Tim Kaine, junto a Hillary Clinton.

Tim Kaine, junto a Hillary Clinton. Efe

Celebrities CANDIDATO A LA VICEPRESIDENCIA CON HILLARY

Así es Tim, el mejor amigo de España para la Casa Blanca

Amante de lo español, católico 'atormentado', amigo del Rey Felipe VI y yerno de un republicano. Lleva 30 años casado con una abogada y son padres de tres hijos. 

31 julio, 2016 00:30

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En las escuelas de Estados Unidos se enseña casi como un axioma irrefutable que la historia nacional empieza con el asentamiento de un grupo de colonos ingleses en Virginia en 1607. Por supuesto, no todos coinciden con esta visión que orilla por completo la herencia hispana. No en vano, la primera ciudad fundada en el actual territorio norteamericano fue San Agustín (Florida), en 1565, por parte de españoles.

El recién elegido candidato a la Vicepresidencia y compañero de papeleta de Hillary Clinton (68 años) por el Partido Demócrata, el ex gobernador y senador por Virginia, Tim Kaine (58), es una de esas voces que no se cansa de recordarlo: "Hablar español es hablar americano y ser español es ser americano". Una frase que describe el pensamiento de este hombre que puede ser crucial para situar a España como aliada clave de la Casa Blanca.

Si tuviéramos que retratar sobre un lienzo a este singular político de 58 años nacido en Minnesota, lo esbozaríamos sonriendo, optimista, sin chaqueta, con una armónica en la mano -su afición confesa- y con la tez sonrosada, como buen descendiente de irlandés. Al contemplarlo, pocos adivinarían que jamás ha perdido en unas elecciones a las que se haya presentado, y muchos menos apostarían a que habla español con soltura, algo poco común entre la clase dirigente no latina. Es más, este padre de familia y ferviente católico admirador del Papa Francisco (79) no sólo maneja el idioma de Cervantes, sino que a veces ejerce de español.

Tim Kaine junto a su esposa.

Tim Kaine junto a su esposa. Efe

La pareja, en un romántico posado.

La pareja, en un romántico posado. Facebook

De momento, los lazos que lo unen con Madrid son estrechos. Mantiene un buen trato con diplomáticos, políticos y empresarios españoles, alguno de sus colaboradores son asiduos a los eventos de la Embajada en la capital americana, conoce personalmente a Felipe VI (48) desde antes de su proclamación y, desde hace cuatro años, es presidente de honor del US-Spain Council, una institución que persigue mejorar las relaciones bilaterales y que celebra reuniones anuales a ambos lados del Atlántico de forma alternativa.

Encuentro del rey y Kaine en Málaga, hace dos años.

Encuentro del rey y Kaine en Málaga, hace dos años.

Hay una anécdota que ilustra la cercanía del senador de Virginia con la Casa Real. Cuenta Joseph Boles, ex alcalde de San Agustín, que Don Felipe y Doña Letizia (43) nunca hubieran acudido como invitados de honor a los actos conmemorativos del pasado septiembre por el 450 aniversario de su ciudad de no haber sido por la intervención directa de Tim Kaine.

"Nos dio acceso a los reyes", asevera, antes de relatar cómo el demócrata le animó a ir a la reunión del US-Spain Council de 2014 a Málaga para convencer a los organizadores de que la siguiente edición fuera en Florida, con la presencia de los monarcas. Y lo logró. Por cierto que aquel viaje le costó un dolor de cabeza el ex gobernador, ya que la prensa publicó que no había justificado correctamente parte de los gastos.

Pero controversias al margen, y volviendo a la atracción de Kaine por lo hispano, debemos retroceder más de tres décadas para explicar este idilio, hasta 1980, cuando siendo un estudiante de Derecho en Harvard, se marcha de misiones a Honduras, a ayudar a los jesuitas, varios españoles. Durante nueve meses aprendió castellano y descubrió la miseria del Tercer Mundo. Fue un periodo que lo marcó, como reconoce cada vez que lo recuerda: "Allí adquirí los valores del pueblo: fe, familia y trabajo".

El candidato a la Vicepresidencia de EEUU en pleno acto de campaña.

El candidato a la Vicepresidencia de EEUU en pleno acto de campaña. Efe

Tras aquel acercamiento, siguió practicando su español con las comunidades latinas a las que ayudó primero como abogado y luego como político. Empezó como alcalde de Richmond (1998), luego entró en el Gobierno de Virginia (2002-2006), lo presidió (2006-2010), llegó al Congreso y finalmente es senador desde 2012. Siempre ha ganado. Además, fue presidente de comité nacional del Partido Demócrata por petición de Obama.

España, país que conoció como turista en su juventud, también se cruzó en su camino a través del US-Spain Council. Las visitas han sido habituales. La última, el pasado junio en Santiago de Compostela, en la última edición del foro político-empresarial de su organización.

Con este bagaje, en Madrid se frotan las manos al pensar en su eventual elección. Un diálogo fluido con el número dos en Washington mejoraría el contacto entre ambas naciones en un momento clave en el tablero internacional, en el que la diplomacia norteamericana busca nuevo socio preferente dentro de la Unión Europea post-brexit. No hay que olvidar tampoco la cuestión de Cuba, que le preocupa.

Y es que, pese a no ser hispano, se ha volcado en este colectivo más que otros que lo son. Por dar un dato, en junio de 2013 pronunció el primer discurso en español de la historia del Senado de EEUU. El director de El Tiempo Latino, publicación en español de The Washington Post, Alberto Avendaño, destaca su compromiso con esta comunidad y la defensa del español como dos de sus bazas, pero no las únicas. "El estilo de Kaine no es la guerrilla política, sino los argumentos y la claridad. No vamos a ver un perro de presa de Hillary contra Trump".

El matrimonio, junto a Bill Clinton.

El matrimonio, junto a Bill Clinton. Efe

CATÓLICO Y PADRE DE TRES HIJOS

Dejando atrás la cuestión electoral -o no, porque en América la vida personal entra en campaña-, volvamos a sus años de juventud, justo cuando acabó el voluntariado en Honduras. Tras su regreso a Harvard Tim encontró el amor en Anne Holton (58), compañera de Derecho e hija de un ex gobernador republicano. Se casaron al año de graduarse, en la iglesia de Sant Elizabeth de Richmond, que todavía frecuentan. Acaba de celebrar, por cierto, su 30 aniversario de bodas.

Tim y Anne fundaron una familia "consagrada al servicio público", según presumen. Su mujer fue jueza y luego secretaria de Educación del Estado de Virginia -renunció recientemente para dedicarse a la campaña de su marido-. Su hijo mayor Nat es teniente del Ejército. El mediano, Woody, maestro de secundaria en Minneápolis. Y la pequeña Anella aún va a la universidad.

La familia de Kaine.

La familia de Kaine. Facebook

A todos los crió en la fe católica, de la que es practicante pese a que admite que en ocasiones el choque entre religión y política le atormenta y, según ha declarado, "no le deja dormir". "Como católico tengo unos principios morales, pero como político juré sobre la Biblia que cumpliría la ley", aunque a veces ésta siga otros dictados. Le pasó siendo gobernador. Pese a ser contrario a la pena de muerte, tuvo que ejecutar cinco sentencias capitales. También ha tenido que lidiar con la postura demócrata sobre el aborto, pese a su oposición y su apoyo a aplicar algunas restricciones.

PENSÓ EN DEJARLO

El retrato de Kaine que bosquejábamos al principio de este artículo existe. Cuelga de la Biblioteca de Virginia, en la galería dedicada a los gobernadores de este estado. El del candidato a vicepresidente es tal como lo describíamos; es el único de los 70 existentes en el que el protagonista sonríe y aparece sin chaqueta. Pero este político, que se define como bridge-builder (constructor de puentes), no siempre sonrió.

En 2005 sopesó retirarse y abandonarlo todo por miedo a exponer demasiado a su familia o quedarse sin tiempo para sus hijos. Su esposa Anne despejó sus temores: "No dudes de que puedes ser un buen padre y un buen político al mismo tiempo". Tim le hizo caso y, hasta hoy, no le ha ido mal. El 8 de noviembre llega el próximo reto. Si Hillary gana, habrá llegado su momento. Y quizá también el de España.

Hillary, junto a Kaine.

Hillary, junto a Kaine. Efe