La actriz Lola Herrera.

La actriz Lola Herrera.

Famosos ENTREVISTA

Lola Herrera: "En los últimos años estoy pensando en el final. Hay que morir con dignidad"

EL ESPAÑOL ha entrevistado a la veterana actriz con motivo del estreno de su nueva obra de teatro en Barcelona: 'Adictos'.

9 mayo, 2023 01:01

Considerada una de las últimas grandes damas de la escena española, Lola Herrera (87 años) no piensa en la jubilación. A punto de estrenar en el Teatro Goya de Barcelona la obra Adictos junto a Lola Baldrich (55) y Ana Labordeta (57), confiesa a EL ESPAÑOL que "si sobre las tablas no encuentras el sentido de estar, lo mejor es que no estés. No se puede estar sin sacarle un jugo a todo eso. Tengo la suerte de tener un trabajo que amo y me enriquece todos los días. Aunque sea la misma función tienes sensaciones diferentes con el público. Es muy mágico".

Con siete décadas de trayectoria a sus espaldas, la actriz vallisoletana se siente feliz porque es la primera vez que trabaja con su hijo Daniel Dicenta en calidad de coautor del libreto junto a su amigo Juanma Gómez.

En declaraciones a EL ESPAÑOL la veterana intérprete confiesa que "todo nació de una forma rara ya que como a partir de los 40 y pico los papeles destinados a mujeres disminuyen y yo con 87 pues ya no existen, se me vino a la memoria un vídeo de un corto que mi hijo quería desarrollar para una serie sobre la influencia de las nuevas tecnologías en la sociedad. Les animé y aquí estamos".

[Lola Herrera se desmaya sobre el escenario mientras interpretaba 'Cinco horas con Mario']

La actriz Lola Herrera en el Teatre Goya de Barcelona.

La actriz Lola Herrera en el Teatre Goya de Barcelona.

¿Tuvieron dificultades para llevarla a cabo?

Ha habido muchos reveses durante el proceso de adaptación. No es la función que supongo que ellos querían o pensaban que podía ser, pero es algo bastante interesante. Es muy importante hablar del futuro más inmediato.

¿Qué piensa de las nuevas realidades a las que vamos encaminados?

No parece que sea un camino que vaya a favorecer a la humanidad, sino a los grandes poderes. No sé cómo se desarrollarán y la evolución que tendrán todos estos aparatos, pero yo ya no estaré aquí para verlo y prácticamente será un descanso (risas). La adicción general ha sobrepasado todo lo que se habían imaginado, o a lo mejor no, ya lo sabían, y por eso están envenenando al personal. Existe un comecocos que transmite que si no tienes el último móvil estás perdido. Son fiebres de épocas que se pasan. Las consecuencias llevarán a las generaciones actuales a otro camino en el que nos hemos de encontrar de todo. Esto traerá sus consecuencias y cada uno responderá como pueda.

Con esta problemática el concepto de tiempo ha cambiado mucho.

¡Por supuesto! Estamos faltos de reflexión, tenemos prisa, la vida es muy acelerada y no hay tiempo para pensar. A todas las edades conviene crear recintos de reposo, refugios mentales y reflexión. Cuando era jovencita tenía murrias, mi madre solía decirme "hija, estás amurriada" (risas) porque al parecer tenía una vida interior muy rica. A todas las edades se tiene la necesidad de un refugio mental.

Usted siempre ha sido una mujer que le ha dado mucho valor a la palabra, al pensamiento, se ha sometido a terapias… ¿está a gusto consigo misma?

Sí. He llegado a mis casi 88 años en plenas facultades. No ha sido un camino fácil, pero ha merecido la pena.

Una de aquellas terapias tuvo que ver con su relación con la muerte, ¿a qué conclusión llegó?

A que hay que tener dignidad para estar y dignidad para irse. Antes estaba muy obsesionada con ello, pero con buenos especialistas se aprende a convivir con el pensamiento de la muerte. En los últimos años estoy pensando en el final y, para ello, me están ayudando varios libros de una autora sensacional -no se le viene el nombre en ese momento- que describe cómo hay que morir bien, sin malos rollos, en tu casa con tu familia, cómo enfocar tu final y el de tu entorno… En definitiva, algo digno.

En esos momentos tan íntimos, ¿echa de menos a sus padres?

Siempre. Les tengo muy presentes a todas horas, sobre todo a mi madre, que fue la última en fallecer. He pasado casi toda mi vida con ellos, incluso de adulta, ya que mi matrimonio con Daniel fue breve. Cuidé a mi madre hasta el último momento, fuimos envejeciendo juntas y eso es imborrable. Cuando murió me di cuenta de que era una completa huérfana.

Lola Herrera, Ana Labordeta y Lola Baldrich.

Lola Herrera, Ana Labordeta y Lola Baldrich.

La relación con sus hijos Daniel y Natalia es…

Estupenda y muy estrecha. Ten en cuenta que estamos unidos por mis padres. Les criamos entre los tres. Ya son personas muy mayores, con mucho talento, tremendamente creativos y siempre están preguntando y ocupándose de mí. Pero eso sí, cada uno respetamos nuestros tiempos y espacios.

Uno de los rasgos más distintivos de su persona es la elegancia a la hora de vestir.

Es fundamental para un actor y, sobre todo, elegir las prendas más adecuadas a tu edad. Cuando llevas tantos años en la profesión se aprende una disciplina que hay que ir aplicando poco a poco hasta que se desarrolla de forma natural. En la actualidad hay mucha más informalidad en las presentaciones públicas, pero está claro que a estas alturas no me voy a poner los trapos de las niñas de ahora, que están monísimas. Tengo que ir de acorde a mi edad, dejarme mis canas, no perder la cabeza e intento estar en mis años y mi realidad.

No se ha prodigado mucho en la prensa del corazón, ¿por qué?

Ja, ja, y ha sido una tranquilidad. He salido algunas veces, pero no he sido personaje. Las actrices que trabajamos fundamentalmente en teatro no teníamos un sitio en aquella época, no éramos como noticia. Solo salía la gente muy espectacular, no como ahora, que toda la prensa del corazón ha cambiado muchísimo. Sí es cierto que tengo amigos que trabajan en estos medios, pero ahí llega mi relación.