
Carlos Fitz-James Stuart, duque de Alba, es el responsable de la gestión del legado familiar: la Casa de Alba. Montaje de EL ESPAÑOL.
Carlos Fitz-James Stuart, de duque de Alba a 'casero': su desconocida faceta como arrendador de inmuebles
Pisos, apartamentos de alquiler turístico, oficinas, almacenes, castillos y residencias de verano. Son solo algunos de los bienes del aristócrata.
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El actual duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo (76), no solo es uno de los aristócratas con mayor número de títulos nobiliarios de nuestro país. También es uno de los hombres más ricos de España. Según Forbes, su fortuna asciende a 2.800 millones de euros. Y aunque muchos puedan creer que el dinero le ha caído del cielo, lo cierto es que su extenso patrimonio es, en parte, fruto de su propio trabajo. Ha sabido bien cómo invertir su dinero y cómo sacar rendimiento a todo lo que posee en ladrillo a través de alquileres y cesiones.
Tras la muerte de su madre, la duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, el 20 de noviembre de 2014, el noble se quedó con una suculenta herencia. Carlos recibió de ella 18 títulos nobiliarios, 10 de ellos con Grandeza de España: Duque de Alba de Tormes, Conde de Lemos, Conde de Miranda del Castañar, Conde de Monterrey, Duque de Liria y Jérica, Duque de Berwick, Marqués del Carpio, Condestable Mayor de Navarra, Conde de Osorno y Conde Duque de Olivares.
Al quedar huérfano de madre le quedó un valioso legado de privilegios y distinciones. Además, se hizo con más de la mitad de la herencia de Cayetana. Esta le cedió en vida el 60% de su patrimonio. Con su decisión, -que provocaría no mucho después un distanciamiento con su hermano, Cayetano Martínez de Irujo (61)-, la aristócrata se quedaba tranquila.

El duque de Alba, con sus hijos: Fernando, duque de Huéscar, y Carlos, conde de Osorno. GTRES
Tal y como manda la tradición, Cayetana dejó la Casa de Alba a cargo de su primogénito después de su fallecimiento. Es la fórmula 'secreta' y milenaria de la aristocracia para perdurar en el tiempo: al concentrar el primer hijo la mayor parte de los bienes familiares se preservan los dominios de la saga y se perpetúa el poder y el prestigio del linaje.
La situación que se encontró el actual duque de Alba al empezar a dirigir la gestión de la Casa no fue demasiado alentadora. Y es que el gran talón de Aquiles de la Casa de Alba ha sido, durante años, la falta de liquidez. Un problema al que Carlos no tardó en poner solución.
Para hacer frente al dilema del cash flow, al duque de Alba no le tembló el pulso. Y tomó decisiones drásticas. Confió en expertos en finanzas. Al igual que han hecho durante mucho tiempo la Familia Real británica o la de Arabia Saudí, por citar a algunas, puso su líquido y su patrimonio inmobiliario en manos de asesores y analistas. El objetivo era acertar en la manera de optimizar sus recursos. Vaya si lo hizo.

Interior del palacio de Monterrey, en Salamanca, propiedad de la Familia de Alba. Palacio de Monterrey
El duque dio un giro radical al modus operandi de la dirección de la Casa de Alba gracias a medidas muy innovadoras. Una de ellas, la de abrir por primera vez al público los palacios de la familia. El objetivo es hacer caja con los principales bienes de la saga.
Aunque, según sostiene la Fundación Casa de Alba, también hay un afán altruista de compartir con el público parte del patrimonio histórico de España y de su familia. "El duque de Alba defiende una política de apertura y cercanía de la Casa de Alba con la ciudadanía española y con cualquier visitante movido por inquietudes culturales", destacan.
La Fundación, por cierto, presidida por duque de Alba, cuenta con el apoyo de sus dos hijos como patronos, Fernando, duque de Huéscar y Carlos, conde de Osorno. Esta "ha dedicado grandes esfuerzos a la difusión y a la apertura de la colección Casa de Alba junto con sus palacios, residencias actuales del duque, para ofrecer la posibilidad de disfrutar y conocer su legado".
El primero de los palacios en abrir sus puertas a los visitantes fue el de Dueñas, en 2016. Un año después, en 2018, hizo lo propio con el palacio de Monterrey, en Salamanca. Entonces, el Ayuntamiento de la ciudad destinó 273.000 euros a las obras del edificio, del que solo se muestra el 50 por ciento. La otra mitad se reserva al servicio doméstico y al uso privado de la familia.

La biblioteca del Palacio de Liria, en Madrid, alberga unos 20.000 volúmenes. Palacio de Liria
En el año 2019 fue el turno del palacio de Liria. A día de hoy, su hogar -la residencia privada más grande de Madrid- acoge cada año a más de 100.000 visitantes. Y puede que este año supere esa cifra gracias a una reciente y nueva decisión. Con motivo de la exposición Flamboyant, de la portuguesa Joana Vasconcelos, se podrán recorrer también -hasta el próximo 31 de julio- sus salones privados. Todo un aliciente extra para quien se anime a conocer los trabajos de la artista o, simplemente, quieran curiosear por los rincones más íntimos de su casa.
En lo que respecta a su patrimonio, cabe recordar que las propiedades del duque de Alba se cuentan por decenas: es dueño de 119 viviendas, 25 oficinas y 13 almacenes en Madrid. También es propietario de seis fincas en Sevilla. Para lograr el máximo rendimiento de sus posesiones, casi todo lo tiene alquilado.
Un ejemplo claro de su acierto como 'casero' son los valiosos pisos e inmuebles que tiene en Madrid. A muy pocos metros de Liria posee un total de seis edificios. Tres de ellos se encuentran en la calle Duque de Liria y otros tres en la calle Manuel, que da a los jardines del palacio, cerca del Cuartel del Conde Duque.
También es propietario de un edificio de oficinas en la calle Mártires de Alcalá, donde tiene varios contratos de arrendamiento por unos 4.000 euros al mes, según ha podido saber EL ESPAÑOL. En este bloque se encuentra la casa en la que vive su hermana, Eugenia Martínez de Irujo (56), junto a su pareja, Narcís Rebollo (55).

Carlos Fitz-James Stuart posee varios edificios en el centro de Madrid, próximos al palacio de Liria. Google Earth
También en las inmediaciones de Liria posee dos edificios que comparten fachada con Mártires de Alcalá y la calle Princesa. En este lugar tiene un ambicioso proyecto en marcha, con el que se suma al boom del alquiler turístico en las grandes ciudades. Se trata de la explotación turística de pisos. Una operación que le podría salir muy beneficiosa y que podría generar una facturación de dos millones de euros anuales, según el promotor, por lo que la inversión para la reforma (unos 5,6 millones de euros) quedaría cubierta en solo tres años.
La intención del duque de Alba es unir dos edificios unidos por sus fachadas (ambas están protegidas) y transformarlos en 66 apartamentos turísticos (33 por inmueble), siguiendo el modelo de las viviendas que promocionan plataformas como AirBnB. De estos pisos, 46 tendrán dos dormitorios y otros 20 contarán con tres dormitorios.
Mención aparte tienen sus empresas y otros activos en el ámbito rural, como terrenos que ocupan 34.000 hectáreas por toda la península. Estos están destinados a usos tan diversos como explotaciones agrícolas y ganaderas, cotos de caza (tienen 14.700 hectáreas dedicadas a actividades cinegéticas) y hasta parques de energía renovable, con instalaciones eólicas y fotovoltaicas.

El Castillo de Coca, en Segovia, es propiedad de la Casa de Alba. Turismo de Castilla y León.
Y es que el legado de la Casa de Alba es casi como el propio universo: no tiene límites. Prueba de ello es que en su listado de haberes patrimoniales constan también un total de 10 palacios, 19 castillos y varias residencias de verano.
Como apunte final, una de esas casas de verano de los Alba también entra en el paquete de inmuebles a rentabilizar. Se trata de 'Las Cañas', una exclusiva villa ubicada en la Milla de Oro de Marbella. Está ubicada en primera línea de playa y cuenta con 1.400 metros cuadrados construidos, dentro de una parcela de 6.000 metros cuadrados de superficie. La propiedad, de estilo mediterráneo, dispone de 8 habitaciones y 9 cuartos de baño. El que fuera durante décadas el refugio estival de la duquesa y su familia en la Costa del Sol está disponible para quien desee alquilarla. Su precio: 35.000 euros al mes.