Los ftalatos son unos de los contaminantes englobados dentro de los denominados como 'microplásticos' más frecuentes. Los ingerimos al tomar comida que ha sido envasada con plásticos, hasta el punto de que un estudio de la fundación Rezero (Fundación Catalana para la Prevención de Residuos y Consumo Responsable) con varias personalidades públicas encontró en 2019 hasta 15 tipos de ftalatos distintos en la orina de los voluntarios

Estos compuestos químicos se encuentran en multitud de botellas de plástico, envases de alimentos precocinados, fiambreras y en las resinas de protección de las soldaduras de las latas de conserva. Los ftalatos, en concreto, se utilizan con frecuencia en cosméticos, adhesivos y juguetes de niños. La exposición continuada a estos compuestos tóxicos, muchos de ellos disruptores endocrinos que se acumulan en el cuerpo, está vinculada a enfermedades como el hipotiroidismo, diabetes, infertilidad y  cáncer, explicaban los autores.

La consecuencia más dramática, sin embargo, estaría en los efectos hereditarios de la exposición a los microplásticos. La doctora Shanna Swan, epidemióloga reproductiva y medioambiental de la Escuela de Medicina Icahn del hospital Mount Sinai (EEUU), revela en su último libro, Count Down (Cuenta Atrás), este tipo de contaminación está provocando un aumento de los índices de disfunción eréctil, una bajada de la fertilidad y un número creciente de bebés que nacen con penes pequeños.

Según la especialista, las mujeres que alcanzan la edad fértil a los 20 años hoy en día lo son menos que "sus abuela a los 35 años", que califica en el libro la situación de "crisis existencial global". Según Swan, "las sustancias químicas de nuestro entorno y las prácticas de estilo de vida poco saludables de nuestro mundo moderno están alterando nuestro equilibrio hormonal, causando diversos grados de estragos reproductivos". La conclusión es inquietante: "los bebés llegan al mundo ya contaminados por las sustancias que absorben en el útero"

En el pasado, la epidemióloga ha examinado la relación entre el recuento de espermatozoides y la contaminación en 2017, en una investigación pionera que analizó la fertilidad de los hombres en las últimas cuatro décadas. Tras analizar 185 estudios en los que participaron cerca de 45.000 hombres sanos, llegaron a la conclusión de que el recuento de espermatozoides entre los hombres de los países occidentales había descendido un 59% entre 1973 y 2011.

Ya en un estudio publicado en 2008 por un importante organismo norteamericano, el National Health Institute, se sugería que la "exposición medioambiental" a los ftalatos puede incidir en el desarrollo del aparato reproductor masculino. Sin embargo, también advertían que "la replicación de los resultados descritos aquí [...] son necesarios para fortalecer los vínculos entre los ftalatos y los resultados de salud adversos".

Esto llevó al grupo animalista PETA a lanzar una campaña según la cual "comer pollo puede hacer que el pene de tu bebé sea pequeño", aunque la carne de ave no tiene nada que ver con el problemaAnte estas últimas conclusiones, la activista climática Greta Thunberg ha comentado en todo jocoso que pronto verá a "todos" en la próxima huelga por el clima. "Compartimos el mismo sentido de la urgencia de cara al futuro: tenemos que enfrentarnos a la contaminación, química y climática, por la salud de las generaciones futuras", replica Swan en Twitter.

 

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