Xisca Perelló, en una imagen de archivo.

Xisca Perelló, en una imagen de archivo. Gtres

Famosos RAFA NADAL NÚMERO 1

Xisca Perelló, la nueva primera dama del tenis mundial

La novia del tenista mallorquín se caracteriza por su discreción. Mantienen una relación desde que el deportista ganara su primer Roland Garros en 2005. 

21 agosto, 2017 03:34

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Ella es María Francisca Perelló (29), la novia del que desde este lunes es el nuevo número uno del tenis mundial. Conocida como 'Xisca', ha sido el gran apoyo de Rafa Nadal (31) desde que este comenzara su carrera deportiva. Y es que el mejor tenista del mundo es tan persistente en la cancha, como conservador en el amor. 12 años de convivencia en la pareja consolidan una relación que a día de hoy sigue más viva y sólida que nunca.

Xisca y Nadal mantienen una discreta relación.

Xisca y Nadal mantienen una discreta relación. Gtres

La nueva 'primera dama del tenis mundial' nació en Manacor, la misma localidad que Nadal tan solo dos años después. Educada durante toda su adolescencia en un colegio de monjas y, tras licenciarse en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de las Islas Baleares, comenzó su andadura profesional trabajando en Endesa. Pero fue durante su etapa escolar cuando conoció al deportista: la hermana del tenista, gran amiga de Xisca, les presentó. Una amistad que le acabó uniendo a Nadal desde que en 2005 comenzaran a salir formalmente, algo de lo que tan solo era consciente su entorno más cercano. Y es que ni siquiera muchos de sus compañeros de carrera lo sabían. Fue, de hecho, en la graduación de la joven cuando la relación comenzó a ser más conocida. Finalizada su etapa universitaria se mudó a Londres para especializarse en Patrocinio y Marketing Deportivo; muy acorde con la profesión de su pareja. 

A pesar de haber querido permanecer siempre en el anonimato, lo cierto es que nunca ha podido ocultarse del todo. Pero su discreción y saber estar le han convertido en una de las parejas más estables del panorama deportivo: una mujer en la sombra que ha preferido mantenerse siempre al margen de los éxitos del deportista, pero que siempre los ha celebrado con él. 

Mery, tal y como Rafa Nadal le llama, acompaña al deportista todos los torneos. Y es a Perelló a quien van dirigidas cada una de las victorias del mallorquino, a pesar de que él no la mencione en los agradecimientos. Y es que la pareja intenta llevar siempre de la manera más discreta posible una solida relación. A pesar de acompañarle siempre a los grandes torneos, Xisca mantiene una ocupación más estable en la Fundación Rafa Nadal, en la que ejerce de directora de la Integración Social de la misma.

"Nos llevamos muy bien", dijo su suegra. Y es que la novia del tenista es la encargada de coordinar los proyectos de la fundación y de hablar con las diferentes organizaciones en las que esta participa. La institución, que nació fruto del deseo del propio tenista y de su familia para ayudar a los adolescentes más desfavorecidos y "que corren el riesgo de quedar excluidos de la sociedad", tal y como se describe en la página web de la misma, lleva en pie desde 2008, fecha desde la que es partícipe la novia del deportista. 

De carácter tranquilo, su círculo más cercano se refiere a ella como una persona "minuciosa, detallista y muy profesional". Sencilla y sin las excentricidades a las que sin duda podría optar, no le gusta destacar por temas ajenos a su profesionalidad. "Las novias de los grandes tenistas no tienen nada que ver con las de los cracks futbolistas", apuntaba Tomeu Terrasa, íntimo amigo de Nadal.

La joven en una imagen de archivo.

La joven en una imagen de archivo. Gtres

"Pasa muy desapercibida, algo que tiene que ver con su carácter hermético y el de la gente de su alrededor", apuntaba una vecina de su localidad natal. Y es que cada vez que Xisca acude a Manacor lo aprovecha para pasar el tiempo con su familia y amigas de toda la vida.

Una pareja idílica que muy pocas veces se deja retratar en actitud cariñosa. Fue el año pasado cuando Rafa Nadal cumplió otro de sus sueños: navegar su propio barco, el Beethoven, y ha sido en él donde han dado rienda suelta a su amor: ese del que tanto disfrutan cuando no tienen ninguna cámara pendiente de cada movimiento que realizan. Y es que Nadal es igual de discreto que ella y apenas suelta lágrima. Algo que no pudo evitar tras ganar su décimo Roland Garros. De hecho, ni siquiera Xisca, tras unas oscuras gafas, pudo contener su emoción.