Rocío Crusset con prendas de Lost labels en sus redes sociales.

Rocío Crusset con prendas de Lost labels en sus redes sociales.

Famosos 'LOST LABELS'

Descubrimos el nuevo negocio de moda y lujo 'vintage' de Rocío Crusset, la hija de Carlos Herrera

A través de un atractivo contenido, la empresaria, bajo su nueva compañía, vende desde bolsos de segunda mano de Chanel a bailarinas de Lanvin.

26 octubre, 2023 01:16

Desde que Rocío Crusset (29 años), hija de los presentadores Carlos Herrera (66) y Mariló Montero (58), era adolescente y estudiaba en el elitista colegio San Francisco de Paula de Sevilla tenía claro que quería ser modelo y para ello debía irse a vivir fuera de España.

Ama su país, adora su ciudad natal y todo lo que la rodea -la Semana Santa, la Feria de Abril, los toros-, pero siempre supo que para labrarse un buen futuro no tenía más remedio que aparcar por un tiempo la calle Sierpes y abrazar la Quinta Avenida de Nueva York para estudiar, formarse y trabajar.

Desde allí, donde vive desde hace más o menos una década, Crusset ha lanzado junto a dos amigas, ahora convertidas en socias, Daphne y Julia, una compañía extremadamente bien pensada y llamada Lost Labels -traducido al español sería algo así como Etiquetas perdidas-.

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Rocío Crusset con abrigo de Burberry y gafas de sol de Prada en una imagen del perfil de Lost Labels.

Rocío Crusset con abrigo de Burberry y gafas de sol de Prada en una imagen del perfil de Lost Labels. Redes sociales

A través de un contenido muy cuidado en su página web y sus redes sociales, la modelo, ahora también empresaria, pone a la venta piezas vintage de lujo que van desde bolsos de Chanel hasta bailarinas de Lanvin pasando por blazers y chaquetas de cuero diseñadas por Barneys o la extravagante AllSaints.

Crusset no quiere vender vestidos, jerséis o stilettos de segunda mano con el aspecto con el que se suelen presentar habitualmente esos productos -o al menos de la forma en la que hasta ahora han sido mostrados-. Si los usuarios -potenciales clientes- se dan un paseo por su web, o por su perfil de Instagram o de TikTok, podrán observar cómo las prendas y complementos que están a la venta lucen absolutamente brand new.

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"Lost Labels nace del amor compartido por la ropa vintage y el compromiso de promover prácticas circulares dentro de la industria de la moda", reza desde el site oficial de la marca.

@lost.labels Get ready with us for a Saturday Night out only using Lost Labels pieces! #vintage #secondhand #resale #fashion #grwm #fyp ♬ funky house - Close-Wu

Y continúa: "Con sus raíces en la ciudad de Nueva York. Lost Labels tiene como objetivo fomentar un enfoque más consciente de la reventa al seleccionar cuidadosamente pequeñas gotas de temporada que ayudarán a definir un vestidor y convertirse en elegante sin esfuerzo, poniendo énfasis en piezas de calidad destinadas a transmitir y ser usadas para siempre. "Compre menos, compre usado, compre con un propósito", concluyen desde Lost Labels

La sevillana y sus dos socias acaban de abrir también una cuenta de TikTok en la que el vídeo con más reproducciones es de sí mismas uniéndose al trend viral de "get ready with me" ("prepárate conmigo"). "Prepárate con nosotras para un sábado por la noche en Nueva York usando sólo prendas y complementos de Lost Labels", dice Rocío en un perfecto inglés. 

Rocío, en lo personal

Rocío Crusset y Maggio Cipriani por las calles de Nueva York en el verano de 2019.

Rocío Crusset y Maggio Cipriani por las calles de Nueva York en el verano de 2019. Gtres

En el plano sentimental, Rocío Crusset vive una preciosa historia de amor con el empresario Maggio Cipriani (33), su pareja desde hace casi cinco años. En una entrevista con EL ESPAÑOL con motivo de la presentación de sus joyas, Crusset, la hija de los admirados presentadores afirmó que tiene intención de pasar por el altar. 

"Nos casaremos, por supuesto, porque, además, nos apetece a los dos formalizarlo, pero no sabemos... Nos apetece mucho lo de casarnos por lo civil e irnos a cenar con nuestros padres. Me apetece eso, pero, de repente, también me sale el ramalazo y digo, 'con lo que me gusta a mí una fiesta, qué divertido'. Mi novio no es tan así, él es más 'uf, me da pereza'. Y le digo, 'si la protagonista soy yo, vosotros no importáis en las bodas'. ¡Sois un complemento!", declaró, entre risas. 

Y concluyó: "No somos nada convencionales. No me apetece lo de la pedida y demás. El tema de arrodillarse delante de gente... ¡con eso me muero de la vergüenza! Le digo a mi novio 'tú, en una cena hablamos y decidimos si casarnos o no'".