Tras unos intensos días en París, durante los cuales Paloma Cuevas (50 años) oficializó su historia de amor con el cantante Luis Miguel (53) -gracias a unas imágenes en las que ambos paseaban cogidos de la mano-, la diseñadora ha regresado a su día a día en España.

Este pasado martes, 13 de junio, la exmujer de Enrique Ponce (51) ha asistido en Valencia a la entrega de las Medallas de Oro Mayte Spínola, donde ha recibido un premio por su contribución al mundo de la moda. Para tan importante evento -donde la hija de Victoriano Valencia (90) ha acudido acompañada de su íntima amiga Rosa Clará-, Paloma ha lucido un espectacular look nupcial con el que ha acaparado todas las miradas.

Un diseño de Rosa Clará en color blanco con un cuidado encaje bordado a mano, detalles de pedrería, escote corazón y la falda de gasa ligeramente transparente. Más allá de esta entrega de premios tan especial, también este pasado martes en el espacio de Antena 3 Y ahora Sonsoles la periodista Lorena Vázquez daba una información sobre Paloma y Ponce muy significativa. 

[Paloma Cuevas y Luis Miguel, juntos en la preboda del hijo de Rosa Clará: así ha sido su primera aparición pública]

Paloma Cuevas junto a su amiga la diseñadora Rosa Clará durante la entrega de premios en Valencia. Europa Press

Cuevas y Ponce se han reencontrado tras mucho tiempo sin verse. Esta cita secreta tuvo lugar, a la luz de las palabras de la citada periodista, el martes 6 de junio, recién llegada ella de la boda del hijo de Rosa Clará en París. Esta reunión, que aconteció semanas después de la entrevista del diestro de Chiva y Ana Soria (24) en El Hormiguero, se celebró por un "asunto familiar". 

Según apunta Vázquez, no existió ninguna tensión entre ambos, lo que demostraría que, pasado el tiempo y la marejada informativa de su separación, Paloma y Enrique han sabido reconducir su relación con madurez. Lo que parece claro es que ambos, por separado, están viviendo un excelso momento sentimental. El torero, al lado de su razón de amor, Ana Soria. Y Paloma junto a Luis Miguel. 

El entorno de la diseñadora destaca la gran felicidad de Paloma. "Ella está disfrutando de la vida. Siempre ha sido una madre abnegada y amantísima esposa y creo que le tocaba vivir y disfrutar", ha asegurado recientemente Susanna Griso (53). También el padre de Paloma ha hablado de su hija: "Ya era hora de que tuviera mi hija una alegría porque ha estado tres años viviendo nada más que para sus hijas. Ellos están muy bien los dos y muy felices". 

El dolor de Paloma 

Tras la interviú de Ponce y Soria en Antena 3, EL ESPAÑOL pudo conocer que hubo momentos que no gustaron a la familia Cuevas. "Sabes cuál es la postura de Paloma Cuevas desde siempre, pero, vamos, no ha gustado nada. Esa es la realidad", confió a EL ESPAÑOL una fuente de total solvencia, cercana a la diseñadora, acerca de su reacción a la entrevista. En la familia Cuevas hubo malestar y "disgusto", según se hizo constar.

Enrique Ponce y Ana Soria, captados en Madrid, el pasado 24 de mayo. Gtres

Se entendió, desde el entorno de Paloma, que Enrique Ponce reapareció en televisión en un momento en que todo estaba calmado y tranquilo; las aguas bajaban más templadas. 

El malestar de Paloma no vendría por ella misma, pues "ya pasó el duelo y ahora está viviendo un dulce momento, pero es como reabrir heridas y revolver los sentimientos". Los sentimientos no sólo de los adultos, sino también de otras personas que, indirectamente, pasan por otro trance -doloroso- similar al de aquel pandémico 2020. "Hoy en día con los teléfonos te llega de todo. Es muy difícil de controlar". 

En otro orden de cosas, Paloma Cuevas continúa viviendo su particular historia de amor con el cantante internacional Luis Miguel. Ese es su presente y, espera, su futuro. Forman una de las relaciones sentimentales que mayor interés despierta en el papel couché patrio y allende los mares.

Desde que el pasado año 2022, en julio, se desvelara su romance -nunca confirmado directamente por los protagonistas-, Paloma y Luis Miguel han sido fotografiados en diferentes viajes románticos y su amor se consolida día a día y a golpe de rotundos gestos -a falta de palabras-.