
La casa de Camilo Sesto en un fotomontaje de EL ESPAÑOL junto al vástago del cantante.
Así es la espectacular mansión heredada por Camilín que está totalmente destrozada: una joya valorada en un millón de euros
El joven lleva una vida rodeada de malos hábitos, que se han visto reflejados en el mantenimiento de la casa de su padre.
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La vida de Camilín cambió de forma inesperada en 2019. Ese año, tras la muerte de su padre, Camilo Sesto, el joven se convirtió en el heredero de todo su legado, incluida una espectacular mansión situada en uno de los municipios más exclusivos de Madrid.
Una propiedad, que en su momento fue una joya del lujo, y que ahora se encuentra completamente destrozada debido a la mala vida que lleva allí el hijo del cantante.
La mansión fue diseñada por el propio Camilo Sesto en 1975, en pleno apogeo de su carrera artística. Con más de 450 metros cuadrados construidos en una parcela de más de 5.000 metros cuadrados, la vivienda cuenta con todo lo que un artista de su calibre podría desear.

Camilo Blanes, su mala vida.
Aunque el precio exacto que pagó el cantante por la propiedad nunca se ha revelado, se sabe que en 2023 estaba valorada entre los 800.000 y 947.000 euros, una cifra que ha ido subiendo con los años debido a la revalorización de la zona.
La casa está ubicada en Torrelodones, a unos 30 kilómetros de Madrid, un lugar ideal para alguien que busca tranquilidad y privacidad, alejado del bullicio de la ciudad.
Durante más de cuatro décadas, Camilo Sesto vivió en esta vivienda, mientras disfrutaba de su éxito y compartía su vida con los suyos en este refugio de lujo. Sin embargo, la situación cambió con su fallecimiento, cuando la mansión pasó a manos de su hijo, Camilín.
Hasta entonces, el conocido ahora como Sheila Devil, vivía con su madre en México, pero tras la herencia decidió mudarse a España para disfrutar de esta verdadera joya.

Camilín, en una imagen de sus redes sociales. Redes sociales
Sin embargo, a pesar de haber heredado semejante propiedad, su vida ha tomado un rumbo que ningún padre querría para sus hijos. El joven está sumido en una vida desordenada marcada por el alcohol y las drogas, que solo le están trayendo nuevos problemas.
Desde su llegada a la mansión, todo ha cambiado en la propiedad. Las imágenes que comparte en sus redes sociales dejan ver el deterioro del lugar: muebles destrozados, desorden, suciedad y una evidente falta de mantenimiento.

Sheila Devil, antes Camilín, en una imagen de sus redes sociales.
Aunque cada año recibe unos 200.000 euros por los derechos musicales de su padre, Camilín no ha mostrado interés en arreglar la mansión ni en venderla.
Vive allí sin prisa por cambiar nada, rodeado de recuerdos de su padre en ruinas, y de una vida que ahora está lejos de ser la de antes.