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El Estilo MODA

Entre el desierto y la pasarela: Chile y España tejen una alianza para transformar el futuro de la moda

Johana Fernández, fundadora de Runway Fashion Design (RFD), habla sobre el programa que está cambiando la moda.

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EL ESTILO
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En pleno corazón del desierto de Atacama, donde el sol calcina sin piedad y la tierra parece inerte, se esconde uno de los secretos más oscuros del sistema de consumo global: un cementerio textil que se extiende por kilómetros.

Ropa usada, descartada y olvidada, en su mayoría proveniente del fast fashion europeo y estadounidense, yace apilada como testimonio de una industria que ha crecido a costa del planeta.

Pero de esa tragedia medioambiental ha surgido también una posibilidad: un movimiento regenerativo, liderado por comunidades locales, impulsado por innovación social y respaldado por una inédita alianza internacional entre Chile y España.

A la cabeza de este fenómeno se encuentra Johana Fernández, activista y consultora en sostenibilidad, fundadora de Runway Fashion Design (RFD), el programa que está revolucionando la manera en que entendemos, consumimos y producimos moda.

El vertedero de Atacama

Cada año, cerca de 59.000 toneladas de ropa usada llegan a la zona franca de Iquique, muchas de ellas desechadas directamente en el desierto porque no pueden ser comercializadas ni recicladas.

Desfile de DICOTOMÃ__A.

Desfile de DICOTOMÃ__A. Imagen cedida.

Prendas de marcas del fast fashion terminan allí tras un largo viaje por el sistema global de residuos. El problema es mayúsculo. 

Para Johana Fernández, directora de RFD, el programa chileno que lleva ya varios años preocupándose para erradicar este problema y, a la vez, dar vida a nuevas firmas que reutilizan parte de estos deshechos textiles, tiene claro cuál es el desafío: “No podemos permitir que el norte de Chile siga siendo el basurero del mundo. Pero tampoco basta con limpiar. Hay que transformar ese residuo en valor, en cultura, en empleo, en identidad”.

Y eso es precisamente lo que ha logrado RFD. Este año 2025 ha vuelto a celebrar dos nuevas ediciones donde representantes de España, diseñadores nacionales y empresas de nuestro país están presentes.

Runway Fashion Design

Este 2025, el proyecto está trabajando con más de 26 equipos en Tarapacá y Santiago capital, uniendo a diseñadores, artesanos, recicladores y activistas que, juntos, han creado colecciones de moda a partir de residuos textiles recuperados del desierto.

Pero lo que hace verdaderamente singular este programa es su enfoque comunitario y territorial. Cada equipo está conformado por una dupla creativa que mezcla lo ancestral con lo contemporáneo.

Son tejedoras aimaras, modistas de caletas pesqueras, jóvenes diseñadores emergentes y artistas urbanos. Todos ellos comparten una visión: la moda puede sanar territorios.

Desfile de RETORNO.

Desfile de RETORNO. Imagen cedida

Uno de los casos más emblemáticos ha sido el de una costurera de Caramucho, que tras participar en RFD creó su propia línea de vestidos de novia reciclados. “Antes, la ropa vieja era basura. Hoy es arte. Es futuro”, declaró emocionada durante uno de los desfiles la propia Johana Fernández.

La alianza Chile-España

La colaboración incluye mentorías internacionales de especialistas en sostenibilidad, regeneración textil y diseño circular, residencias artísticas cruzadas entre diseñadores chilenos y españoles y un puente a nivel de comunicación con nuestro país que sirva, a la vez, de puerta de entrada a Europa como noticia. Y así está siendo.

“No es una transferencia vertical ni un modelo asistencialista. Es una construcción colectiva, donde Chile aporta saberes territoriales y resiliencia comunitaria, y España pone a disposición experiencia técnica y redes globales”, explica Fernández.

Esta sinergia ha permitido no solo mejorar la calidad y proyección de las colecciones, sino también fortalecer una narrativa común en torno a la moda regenerativa como solución global. 

Santiago 2025: la capital se suma a la revolución textil

Este año, por primera vez, Santiago de Chile ha sido sede del programa RFD, bajo el lema “Circular y Sostenible 2025”. La edición reunió a 12 nuevos equipos que trabajaron con residuos urbanos textiles y que presentaron sus colecciones en el evento final celebrado en junio.

Las colecciones relataron historias de migración, resistencia, memoria y futuro. Hubo trajes inspirados en pueblos originarios, piezas bordadas con hilos de plástico, tapices textiles intervenidos con relatos de mujeres recicladoras.

¿Qué se ha logrado hasta ahora?

Johana Fernández lo resume así: “Hemos logrado recuperar más de 2 toneladas de residuos textiles en total entre Tarapacá y Santiago, la participación activa de más de 300 personas entre diseñadores, recicladores, artesanos y técnicos, creación de una plataforma comercial nacional e internacional para comercializar productos reciclados de autor, replicabilidad del modelo en regiones como Antofagasta, Valparaíso y la Región Metropolitana y el interés por parte de gobiernos de México, Estados Unidos y Argentina para adaptar el modelo RFD a sus territorios”.

Chile se proyecta hoy como un laboratorio vivo de transición ecológica, social y cultural. El programa RFD, y la red que ha tejido entre comunidades locales e instituciones internacionales, demuestra que los territorios no son solo víctimas de la crisis climática: pueden ser protagonistas de su solución.

Y España somos hoy por hoy su mejor aliado. Porque si algo nos enseña esta historia es que de los escombros del ‘fast fashion’ puede brotar belleza. De la basura, arte. Y de la alianza entre pueblos, un futuro sostenible y compartido.