El mensaje del Ministerio de Sanidad al comunicar la detección de los dos primeros casos confirmados de dengue autóctono en España -a los que podría sumarse un tercero- no puede ser más tranquilizador. Las autoridades sanitarias saben que, en la mayoría de los casos, se trata de una patología que cursa "con una clínica leve" y que, aunque no tiene tratamiento, se suele resolver por sí sola en unos días, como ha ocurrido con las tres personas que mostraron síntomas de la enfermedad a mediados de agosto y que actualmente se encuentran en buen estado de salud. 

El dengue es una enfermedad infecciosa causada por el virus del dengue, del género flavivirus que es transmitida por mosquitos hembra del género Aedes, entre los que hay gran variedad de especies, como el Aedes aegypti o el Aedes albopictus, más conocido como mosquito tigre. Se trata de un insecto ampliamente extendido en el país y especialmente en el litoral mediterráneo. 

Por esta razón, en dos países de nuestro entorno -Francia e Italia- se han detectado en los últimos años de forma esporádica casos de dengue autóctono y Sanidad no descarta que nuestro país detecte más infecciones de este tipo. 

La buena noticia es que el dengue es una enfermedad similar a la gripe y que no suele revestir gravedad, aunque existe una variante de la misma, llamada dengue grave, que es una complicación potencialmente mortal porque cursa con extravasación de plasma, acumulación de líquidos, dificultad respiratoria, hemorragias graves o falla orgánica, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El dengue se considera hasta ahora una enfermedad tropical y se da sobre todo en las  zonas urbanas y semiurbanas de estas latitudes. No se transmite de persona a persona, por lo que las medidas para evitarla se dirigen más a evitar el vector. Un factor a favor de que no se prevean muchos más casos autóctonos en España son las fechas en las que estamos y la baja densidad de mosquitos en la actualidad.

Los síntomas de la enfermedad son parecidos a los de una gripe y aparecen 3–14 días (promedio de 4–7 días) después de la picadura infectiva. Incluyen: fiebre elevada (40Cº) acompañada de dos de los síntomas siguientes: dolor de cabeza muy intenso, dolor detrás de los globos oculares, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos o sarpullido.

No hay tratamiento específico del dengue ni del dengue grave, pero la detección oportuna y el acceso a la asistencia médica adecuada disminuyen las tasas de mortalidad por debajo del 1%.

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