Mizuki Nakano, exprofesor de la Universidad de Tokio, asegura que ha estado los últimos ocho años comiendo solo fruta. Con ese aluvión de vitaminas y fibra, y sin ningún otro alimento, Nakano dice que se ha convertido en un superhombre.

No es la primera vez que alguien afirma seguir una dieta solo basada en frutas, lo que se conoce como frutarismo. El ejemplo más conocido quizá sea el del cofundador de Apple, Steve Jobs, que falleció en 2011 a causa de un cáncer de páncreas. Curiosamente, el actor Ashton Kutcher, que lo interpretó en un biopic, decidió emular su consumo de frutas para meterse en el papel y terminó en el hospital con problemas en el mismo órgano, según explicó él mismo.

Así, tener una dieta basada en un solo alimento o muy restringida no es nada sano, ni nos convierte en superpersonas, ya que la falta de elementos como proteínas o vitaminas afectan a nuestra salud. Sin embargo, son muchos los ejemplos de personas que siguen una dieta frutarista o basadas en alimentos tan dispares como pizza, carne cruda o patatas.

Disfruta la fruta… con más alimentos

Nakano asegura que se ha convertido en un superhumano consumiendo solo fruta. Ha rechazado el agua, y su forma de hidratación es el zumo. Comenzó en 2009, experimentando consigo mismo qué pasaría si solo comiera este grupo alimentario. El cambio fue gradual y lo fue narrando en internet. Cuando en 2015 desapareció de repente, se rumoreó que había fallecido por falta de nutrientes, pero regresó para decir que se había convertido en un superhumano gracias a la fruta, que había generado una bacteria en su cuerpo que convertía el nitrógeno en las proteínas que le faltaban. De acuerdo a Nakano, esta bacteria fue documentada por unos científicos, pero no se ha sabido nada de esa investigación.

Otra persona frutarista es Belinda White, que rozando la cincuentena se ha autodenominado la Benjamin Button femenina. Asegura comer 20 piezas al día y llevó a la dieta a su pareja y a sus dos hijos pequeños. De acuerdo a su relato, este tipo de alimentación curó su fibromialgia y redujo el dolor de una osteoartritis en un 95 %, así como ha mejorado su piel, pelo y uñas y la ha hecho parecer más joven ("parece que tengo 28 años").

Una dieta de comida rápida

No solo las dietas de un único alimento consisten en frutas. También en pizzas de queso. Dan Janssen, un ebanista de Maryland (Estados Unidos), aseguró en 2014 que se había pasado 25 años comiendo solo eso. El truco, al parecer, estaba en complementarlo una vez a la semana con un bol de cereales. Lo peor es que Janssen era diabético, pero sostiene que, exceptuando alguna bajada de azúcar y de acuerdo a sus médicos, su colesterol está bien y parece estar sano.

Si la pizza nos causaba estupor, también hay quien ha basado su dieta en comer solo chocolate negro. Eso sí, acompañado de uvas. Esa era la dieta que hace unas semanas afirmaba tener Terry Kemp, un británico de 68 años con diabetes de tipo 2 que dice haberse curado la enfermedad tomando cada día una tableta de chocolate del 85 % de cacao con 500 gramos de uvas rojas. De esta forma, al cabo de dos años perdió 19 kilos y su diabetes desapareció, certificado por los médicos. Eso sí, Kemp advierte de que su peculiar dieta podría no funcionar a otras personas, porque no sabe cuál de los dos alimentos es el que le ha funcionado a él: el cacao tiene componentes que retrasan el avance de la enfermedad, mientras que las uvas tienen fibra, que sacia y ayuda a ingerir menos calorías, una de las posibles razones para el descenso de peso.

En estas dietas tan variadas no faltan los helados. Anthony Howard-Crow, un youtuber treintañero de Colorado (Estados Unidos), siguió durante 100 días una dieta en la que solo comió este producto, junto a unos batidos de proteínas y algo de alcohol, con el objetivo de adelgazar: para perder peso y en su opinión, lo importante no es el tipo de comida que ingieras, sino las calorías que tomas y cómo las quemas.

De esta forma, consumiendo 2.000 calorías de helado diarias y 500 de proteína en polvo, parece que los niveles de colesterol bueno subieron y los del malo y los triglicéridos bajaron. Pero eso sí, Howard-Crow explicó que a mitad de ese periodo empezó a sentirse cansado todo el día y que incluso dejó de acudir al gimnasio, porque perdió las ganas. En cualquier caso, le sirvió para perder 14,5 kilos. Y por su cuenta de Instagram entendemos que todavía le gusta eso de tomar comida basura mientras se muscula.

Carne cruda y aire

Derek Nance contrajo una enfermedad con la que perdió el apetito y vomitaba todo lo que ingería, así que decidió cambiar su dieta hasta dar con aquello que no le provocara náuseas. Siguiendo los consejos de un internauta, decidió probar con carne cruda, hasta el punto de cepillarse los dientes con grasa animal. Como tantos otros, asegura que nunca se ha sentido más sano, con una dieta que, según ha explicado, fue impulsada en los años 30 por un dentista, Weston Price, que investigó el consumo de alimentos crudos en las comunidades nativas de Estados Unidos. En su experiencia, quitando algunas diarreas la primera semana, el resto del tiempo fue bien.

Aunque quizá el caso más extremo sea el de la pareja de ecuatorianos Camila Castillo y Akahi Ricardo, una pareja que en 2017 se dio a conocer por alimentarse del aire, aunque la historia fue desmontada con rapidez. La energía del universo es lo que les alimenta, según dicen, alternada con una pequeña ingesta de frutas y verduras varias veces a la semana. Sin embargo, es imposible vivir sin agua y otros alimentos. Además, aquellas personas que en el pasado afirmaron seguir una dieta respiratoria fueron descubiertas tragando comida en algún momento.

La dieta con patatas que no serviría de nada

El tubérculo que nos llegó de América protagoniza la dieta del australiano Andrew Taylor. Con ella, sostiene, perdió en 40 días unos 13 kilos y se sintió más feliz y con más energía. Dice que la escogió basándose en estudios que leyó en internet, escuchando conferencias y siguiendo a gurús vegetarianos.

Taylor, que complementaba la dieta con suplementos de vitamina B12, no recomienda a los demás que la sigan, sino que se formen investigando y hablando con médicos. Y no le falta razón: una dieta basada solo en patatas es un gran error, ya que tienen una gran cantidad de carbohidratos y fibra pero poca proteína, ácidos grasos y vitaminas A, D, E y K. Sin olvidar la B12 que solo está presente en productos de origen animal (de ahí que veganos y vegetarianos se suplementen con ella).

A pesar de su poder energético, las patatas no son un alimento completo por sí solas. Pexels

Un solo alimento no es suficiente

Más allá de las patatas, analizando cualquier alimento descubrimos que sería imposible tener una dieta basado en uno solo de ellos. A la carne le faltan vitaminas, que sí tienen las frutas y verduras, pero estas no tienen la grasa de aquella. Por otra parte, el cuerpo humano ha desarrollado mecanismos para evitar que centremos nuestra dieta en un solo producto, en lo que se conoce como saciedad sensorial específica: comer mucho de algo hace que con el tiempo se repudie.

Centrándonos en la dieta frutariana, Gaynor Bussell, portavoz de la Asociación Dietética Británica, explicó a The Guardian que es imposible conseguir todos los nutrientes de las frutas: la falta de la vitamina B12 puede provocar anemia, mientras que las carencias de calcio, hierro y proteína provocan cansancio y, quizá, osteoporosis.

En cuanto al ayuno que promulgan los respiracionistas, las consecuencias pueden ser fatales: primero deshidratación; luego, confusión mental, y en el último extremo, fallos orgánicos y la muerte. En definitiva, si malas son las dietas de un solo producto, comer solo aire tampoco es mejor.