono se relajó al hablar de las quedadas pendientes ante la fase de desescalada. "Yo me voy a quedar en la Fase 0 un ratito", argumentó Nuria Roca.

Unos minutos después llegó la entrevista con Belén Cuesta, quien reconoció haber pasado por diversos momentos emocionales durante el confinamiento: "Ahora estoy más contenta, la verdad, lo de pasear y tomar algo en una terraza sin agobio, ayuda". Eso sí, el inicio de la pandemia fue muy agitado para ella: "El estado de alarma me pilló en India, nos tuvimos que volver corriendo, me fui de viaje con una amiga cuando la cosa se puso un poco complicada, pero todavía se podía salir. Estábamos en el Norte de India y las conexiones no eran buenas, así que fue un poco difícil regresar”.

A continuación, Motos preguntó a la actriz sevillana por Parking, "es una película que rodamos hace casi tres años, es la historia de un poeta rumano, basado en una vivencia real. No sabíamos muy bien cuándo se iba a estrenar y al final Filmin nos ha dado la oportunidad. Con esta época rara que nos ha tocado vivir estas plataformas están dando juego, menos mal".

Sin duda, uno de los aspectos que iba a tocar Belén Cuesta es su fichaje por La casa de papel, en la que encarna al personaje de Manila. "De repente mucha gente habla de Filipinas. Tenía ganas de estar en la serie, aparte del fenómeno, porque tenía ganas de hacer acción, y los compañeros son geniales. Al principio fue un poco de susto, pero como el estreno me pilló en casa ni tan mal".

En su faceta como intérprete, también le preocupa el futuro del teatro: "Es algo que es difícil de sacar a flote de por sí, ahora hay un poco más de miedo. Espero que la gente, cuando todo pase, vaya y se quite al miedo a ir a ciertos sitios. En eso soy bastante optimista, creo que la gente va a volver al cine, no es lo mismo consumir ficción en casa, y creo que con el teatro va a pasar lo mismo".

Antes de despedirse, Belén Cuesta aseguró que "este verano no sé qué voy a hacer. Mi familia es de Málaga, estoy deseando estar allí, pero espero que seamos prudentes. Esto de la desescalada me da un poco de miedo, hay que ir con cuidado para no volver atrás y poder ir a la playa. A ver si aunque sea al final del verano pueda meter un pie en el agua", deseó.

De confesión en confesión

Un poco después le llegó el turno a su compañero de reparto en La casa de papel. Miguel Herrán. Pero antes de eso, un juego de Trancas y Barrancas dio para mucho. Pablo Motos confesó que ha estado dos veces a punto de arruinarse: "Una vez tenía firmado un poder a un señor en el que tenía mucha confianza por 300.000 euros. Al día siguiente no tenía nada. La emisora de radio me condonó la deuda, pero estuve sin cobrar un año y viviendo de mis padres. La otra vez fue que me estalló la burbuja inmobiliaria en toda la cara. Un grupo de amigos presumían de cada día ganaban mucho dinero, me metí ahí y lo palmé todo", recordó.

Después de esa confesión llegó el turno del actor malagueño, que ha tenido un confinamiento peculiar: "Todavía no he visto a mi novia, espero verla mañana, he aprovechado la Fase 1 para venir a grabar esto. He pasado el confinamiento con un amigo. Digamos que hemos pasado por todas las fases: amigos, matrimonio, divorcio, reconciliación y separación. Han sido dos meses fantásticos, le he agradecido que estuviera a mi lado, pero la convivencia es difícil".

Ahora sí, llegó el momento de hablar de sus proyectos profesionales. Uno de ellos aún no ha sido estrenado, el film Hasta el cielo: "La película cuenta la vida de Ángel, un chico normal que vive en un barrio problemático. Desde joven se comienza a fijar en el mundo del alunizaje, se junta con gente que le enseña la técnica. Es muy ambicioso y no deja que nada le pare”, argumentó el actor, quien reconoció que durante ese rodaje "me he dado muchos golpes, porque rodar con Calparsoro es una experiencia".

Mucho más conocida es su participación en La casa de papel, un éxito que, a pesar de todo no ha hecho que aún le borren el nombre: "Mucha gente me llama Río, pero sobre todo por la calle. No suelo salir a fiestas ni a lugares concurridos, así que casi todo el mundo me llama Miguel". Preguntado por el papel que juega su novia a la hora de dar un punto de realidad a su rutina, Herrán se deshizo en elogios: "Mi novia básicamente me encauza como ser humano al completo".

Como despedida, aseguró que no sigue con la idea de tener un taller de bicicletas, tal y como una vez le confesó a Pablo Motos.

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