La hipertensión es uno de los principales factores de riesgo conocidos de enfermedad cardiovascular, incluyendo infartos, ictus o fallo cardiaco. Para evitar este riesgo la mayoría toma fármacos para bajar la tensión arterial, que pueden ser de diferentes clases, desde fármacos inhibidores de la enzima angiotensina convertasa (IECA) a diuréticos, pasando por los muy frecuentes betabloqueantes. De hecho, muchos pacientes siguen un tratamiento combinado que incluye uno o más fármacos de distintas familias. 

Se trata de tratamientos muy establecidos, recogidos en todas las guías de práctica clínica, por lo que podría parecer que ya está todo hecho en este campo. Pero la ciencia ha vuelto a poner de manifiesto que aún queda mucho por aprender, y esta vez es un estudio español el encargado de demostrarlo. 

El trabajo, publicado en la revista European Heart Journal contesta a una pregunta que, al parecer, nadie se había hecho hasta la fecha o, al menos, no había generado una respuesta concluyente. Si bien es cierto que las guías de práctica clínica tienen claro qué recetar a los pacientes hipertensos, no mencionan cuándo deben ingerir esos medicamentos. 

"Las recomendaciones actuales sobre el tratamiento de la hipertensión no mencionan  ninguna preferencia sobre cuándo administrar los tratamientos. La recomendación más frecuente es la de tomarla por la mañana, ya que los médicos se basan en la meta equivocada de reducir los niveles de presión sanguínea matutinos", explica en un comunicado el director de los laboratorios de Bioingeniería y Cronobiología de la Universidad de Vigo y autor principal del estudio, Ramón Hermida. 

Pero esto debería empezar a cambiar tras la publicación del estudio, bautizado como Ensayo de Cronoterapia Hygia. En el mismo, en el que han participado casi 20.000 individuos, se ha dividido a los participantes hipertensos en dos grupos, los que se medicaban por la mañana y los que lo hacían antes de irse a la cama.  

Además del elevado número de participantes, el estudio cuenta con otra importante fortaleza: los pacientes fueron seguidos durante una media de más de seis años. En ese periodo, la presión sanguínea de los afectados se media al menos una vez al año de forma continuada, a lo largo de 48 horas. 

Diferencias en el riesgo de muerte

Los resultados han demostrado que la hora en la que se toma la medicación es clave a la hora de reducir el riesgo cardiovascular, ya que implica unas diferencias muy significativas en los parámetros estudiados: riesgo de muerte por un ataque cardiaco y de sufrir éste y otros accidentes cardiovasculares.

No sólo el riesgo era menor, sino que lo era en unos porcentajes muy elevados. Una vez ajustado el análisis a lo que se denominan "factores de confusión" -parámetros que pueden influir en el resultado sin estar relacionados con la intervención, es decir, el cambio de hora de ingesta de la medicación-, el estudio arrojó las siguientes diferencias: el riesgo de morir por problemas cardiacos o de vasos sanguíneos se reducía en un 66%, el riesgo de sufrir un infarto de miocardio, en un 44%, la necesidad de proceder a una revascularización coronaria disminuía un 40%, el riesgo de fallo cardíaco era un 42% menor y el de infarto cerebral disminuía un 49%. 

"Los resultados de este estudio muestran que los pacientes que toman su medicación para la hipertensión de forma rutinaria a la hora de acostarse, en comparación con quienes lo hacen al levantarse, tiene mejor controlada la presión sanguínea y, más importante, un riesgo significativamente menor de muerte y enfermedad del corazón y los vasos sanguíneos", añade Herrmida. 

El proyecto Hygia es fruto de la colaboración de 40 centros de atención primaria del Servicio Galego de Salud. 292 médicos trabajan en el mismo y han recibido formación para medir la presión sanguínea de forma ambulatoria, para lo que tienen que suministrar a sus pacientes un brazalete que registra este parámetro en intervalos regulares a lo largo del día y de la noche. Mientras que la manera habitual de monitorizar la presión sanguínea es durante 24 horas, en el proyecto Hygia se mide durante 48. 

Durante los 6,3 años de media que duró el seguimiento, murieron por o sufrieron enfermedad cardiovascular 1.752 pacientes. Fue el análisis de esas víctimas y la comparación entre cuándo tomaban su medicación, lo que ha permitido a los autores del estudio concluir qué momento es el mejor para hacerlo

Noticias relacionadas