Picar entre horas es el pecado de casi toda dieta. Sin embargo, cuando la gusa aprieta a media mañana o tarde y queremos mantener la línea, solemos elegir snacks que creemos sanos. Barritas de cereales, palitos de pan con cereales, tortitas de arroz, chips de verduras o frutas deshidratadas son algunas de las opciones conocidas como saludables más típicas para esos momentos. Sin embargo, en ocasiones, olvidamos que se trata de alimentos procesados con su correspondiente aporte de grasas saturadas.

No cabe duda que la mayoría de snacks tradicionales (patatas fritas o chocolatinas) están compuestos principalmente de grasas y carbohidratos. Sin embargo, ¿qué se oculta detrás de los considerados como sanos? Repasamos las propiedades de estos snacks saludables que muchas veces nos hacen caer en la tentación creyendo que nos estamos cuidando.

Barritas de cereales

Por lo general, estas barritas cuentan con grandes cantidades de azúcares añadidos (de los que debemos huir si queremos cuidarnos) y con altos concentrados de calorías, ya que en solo 25 o 30 gramos pueden llegar a acumular hasta 100 Kcal.

Por eso es importante que cuando las elijas, te fijes en la etiqueta y priorices aquellas que no tengan azúcares añadidos. Además, mucho mejor si los cereales integrales o prescinden de ingredientes como el aceite de palma, tan denostado entre los nutricionistas. En cualquier caso, la mejor opción es hacerlas en casa con ingredientes de calidad y sin añadir cantidades ingentes de azúcar.

Antes de elegir, es importante fijarse en la cantidad de azúcares añadidos de las etiquetas de las barritas de cereales. Pixabay

Sobre las energéticas, tan adoradas por los amantes del deporte, tampoco se recomienda abusar. Es aconsejable solo consumirlas de forma ocasional, debido a su alto contenido en azúcar, grasas saturadas e ingredientes sintéticos que, en muchos casos, las hacen más perjudiciales que saludables.

Frutos secos

Según el Informe del Consumo de Alimentación en España 2016 del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, cuando consumimos snacks dentro del hogar nos decantamos más por los frutos secos, que suponen el 46,9% del total de los snacks comprados en nuestro país. Además, la Organización Mundial de la Salud los incluye dentro de los alimentos para una dieta equilibrada.

Ahora bien, si quieres mantener la línea, todo depende de cuáles elijamos. Por ejemplo, las bolsas de mezcla suelen estar llenas de sal y azúcares. Sin embargo, pueden convertirse en un buen aliado cuando necesitemos un extra de energía: un puñado nos puede aportar más de 300 calorías.

Si no es el caso, lo más saludable es consumirlos crudos (sin tostar) y pelados. Son una fuente de ácidos grasos omega 3, beneficiosos para regular los niveles de colesterol, controlar el peso y proteger el corazón. Según un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association, comer nueces y cacahuetes reduce el riesgo de muerte causada por accidentes cardiovasculares.

Para cuidarte, huye de los cócteles de frutos secos tan comunes como aperitivos en los bares. Xosema Wikimedia

Además, los frutos secos son recomendables para las embarazadas por contener ácido fólico, lo cual ayuda en el desarrollo correcto del feto. Los más ricos en esta vitamina son las avellanas, las nueces, las almendras o los cacahuetes.

Frutas deshidratadas

Para muchos es una apuesta ganadora. Estas frutas, además de ser muy sabrosas, son ricas en fibra y nos aportan una buena dosis de micronutrientes como potasio, calcio, hierro y vitaminas. También son fuente de antioxidantes y son un aliado para la salud cardiovascular.

Según un estudio estadounidense elaborado con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 1999 y 2004, los consumidores de frutas deshidratadas llevaban una dieta más saludable y pesaban menos. Ahora bien, los expertos también aseguran que estos alimentos pueden ser un problema para aquellas personas que deben vigilar la ingesta de azúcar y calorías. Por ejemplo, una taza de uvas tiene 23 gramos de azúcar y 104 calorías; mientras que una taza de pasas contiene 116 gramos de azúcar y 520 calorías. La cantidad adecuada para el consumo diario es de 25 a 30 gramos, es decir, dos orejones, ciruelas o pasas.

Palitos de pan con cereales

Aunque no nos demos cuenta, es otro snack ultraprocesado que, a pesar de anunciar en su etiqueta que está elaborado sin conservantes ni colorantes, esconde más hidratos de carbono y sal de los recomendados. Es el caso de la variedad Snatt’s de Grefusa. Por cada 100 gramos, 52 son hidratos de carbono y 2,1 sal. Además, solo esa cantidad aporta 505 calorías.

Sobre este mismo producto, la organización Facua denunció a Grefusa ante el Servicio Territorial de Comercio y Consumo de la Generalitat de Valencia por ofrecer "información engañosa" en sus bolsas. En ellas aparece que estos snacks están elaborados con "100% aceite de oliva y/o girasol" cuando en realidad del segundo contiene hasta 24 veces más que del primero e, incluso, una de sus variedades carece totalmente de él.

En muchos casos, estos productos cuentan con poca cantidad de semillas y cereales (que suelen ser su gancho saludable) y aportan más bien poco a nuestro cuerpo, dándonos más ganas de comer. Según una investigación de la Universidad de Chicago, los paquetes pequeños nos animan a comer dos veces más.

Para una buena alimentación, no debes basar tu dieta en este tipo de snacks. Pixabay

Tortitas de arroz

También es otro de los aperitivos vistos como saludables que ha conquistado los supermercados. Sin embargo, también puede convertirse en una fuente innecesaria de calorías. Además, su proceso de fabricación contribuyen hacerlas ricas grasas saturadas y sal.

Sin embargo, desde la Asociación de Fabricantes de Aperitivos (AFAP) aseguran que muchos de los snacks que consumimos "pueden parecer más salados de lo que realmente son". Según explican en su web, "los aromas y la sal se agregan a la superficie de los aperitivos al final de su elaboración y quedan en la superficie". Sin embargo, según sus datos, "aportan 0,12 gramos, frente a los 5 gramos de ingesta total diaria que establece la OMS".