Era el pasado 9 de septiembre cuando el príncipe Harry (39 años) aterrizaba en Düsseldorf, Alemania, para la sexta edición de los Juegos Invictus, creados por el propio royal en 2014 para militares veteranos enfermos o heridos en combate que compiten en silla de ruedas al voleibol o al baloncesto, entre algunos deportes. El certamen se ha extendido hasta este mismo 16, un día después de su cumpleaños. Su esposa, Meghan Markle (42), llegó a Alemania el pasado martes.

Días antes de los juegos, el duque de Sussex viajó a Reino Unido para rendir un sigiloso homenaje a su abuela, Isabel II, durante el primer aniversario de su muerte en la capilla San Jorge del Castillo Windsor. Meghan, entonces, se quedó en Estados Unidos.

Aunque todo apuntaba a que Meghan no iría a la ceremonia de clausura de los juegos, finalmente apareció por sorpresa en la ciudad alemana junto a su marido. "Lamento haber llegado tarde a la fiesta", expresó ella durante su discurso. "Que lo paséis genial, os estamos animando y estamos ansiosos por traer a nuestros niños también para que puedan experimentar lo maravilloso que es esto". Es la primera vez que acuden juntos a un acto oficial desde mayo.

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Meghan Markle en los 'Invictus Games'. Gtres

Aquella vez, el matrimonio y la madre de la actriz de Suits, Doria Ragland, asistieron a la gala Ms. Foundation For Women en Nueva York, en la que Meghan recibió el premio Women of Vision Award en reconocimiento a su "defensa global para empoderar y abogar en nombre de las mujeres y las niñas". 

Uno de los motivos por los que Harry de Inglaterra y Meghan no se han mostrado juntos ante las cámaras desde entonces es por lo que pasó después: los duques denunciaron una "persecución automovilística casi catastrófica" de los paparazzis por Manhattan en su afán de fotografiar el momento. Un terrible suceso que les trastocó ya que Lady Di, madre del príncipe, murió en un accidente de coche en 1997 mientras huía de los fotógrafos que la perseguían.

Pese a este duro inconveniente, ahora la pareja ha hecho borrón y cuenta nueva y se han expuesto ante las cámaras muy cariñosa, cómplices, ambos cogidos de la mano en todo momento y acaramelados en Alemania.

Harry y Meghan en los Juegos Invictus. Gtres

Un cinco estrellas

Durante su estancia, la gran incógnita era dónde se hospedarían las ocho noches que duran los Juegos. Daily Mail ha conocido el hotel en el que los duques han estado descansando: el Hyatt Regency. "La amplia suite del piso 17 del hotel Hyatt Regency de Düsseldorf será su base durante los próximos ocho días. El personal del hotel de cinco estrellas guardó silencio sobre su huésped VIP", explica el medio. 

La compañía hotelera, que cuenta con la sede central en Chicago, Estados Unidos, es una de las más lujosas del mundo. Cuenta con más de 1.150 hoteles distribuidos en 70 países. Uno de ellos, en Düsseldorf. 

Ubicado en el distrito Media Harbor, en el barrio de Medienhafen, Hyatt Regency es un hotel de diseño con vista al Rin y a la ciudad, cerca de atracciones culturales y tiendas. Harry y Meghan han sido testigos de las comodidades del mismo, más todavía si se han alojado en la mejor habitación, la suite presidencial. 

El dormitorio posee 158 metros cuadrados con sala de estar y comedor independiente, que incluye un piano y chimenea, una pequeña cocina, un dormitorio con cama king con vista panorámica a la ciudad y al río Rin, un amplio vestidor y un baño con ducha y bañera. Además, goza de una colchoneta de yoga, un estéreo y diversos servicios más.

La suite presidencial del Hyatt Regency. Hyatt Regency

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El precio que han estado pagando Harry y Meghan por su estancia es superior a 2.500 euros la noche. Contando con que han sido ocho, alcanzaría los 20.000 euros. A esto hay que sumarle lo que hayan invertido en comidas y extras.

El hotel también dispone del DOX Restaurant & Bar, un restaurante de estilo brasserie francés-americano con un raw bar (que sirve marisco crudo o cocido fríos) y una selección de platos de carne de primera calidad.

Los precios del local oscilan entre los 30 y 40 euros por persona y unos 75 euros para dos. Aunque, si los duques de Sussex han optado por una cena privada con el chef, cada uno habrá gastado 89 euros en probar sus platos.

Salchichas y cervezas

Donde sí han cenado para celebrar los 39 años de Harry en la noche previa al cumpleaños ha sido en la cervecería más antigua de la ciudad, Brauerei Schumacher. Daily Mail ha explicado que el personal del bar aseguró que eran "encantadores" mientras disfrutaban de los platos típicos del sitio. El príncipe llegó a beberse hasta seis cervezas, mientras que la actriz sólo una.

Como no podía ser de otra forma, después de degustar las salchichas alemanas, lombarda y puré de patatas, los camareros le acercaron a la mesa su tarta de cumpleaños. El dueño explicó al diario que Harry era "un hombre encantador y se lo estaba pasando muy bien" y Meghan "encantadora". Al final, la pareja les dejó una "gran propina".