Desde que suena el despertador los humanos pasamos el día soñando con volver a nuestra cama. Las presiones del trabajo y de la vida diaria hacen que concibamos nuestro lecho como un espacio sagrado en el que quedarnos inconscientes. Sin embargo, cuando llega la noche recordamos que no es así.

Nos metemos en la cama pensando en trabajo, en los misterios del universo y en cómo nos habría aplaudido todo el supermercado si hubiéramos puesto en su sitio a la señora que se había colado en la caja. Los científicos recomiendan dormir de siete a nueve horas, pero pensar en ello solo hace más difícil quedarse dormido.

La marina de los Estados Unidos de América tiene la solución para este problema. Preocupados por el descanso de los soldados durante una batalla, los militares estadounidenses desarrollaron un método para poder quedarte dormido incluso con el sonido ambiente de las explosiones y de los alaridos de dolor.

Los pasos

Lo primero que hay que hacer es colocarse en la cama de manera que estés cómodo. Después, relajar los músculos del cuerpo comenzando por la cara y, a continuación, por los hombros y los brazos, el pecho y el abdomen, y, finalmente, las piernas. Posteriormente, es necesario dejar en blanco la mente. Como este último paso es el más complicado de todos, los militares aconsejan que repitas en tu mente de forma relajada la frase "no pienses" como si fuese un mantra.

Tras haber realizado todos estos pasos, los militares aseguran que deberías estar dormido. No obstante, esta técnica no tiene por qué ser totalmente efectiva desde el primer día sino que se mejora con la práctica. En el libro Relax and win: Championship Performance de Sharon Ackman se explica que, después de seis semanas de práctica, el 96 por ciento de un grupo de aprendices de la marina conseguía quedarse dormido en dos minutos o menos.

Este es el método para quedarte dormido en dos minutos

La técnica sirve para dormir en cualquier lugar. A veces los lugares donde los soldados tienen que descansar no son los más ideales y deben de imaginar que están en un lugar tranquilo. Sin embargo, como ahora estamos en tiempos de paz nuestra habitación debería ser un lugar más fácil para aprender esta técnica.

Desarrollar esta habilidad para relajarse y para reducir los pensamientos ayudaría a cumplir con las recomendaciones de horas de sueño que establecen los profesionales. Un estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania ha concluido que las personas que duermen seis horas tienen una mayor probabilidad de deshidratarse que quienes duermen ocho horas.

La relación entre el sueño y la hidratación

Esto se debe a la acción de la hormona antidiurética llamada vasopresina que regula los niveles de hidratación del cuerpo. Esta hormona se libera tanto de día como de noche, sin embargo, durante el sueño se libera más rápido y más tarde, por lo que, si no duermes demasiado, el cuerpo no llega a administrar una parte importante de vasopresina.

En el estudio, los investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania contaron con personas adultas de Estados Unidos y de China. Aquellos que durmieron seis horas presentaron una orina más concentrada y entre un 16 y un 59 por ciento de posibilidades de estar peor hidratados que aquellos que durmieron durante ocho horas.

Los expertos aseguran que, gracias a estos nuevos datos, se demuestra que la razón de tener un bajo rendimiento en el trabajo puede ser la deshidratación y no sólo la falta de sueño. Los bajos niveles de hidratación influyen en el carácter y en las funciones cognitivas que, a su vez, condicionan el rendimiento durante la jornada laboral así como la relación con tus compañeros.

Por esta razón, las personas que se sientan cansadas desde primera hora de la mañana probablemente necesiten más un vaso de agua que una taza de café. Restablecer los niveles normales de hidratación ayudaría a mejorar el rendimiento. Sin embargo, cuidar el sueño y la hidratación de nuestro cuerpo es una tarea diaria que puede evitarnos problemas más serios.

Infecciones en la uretra y piedras en el riñón

La deshidratación prolongada en el tiempo se relaciona con infecciones en el tracto urinario y con la aparición de piedras en los riñones. Ambas dolencias se asocian a un menor consumo de agua. En el primer caso, la deshidratación es una de las causas que puede aumentar la probabilidad de que la uretra (el conducto por donde se expulsa la orina) sea invadida por bacterias. La bacteria que más infecciones causa en esta zona del aparato urinario es la E. coli y está muy presente en el intestino.

Las piedras en el riñón también tienen como principal causa de aparición la deshidratación. La falta de líquidos en la sangre es perjudicial porque, a la hora de filtrarse en los riñones y dar lugar a la orina, hay más probabilidad de que las sustancias suspensas en ella se agreguen y formen cálculos.

Una vez formada una piedra en el riñón, los protocolos para expulsarla pasan por, o bien someterse a una intervención, o bien beber mucha agua para que sean expulsadas. Este último método es el menos invasivo, aunque es doloroso. Si quieres evitar esta situación recuerda estar suficientemente hidratado durante el día y dormir suficiente por las noches.

Noticias relacionadas