Habitualmente los veterinarios suelen aconsejar a los dueños de mascotas domésticas, como perros y gatos, que no dejen que estas les den besos o les laman zonas corporales delicadas, como sería el caso de la boca. A pesar de que la cavidad oral humana posee diversas poblaciones bacterianas que viven en sinergia con el resto de bacterias del organismo -con el objetivo de evitar algunos tipos de enfermedades-, dicha inmunidad no siempre es efectiva.

Los perros y gatos sufren una situación parecida, dado que ambos tipos de mascotas poseen microorganismos en la boca que les protegen de peligros externos. Pero se trata de microorganismos muy diferentes a los de los seres humanos, y la transmisión de una especie a otra puede ser muy peligrosa.

De hecho, algo así le sucedió a una mujer de Ohio, en Estados Unidos, según ha difundido la cadena CNN: un simple lametazo de su cachorro pudo ser la causa de que una infección potencialmente mortal le provocase la amputación de manos y piernas. Y no habría sido el único caso de estas características, dado que en 2016 otra mujer casi muere por una causa similar: por los besos de su perro.

El peligro potencial de los 'besos' de perro

Aunque suela vislumbrarse como un simple acto de cariño, los besos de los perros no son iguales que los de los seres humanos, y no es conveniente exponerse a los mismos. En este caso, la mujer estadounidense acabó en la sala de urgencias el pasado mes de mayo tras iniciar síntomas como fiebre, náuseas y dolor de espalda. Había regresado recientemente de un viaje al Caribe, e inicialmente se sospechó algún tipo de enfermedad secundaria a dicho viaje.

Sin embargo, poco a poco la mujer fue empeorando sin saber cuál era la causa de sus males. Llegó a quedar inconsciente y se le indujo el coma de forma artificial. Su piel empezó a adquirir un color rojo-violáceo, y algunas zonas de la misma comenzaron a gangrenarse.

Finalmente, se descubrió que la causa de todos estos síntomas era la misma bacteria que casi acabó con la vida de otros dueños de perros durante años anteriores. Tras una semana, los médicos descartaron cualquier enfermedad tropical, y descubrieron que el causante era la bacteria Capnocytophaga canimorsus, la cual se encuentra comúnmente en la boca de perros y gatos, como informan los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU.

Habitualmente esta bacteria puede propagarse entre mascotas y seres humanos a través de mordeduras o rasguños. Pero se sabe que los besos de las mascotas, o simples lametones en la boca, también pueden causar dicha infección. Incluso recibir un lametón en una herida abierta puede dar lugar a la transmisión.

Si bien es cierto que la mayoría de individuos con mascotas jamás sufren una enfermedad secundaria a la Capnocytophaga, en casos muy raros puede llegar a provocar enfermedades muy complicadas, e incluso la muerte.

Como sucede con cualquier tipo de enfermedad infecto-contagiosa, los individuos que sufren algún tipo de debilidad inmunitaria, como es el caso del cáncer, diabetes mellitus, infección por VIH o falta de bazo, serían más proclives a este tipo de infecciones. En el caso de esta mujer, se desconoce si sufría alguna de estas enfermedades debilitantes previas.

Actualmente se sabe que las infecciones por Capnocytophaga son poco frecuentes, pero muy graves, dando lugar a insuficiencia orgánica y gangrenas. Cuando se da la infección, hasta el 30% de los casos acaba con la muerte.

En este caso, la mujer recibió antibióticos por vía intravenosa y permaneció ingresada dos meses. Aún así, la infección avanzó tanto que se le tuvieron que amputar manos y piernas. En total, recibió ocho cirugías, y está pendiente de recibir prótesis y rehabilitación.

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