Raquel Waitzman, en la misa homenaje a su madre, Encarnita Polo, este pasado martes, día 16. Gtres
Raquel Waitzman, la hija de Encarnita Polo, muy afectada en el último adiós a la artista: los amigos que la han arropado
El funeral de la querida cantante y actriz ha tenido lugar este pasado martes, día 16, en la Basílica de la Milagrosa. Su hija no ha querido hacer declaraciones.
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Dos días después de cumplirse un mes del fallecimiento de Encarnita Polo, presuntamente estrangulada de madrugada a manos de un compañero de la residencia de ancianos de Toledo en la que residía, sus amigos y familiares se han dado cita en la basílica de La Milagrosa.
En este templo, situado en el madrileño barrio de Chamberí -donde vivió Polo muchos años-, amigos y familiares se han reunido este pasado martes, 16 de diciembre, para recordar a la popular artista con una misa funeral en su memoria.
Al frente de este homenaje a la figura de la inolvidable cantante y actriz su única hija, Raquel Waitzman, que muy afectada y arropada en todo momento por sus seres queridos, ha preferido mantenerse en un discreto segundo plano y no atender a la prensa.
Raquel, hija de Encarnita Polo, a su llegada a la misa funeral. Gtres
De este modo, ha dejado claro Waitzman su deseo de no pertenecer al mundo del papel couché. Huelga decir que Raquel ha sido, desde la muerte de su madre, duramente criticada. Sobre todo, por una persona en concreto: Rappel (80).
El futurólogo -que ha sido el gran ausente en el funeral- aseveró que la hija de Encarnita la había "abandonado" en la residencia en la que perdió la vida en un dramático suceso que todavía está investigando la Policía. Días después, Rappel rectificó sus palabras.
Volviendo al funeral, han acudido íntimos amigos de la familia, como Antonio Albella. Muy cercano a la artista, Albella, emocionado, ha asegurado que "va a venir la gente que la quería y vamos a recordar a Encarnita con mucha alegría".
"Raquel es como mi hermana, y yo como su hermano", ha apuntado, revelando su especial vínculo con la hija de la fallecida, dejando, sin embargo, en el aire si finalmente tomará acciones legales contra la residencia en la que vivía su madre por negligencia.
Víctor Sandoval (58), el pianista Pablo Sebastian (78), o José Manuel Parada (72) han completado la lista de amigos que no han querido dejar pasar la oportunidad de recordar a la cantante de temas tan conocidos como Paco, Paco, Paco.
Parada, Víctor Sandoval y Pablo Sebastian en un fotomontaje de EL ESPAÑOL. Gtres
"Raquel siempre ha estado al margen del mundo artístico de su madre, hizo su vida totalmente alejada del mundo artístico. Yo le aconsejé en su momento que por lo menos tenía que hacer un escrito para dar las gracias a tantas personas", ha manifestado, por su parte, Parada.
"Y así lo hizo, ella escribió una carta muy bonita, muy sentida, diciendo que ella no iba a hacer nunca declaraciones, que no quería entrar en este tema ni entrar en ningún tipo de discusión. Y yo creo también que eso hay que respetarlo, ¿no?", ha agregado.
"Ella tiene derecho a llevar la muerte de su madre como ella considere", apostilla.
Y aunque desconoce si Raquel demandará a la residencia en la que vivía Encarnita, sí ha reivindicado que su muerte "tiene que servir para que la gente, cuando llega a una cierta edad, se la cuide, se la atienda, y que no vuelva a suceder en ninguna otra residencia".
Antonio Albella, gran amigo de la familia. Gtres
"Que tú pones allí a tu familia creyendo que va a estar cuidada, atendida, y puedes estar a merced de alguien que entre en la habitación y que haga cualquier barbaridad", explica José Manuel.
"Nuestra Encarnita no ha muerto, la han asesinado, que por favor nadie vuelva a morir de una forma tan atroz en ninguna residencia de este país", ha pedido, emocionado.
Parada, por último, también ha salido en defensa de Rappel por sus desafortunadas declaraciones sobre la hija de Encarnita. "Creo que cuando le dijeron que había muerto, pues reaccionó de esa forma, de la que ya ha pedido disculpas y perdón".
"No debe servir de polémica esto para nada porque Rappel es muy buena gente. Y Raquel también. Encarnita estaba en unas circunstancias donde sabemos que en una residencia podía estar más atendida y más cuidada", ha concluido el que fue presentador de Cine de barrio.