Este sábado 4 de junio la hija pequeña de los duques de Sussex, Lilibet Diana, ha cumplido su primer año. Un día muy especial que la pequeña ha pasado en Reino Unido, donde se encuentra junto a sus padres y su hermano mayor, Archie (3 años), celebrando en Jubileo de Platino de su bisabuela, la reina Isabel II (96) 

Pese a que sus progenitores han optado por guardar silencio en las redes sociales, el resto de la Familia Real británica ha aprovechado el día para desear un feliz cumpleaños a la pequeña. Eso sí, ninguno de ellos ha compartido detalles sobre en carácter de la niña ni tampoco imágenes.

"Deseando a Lilibet un muy feliz cumpleaños", es el mensaje colgado en la cuenta oficial de Twitter de la Familia Real, mientras que en las de sus tíos, los duques de Cambridge, y en la del príncipe Carlos (73) también han sido colgadas notas de buenos deseos.

Esta es la primera vez que Isabel II ha podido estar con la pequeña Lilibet, nacida en California, donde viven el príncipe Harry (37) y Meghan Markle (40) después de que decidieran a principios de 2020 apartarse de la Casa Real británica y abandonar el Reino Unido. Los duques de Sussex decidieron ponerle a su hija Lilibet en honor a Isabel II, a la que llamaban así cuando era pequeña, sobre todo su abuelo, el rey Jorge V.

Durante los actuales festejos por los 70 años del reinado de Isabel II, ni Lilibet ni su hermano, Archie, de 3 años, han sido vistos en público, a diferencia de sus padres, que el viernes 3 de junio acudieron a la misa de Acción de Gracias en honor de la reina que tuvo lugar en la catedral de San Pablo, en Londres.

La duquesa reapareció con un look impoluto, discreto y elegante, firmado por Dior. Llegaba a la tierra natal de su marido en son de paz y dispuesta a mantener un perfil bajo en lo que a exposición se refiere.

Sin embargo, la reacción de los asistentes fue irregular. Mientras, la multitud que esperaba en los alrededores del templo se mostraba totalmente dividida: unos aplaudían y otros abucheaban a los Sussex. Haciendo caso omiso a estos últimos, tanto Harry como Meghan sonreían y saludaban con la mano, agradeciendo la bienvenida y dispuestos a centrarse en su familia. 

Los duques de Sussex, felices a su llegada a la catedral. Gtres. Gtres

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