
Mónica Pont en una fotografía tomada en su último acto público, en Madrid. Gtres
Mónica Pont vive en régimen de alquiler en una exclusiva zona de Madrid tras romper con Javier Moro: todos los detalles
Según conoce EL ESPAÑOL,la ruptura precipitó la salida de la actriz del domicilio del empresario, pero ella ya tenía intención de vivir en otro hogar.
Más información: Las exclusivas fotos de Mónica Pont desalojando la casa de Javier Moro: sabemos qué pasó ese día y dónde vive ahora
Fue el pasado 17 de abril, al filo de las 22:30 horas, cuando EL ESPAÑOL pudo confirmar, a través de dos fuentes de total solvencia, que la historia de amor entre Mónica Pont (56 años) y el empresario bodeguero Javier Moro (61) había tocado a su fin cuatro meses después de hacerse oficial. Todo se disolvió como arrancó: de puertas para adentro.
"No es algo nuevo. La cosa no iba bien", sostuvo un informante a este diario. El adiós amoroso nada tuvo que ver con la falta de amor. Se ha debido, los datos que controla este medio, a la gestión que se ha hecho de este romance a nivel público. Por más discreción que ellos mismos trataron de imprimirle a su amor, parece que no fue suficiente.
A las pocas horas, este mismo periódico publicó, en exclusiva, las fotografías de Mónica abandonando el hogar que compartió junto a Javier Moro, en la céntrica calle Goya de Madrid, propiedad este inmueble del presidente de las Bodegas Emilio Moro. Con cara circunspecta, Pont embaló sus enseres y se fue.

La actriz, que ha permanecido un tiempo en el piso de su novio, ha dejado la propiedad y se ha mudado a otra vivienda. EL ESPAÑOL
El rostro de la intérprete lo decía todo: serio, a cara lavada y con aire cansado. Se instaló la actriz, con ayuda del portero del edificio de la calle Goya, en una flamante casa en la exclusiva zona de Aravaca, pudo constatar EL ESPAÑOL. Fue un traslado rápido que se efectuó alrededor de dos semanas antes de que este medio confirmara la ruptura.
Quien lo sabe sostiene que la actriz de Hostal Royal Manzanares ya tenía pensado mudarse, vivir en su propia casa, antes de que el quiebre amoroso tuviera lugar. Hay que explicar bien esta historia. Al regresar de México, Pont buscó, un tanto a contrarreloj, una vivienda en la capital de España.
Tiró de algunos contactos, le urgía. En ese momento, estaba empezando su romance con Javier Moro y éste, generoso como es, le propuso vivir en uno de sus inmuebles: el sitado en la Calle Goya. Ella accedió, pero siempre dejando claro que aquello -esa convivencia- era algo temporal, provisional, sobre todo por el vástago de ella, Javier Sagrera (21).
El joven, que fue quien le pidió a su madre que regresara a España, la visita con frecuencia. Y ella, pese a haberse sentido cómoda en ese piso de Javier Moro, deseaba estar a solas con su hijo; vivir esa independencia maternofilial. EL ESPAÑOL puede confirmar que Mónica se ha mudado en régimen de alquiler.

Mónica Pont charla con un empleado de la urbanización a la que se acaba de mudar. EL ESPAÑOL
"Ha pagado el alquiler de un año", informa alguien próximo a la artista. Mónica Pont se instaló en su casa antes de viajar a África. En lo tocante a la ruptura Pont Moro, tal y como se aseguró a EL ESPAÑOL hace unos días, existe gran cordialidad entre ellos. Se quedan ambos con lo bueno vivido, con la alegría del estallido del amor, con las experiencias.
La discreción que la dupla luchó por instalar en su día a día no se ha cumplido. Creían, ambos, que podían sortear todo obstáculo, pero no pudo ser. A veces, los sentimientos pueden desembocar en reproches y en malentendidos. Sostiene quien está capacitado para hacerlo que, pese al dolor y a lo complicado del trámite, ambos han tomado caminos separados desde la madurez.
En otro orden de cosas, la periodista Beatriz Cortázar ha desvelado en el programa Y ahora Sonsoles que Mónica no está bien. Está atravesando una etapa delicada, pero ya no tanto por su ruptura de Javier Moro, que también. Pont está afectada porque en un tramo corto de su vida se le han juntado distintos y desagradables avatares: el conflicto que libra con su hermana y una muerte muy dolorosa.
La mascota de Mónica murió y ella ha quedado muy tocada, tanto que, según avanza Cortázar, se ha fabricado un anillo con las cenizas de su can. "Te voy a decir una cosa. Le importa muchísimo más la muerte de su perra que su padre, porque de él hace muchísimos años que no le interesa", sostuvo la citada periodista.
Las fotos de la mudanza
Volviendo a Pont y a su quiebre amoroso, las instantáneas, publicadas por EL ESPAÑOL, recogen su periplo desde el centro de Madrid hasta el lugar donde se instalará al lado de su hijo, Javier, quien vive bajo su techo. Se trata de un bloque de viviendas con fachada de ladrillo visto que dispone de varias zonas comunes, como jardines y plaza de garaje.
Por suerte, Mónica Pont no ha tardado demasiado en mover sus pertenencias desde el centro de Madrid hasta la residencia que ha elegido para instalar su nuevo hogar junto a su vástago.No cabe duda de que los últimos cuatro meses han sido verdaderamente intensos en la vida de Mónica Pont.

Mónica Pont junto a su expareja, Javier Moro. Montaje de EL ESPAÑOL.
Conoció a Javier Moro el pasado mes de diciembre y un mes después dejó atrás sus proyectos en el continente americano para iniciar una nueva vida al lado del empresario.
En enero se instaló con su entonces pareja en el piso que este tiene en propiedad en Madrid, y donde ambos han estado viviendo juntos hasta el momento de la ruptura. Y aunque ella siempre quiso llevar su affaire con discreción, lo cierto es que no ha podido evitar la notoriedad que ha alcanzado la relación.
En los últimos seis años, Mónica ha estado viviendo en México, centrada en su trabajo como actriz. Allí participó en varias producciones locales. La más destacada: su papel como María Teresa Campos en la serie Luis Miguel, basada en la biografía del cantante mexicano. Pero el destino ha querido que vuelva a enamorarse y que regrese a su país de origen.
Javier Moro es el presidente de las Bodegas Emilio Moro. Tal y como reza la web de esta firma, "pertenece a la tercera generación de la familia Moro y lleva desde 1989 en la bodega como director comercial, siendo uno de los principales artífices del crecimiento y la expansión de nuestra marca, presente en más de 70 países de todos los continentes".