La presentadora se alía al programa del cantante para mostrar de nuevo su casa.

La presentadora se alía al programa del cantante para mostrar de nuevo su casa. Telecinco

Famosos CON BERTÍN OSBORNE

La mansión maldita de Teresa Campos: última oportunidad para venderla

Tras dos años sin encontrar a alguien que se interese en adquirir la casa, la presentadora ha visto en el programa de Telecinco su última baza para la venta.

1 noviembre, 2017 02:35

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En plena resaca de Halloween alguna especie de maldición persigue a María Teresa Campos (76 años) o, más bien, a su casa. La presentadora no consigue 'quitarse de encima' su enorme mansión de Las Rozas, en Madrid, después de más de dos años en venta. Por eso, en vista de que los anuncios en webs inmobiliarias, las exclusivas en revistas o incluso el reality Las Campos no ha dado sus frutos para impulsar su compra por parte de un tercero, la presentadora abrirá las puertas de su casa a Bertín Osborne (62), un inquilino que atrae a millones de espectadores cada noche que sale en antena.

Precisamente, la frase Mi casa es la tuya es lo que María Teresa sueña con decirle al futuro comprador que le desembolse los 4,5 millones de euros que pide por ella. Por eso, mientras ella conteste a las preguntas de su invitado, la audiencia permanecerá durante dos horas viendo constantemente las estancias de su gigantesca mansión, lo que será como una especie de mensaje subliminal que podrá quedar en la mente de las personas que en ese momento vean Telecinco.

Los fans de la cadena y, sobre todo, del clan Campos tienen más que visto ese escenario. Son 2.000 metros cuadrados de vivienda, distribuidos en dos edificaciones unidos por un gran pasillo central. Una de las zonas más impresionantes del hogar son los 6.000 metros cuadrados de jardín con innumerables terrazas. Como puede verse en el vídeo promocional del programa, María Teresa lleva a Bertín a la piscina climatizada de paredes transparentes y le ofrece darse un baño para que el público se deleite con su físico, aunque éste responde únicamente con una pícara risa.

El listado de rincones de lujo de la mansión es interminable: un patio inglés, biblioteca con claraboya acristalada, gimnasio, sala de cine, cámara acorazada y un largo etcétera que no le dará tiempo a recorrer a Bertín en los 120 minutos que dura su espacio televisivo. Pero uno de los momentos más especiales sucederá entre las cuatro paredes de la cocina. Entre fogones le esperarán Terelu (52) y Carmen Borrego (51) con el delantal del programa puesto.

Después de un rato entre ollas, cazuelas y sartenes y mucha verborrea, el clan al completo junto al presentador se sentarán otra de las estancias conocidas para el espectador, el comedor donde las tres mujeres se reúnen alrededor de la mesa para almorzar con sus amistades. En ese lugar charlarán de su relación y del noviazgo de la matriarca con Bigote Arrocet (67), algo que volverá a suscitar algún pique de las hijas, pero que no es, ni mucho menos, lo que le quita el sueño a María Teresa.

María Teresa Campos contará detalles de su vida personal a Bertín.

María Teresa Campos contará detalles de su vida personal a Bertín. Telecinco

A ella lo que más le preocupa es conseguir vender finalmente su mansión y poder vivir de forma más desahogada económicamente, sin que su hogar le cueste miles de euros mensuales solo en mantenimiento, debido a sus grandes dimensiones y a la necesidad de servicio que la casa requiere. Campos busca un lugar más 'recogido', íntimo, en el que pueda hacer su vida con tranquilidad junto a 'su Edmundo'.

[Más información: María Teresa Campos hace campaña para lograr vender su casa]

Sí consiguió vender el ático de Aravaca

Y por él se embolsó 1.300.000 euros después también de un largo tiempo de espera hasta conseguir el comprador más interesado. Le costó tanto encontrarlo que tuvo que rebajar el precio inicial, que era 200.000 euros superior. La vivienda era un dúplex con ascensor de 730 metros cuadrados. Tenía cuatro habitaciones, de las cuales tres eran tipo suite con vestidor, y en el cuarto principal había nada menos que dos vestidores, un baño e incluso un salón privado. La cocina era inmensa y el gran salón común de la vivienda tenía 180 metros cuadrados y una terraza de 150 metros con piscina y barbacoa. Desde luego, toda una adquisición de lujo para su nuevo dueño.