Para saber si moriremos de viejos, no miremos las velas del pastel sino a la propia tarta. Dicho de otro modo: el concepto de edad fisiológica, entendido como el envejecimiento de nuestro cuerpo en función de nuestros hábitos saludables y nuestro estado de salud, es un factor predictivo mucho más preciso que nuestra edad cronológica, la que marca el calendario, para calcular nuestra esperanza de vida.

Esto es lo que afirma un estudio publicado en el European Journal of Preventive Cardiology, la revista de la Sociedad Europea de Cardiología. El estadounidense Serge Harb, cardiólogo de la Cleveland Clinic y uno de los autores del trabajo, lo explica partiendo de una obviedad: "La edad es uno de los factores de riesgo seguro de muerte: cuánto mayor seas, mayores son las probabilidades de morir. Pero la salud fisiológica lo predice aún mejor, según hemos visto".

Sin embargo, la edad real de nuestro organismo no es tan sencilla de calcular como la que figura en el DNI. Harb da pistas de por dónde van los tiros: "Si quieres vivir más tiempo, haz más ejercicio. Mejorará tu salud y tu longevidad". Esto va más allá de un consejo bienintencionado: la fórmula para determinar la condición fisiológica de una persona parte de un entrenamiento físico concreto: la ergometría, comúnmente llamada "prueba de esfuerzo" y usada para evaluar el riesgo cardiovascular en pacientes.

Los investigadores han bautizado a la fórmula como A-BEST. Corresponde a las siglas de Age Based on Exercise Stress Testing, 'Edad en base a la prueba de esfuerzo'. Se trata de una ecuación con tres factores: la capacidad para el ejercicio, o cuántos 'equivalentes metabólicos de tarea' (MET en sus siglas en inglés) posee el individuo; la respuesta cronotrópica, o cómo reacciona el corazón a la carga extra de esfuerzo; y finalmente, cómo el ritmo cardíaco se recupera al pasar al reposo.

Cada uno de estos elementos tiene que ver con la longevidad. Los METs se pueden entender como 'puntos' a gastar para la actividad física. Hacer las tareas del hogar durante 30 minutos 'cuesta' 3,3 METs, por ejemplo, mientras que jugar al fútbol durante el mismo tiempo exige 10. Pues bien, cada MET adicional concede un 12% de aumento en la supervivencia con respecto a otra persona de la misma edad cronológica. Asimismo, tanto la recuperación anormal de la frecuencia cardíaca como la incompetencia cronotrópica son consideradas como factores predictivos de la mortalidad.

Establecer el A-BEST para cada paciente es una tarea para especialistas. Los investigadores manejan dos fórmulas para el máximo de METs: restarle a 14,7 el 13% de la edad para las mujeres y el 15% a 18,7 para los hombres. La recuperación cardíaca se establece restando el ritmo un minuto después del ejercicio al pico de máxima intensidad: entre 12 y 18 latidos menos por minuto, según la modalidad de la prueba. Finalmente, el índice de reserva cronotrópica se calcula a partir del ritmo cardíaco máximo menos el ritmo el reposo, dividido por el ritmo cardíaco máximo relativo a la edad menos el ritmo en reposo.

"Puedes tener un cuerpo de 55 a los 45 años"

El estudio se realizó con 126.356 pacientes atendidos en la Cleveland Clinic entre 1991 y 2015 por motivos cardiovasculares. La modalidad de prueba de esfuerzo consistió en hacerles caminar por una cinta de correr en la que la dificultad aumenta progresivamente. La capacidad para el ejercicio, la respuesta del ritmo cardíaco y la tasa de recuperación cardíaca fueron medidas rutinariamente y computadas a través de la fórmula A-BEST, con modificaciones en función del género y de las medicaciones que afectan a la tensión.

La edad media de los participantes fue de 53,5 años, y cerca del 60% eran hombres. Y más de la mitad de los varones y mujeres entre los 50 y los 60 años demostraron ser fisiológicamente más jóvenes de lo que su edad cronológica indicaba. Transcurrido un seguimiento de una media de 8,7 años, el 8% de los pacientes falleció. Los que murieron eran "diez años más viejos" que los que sobrevivieron según sus resultados en A-BEST pese a estar en su mismo rango de edad.

El Dr. Harb espera que la fórmula termine aplicándose por sistema en las ergometrías. "Poder decirle a los pacientes su edad basada en su rendimiento físico es una potente manera de estimar la longevidad, y sobre todo, un modo más fácil de entender los resultados que los componentes individuales del análisis", explica.

"Conocer tu edad fisiológica es una buena motivación para incrementar tu actividad física", abunda el cardiólogo. "Decirle a una persona de 45 años que su edad fisiológica es de 55 es una llamada de atención sobre los años de vida que está perdiendo por estar en baja forma. Y del mismo modo, una persona de 65 con un A-BEST de 50 vivirá probablemente más que sus coetáneos". 

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