Ana García Obregón en tres de sus posados más emblemáticos en un fotomontaje de EL ESPAÑOL.

Ana García Obregón en tres de sus posados más emblemáticos en un fotomontaje de EL ESPAÑOL.

Famosos INMUEBLE EN VENTA

Ana Obregón y su último verano en 'El Manantial', su casa de Mallorca: adiós a 33 años de posados, lujo y legado familiar

Según confirma EL ESPAÑOL, este será el último período estival que los García Obregón disfruten de su residencia de la Costa de los Pinos, puesta en venta.

Más información: Ana Obregón se sincera sobre la venta de 'El Manantial': "Yo dudé, pero mis hermanos no y hay que respetarlo. Será duro"

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Si hay una suerte de mantra que, durante décadas, se ha repetido en la crónica social española, es que el verano no queda oficialmente inaugurado hasta que la actriz y presentadora Ana García Obregón (70 años) realiza su siempre alegre y pizpireta posado del verano.

Cada período estival, la también guionista y bióloga, ataviada con un sinfín de trajes de baño -a cada cual más colorido y singular- convocaba a los medios de comunicación para que la inmortalizaran a orillas de la playa, mientras se daba su primer baño de la temporada.

En la mayoría de esos reportajes -hoy y para siempre, en la memoria colectiva de los españoles y en la hemeroteca de las revistas del corazón-, la Obregón se dejaba acompañar por su único vástago, hoy tristemente fallecido, Álex Lequio. No fallaba Ana ni un sólo período de estío.

Ana García Obregón posando en la piscina de su casa de Mallorca.

Ana García Obregón posando en la piscina de su casa de Mallorca.

Eran aquellos tiempos irresistiblemente felices, donde la vida se empañaba en mostrar sólo su parte agradable. Decía Ana que el inicio de estos posados tuvo lugar por una razón tan simple como peregrina e ingenua: si accedía a dejarse fotografiar, la prensa la dejaría tranquila.

Ya no la asediarían más el resto de su verano, argumentaba. Nunca pasó, pero ella no dejó de responder a la llamada del comienzo del verano. Hay un enclave de lujo, que durante más de tres décadas ha sido escenario para su puesta en escena ante los medios.

Ese lugar es El Manantial, la impresionante mansión de verano que la familia García Obregón tiene en la exquisita zona de la Costa de los Pinos, en Mallorca. Una espectacular residencia que, desde hace un año, está a la venta en el mercado, por 35 millones de euros.

EL ESPAÑOL publicó entonces que a los hermanos García Obregón no les hizo demasiada gracia que esta operación viera la luz. Quisieron, desde el principio, que se llevara a cabo el trámite en la más estricta intimidad. Ahora, este diario puede confirmar que hay un comprador interesado.

Es de origen extranjero y se ha comenzado la gestión de compra con un contrato apalabrado. La cuenta atrás para decir adiós es más real que nunca y, por ello, todos los miembros de la familia han querido despedirse del inmueble este verano.

Construido a finales de los años 60 por Antonio García Fernández, padre de la actriz, este refugio frente al mar ha sido testigo de los veranos más felices —y también de los más dolorosos— de Ana Obregón y su familia.

Hoy, mientras se cierra su venta, la casa se despide como lo que siempre fue: un santuario de amor, infancia, recuerdos, lujo y comodidades. El Manantial fue durante décadas lugar de reencuentro familiar cada período estival.

Ana García Obregón junto a su hijo, en una imagen de su Instagram.

Ana García Obregón junto a su hijo, en una imagen de su Instagram.

Intramuros, en esos más de 8.000 metros de villa, con vistas al mar, la familia García Obregón protagonizó los momentos más felices de su existencia.

No obstante, el fallecimiento de Álex Lequio y, después, de sus abuelos, Ana María Obregón y Antonio, hizo añicos tanto la felicidad como la unión familiar en la Costa de los Pinos cada verano. En los últimos años, los Obregón han disfrutado de la casa por separado.

33 años de posados

Desde 1992, Ana Victoria García Obregón -nombre real de Ana- ha convertido El Manantial en el escenario de sus icónicos posados veraniegos. Primero en solitario, luego con Álex -aquellos maravillosos y chispeantes años noventa-, y ahora con su nieta, Ana Sandra.

Las imágenes, publicadas cada agosto en la revista ¡HOLA!, han sido una constante en la crónica social española. Más que una tradición, han sido la forma que ha utilizado Ana para narrar su vida, sus cambios, sus pérdidas y sus renacimientos.

Su vida, la vida, está contada a través de sus bikinis, trikinis y trajes de baño. Este verano, Ana celebra los 33 años del comienzo de su tradición por posar ante los reporteros gráficos, y lo hace con la serenidad de quien sabe que está cerrando un capítulo.

Una venta "dura y difícil"

La venta de El Manantial, valorada en 35 millones de euros, ha sido consensuada entre los cinco hermanos García Obregón. Aunque Ana dudó, finalmente aceptó que era momento de dejar ir. Así lo manifestó en su última entrevista en la mencionada entrevista.

"Me da muchísima pena vender. Va a ser difícil y duro, pero entiendo a mis hermanos. Está en un sitio privilegiado, al borde del mar, con la playa justo debajo. Ya no quedan casas así", explica Obregón.

"Es única, pero para mí tiene mucho más valor emocional que estético. (...) Mis hermanos no dudan. Yo un poquito, pero somos cinco y hay que respetar. (...) Sinceramente, también duele estar aquí", remacha la guionista de Ana y los 7 y Ellas y el sexo débil.

Álex, muy presente en El Manantial

Ana García Obregón junto a su hijo Álex, en una imagen de sus redes sociales.

Ana García Obregón junto a su hijo Álex, en una imagen de sus redes sociales.

Si hay un nombre que resuena en cada rincón de El Manantial, es el de Álex Lequio. El hijo de Ana Obregón vivió allí su infancia y adolescencia, correteó por sus pasillos, nadó en su piscina y compartió veranos inolvidables con su madre.

"Cuando estoy aquí, veo a mi hijo correteando por sus pasillos y cada rincón tiene su nombre", confesó Ana en una entrevista reciente.

Tras su fallecimiento en 2020, El Manantial se convirtió en un lugar de duelo, pero también de consuelo. Ana ha regresado cada verano, buscando en el mar y en los recuerdos la fuerza para seguir adelante. Este año, ha posado junto a su nieta Ana Sandra, en lo que podría ser su último verano en la casa familiar.

El sueño de Antonio García

Antonio García Fernández, promotor inmobiliario y padre de Ana, adquirió tres parcelas hasta reunir más de 8.000 metros cuadrados de terreno con 140 metros de costa.

Allí, en un acantilado privilegiado de la Serra de Llevant, levantó El Manantial, una villa de casi 1.000 metros cuadrados construida en una sola planta, pensada para fundirse con el paisaje mediterráneo y facilitar la vida sin complicaciones.

La casa cuenta con siete suites, cada una con baño privado y vistas al mar. Una piscina, pista de pádel, embarcadero privado y hasta una zona habilitada para aterrizaje de helicópteros. Todo diseñado para garantizar privacidad, comodidad y belleza.

La decoración, de estilo tradicional, combina blanco y azul turquesa, y aunque algunos expertos señalan que necesita una actualización, su alma permanece intacta.